Familia Gianellina

VIA CRUCIS GIANELLINO

VIA CRUCIS GIANELLINO
Introducción
Hermanos, Cristo crucificado, escándalo y necedad para quien no cree, es para nosotras signo de la sabiduría, del poder y del amor de Dios. Recorriendo el camino del Calvario, escuchemos, a través de las palabras de la S. Escritura, del Padre Fundador y de la Madre Catalina, el lenguaje de la cruz. Sintamos nuevamente la voz del Señor Jesús que nos dice: «El que no lleva su propia cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo» (Lc 15,26). En la cruz de Cristo encontramos la redención y el perdón, que imploramos con el corazón sinceramente arrepentido.

Oración:
Oh Dios, que has dado a los hombres como modelo de humildad y de paciencia a Jesucristo nuestro hermano y nuestro redentor, muerto en la cruz por nosotras, ayúdanos a acoger las enseñanzas de su pasión y a compartir su gloria de Salvador resucitado, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén

La Madre piadosa estaba junto a la cruz y lloraba, mientras el hijo pendía.
V Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
R Porque con tu santa cruz redimiste el mundo.

•    1º Estación: Jesús es condenado a muerte

«Después de haber hecho flagelar a Jesús, Pilato lo entregó para que fuese crucificado» (Jn 19,16). Dichosos ustedes cuando por causa mía los maldigan, los persigan y les levanten toda clase de calumnias» (Mt 5,11).
 «No puedo ser bueno si no estoy dispuesto a morir por vosotros y por cada uno de vosotros».
 «Si alguna vez os creéis verdaderamente inspirado a hacer alguna cosa, es necesario que os dispongáis a las críticas, a la censura, a las burlas que seguirán y también a la agonía que después probaréis» (Carta. 19-1845).

Oración:
Perdona, Señor, si con frecuencia nos escondemos para no comprometernos, si rechazamos el sacrificio la humillación, las posturas incómodas, el servicio Perdona si no arribamos a rezar por quien nos trata mal y pretendemos ser tratadas de modo diverso de cómo te trataron a ti.
Cuya alma triste y llorosa traspasada y dolorosa, fiero cuchillo tenía. Y te adoramos, oh cristo.


•    2º Estación: Jesús carga la cruz
«Y lo llevaron con su cruz a cuestas a un lugar llamado Calavera, que en hebreo se dice: Gólgota» (Jn. 19,17).
«Felices los perseguidos por causa de la justicia (Mt. 5, 10).
 «Será necesario tomar la cruz más pesada y decir:  “si está hecha para mí, que sea bienvenida” (Cart. 23-1-1844).


Oración:
Ayúdanos, Jesús, a llevar nuestra cruz cada día retroceder ante las exigencias de tu amor.
Oh cuán triste y cuán aflicta se vio la Madre bendita, de tantos tormentos llena! y Te adoramos, oh Cristo...

•    3º Estación: Jesús cae por primera vez

Defiéndeme, Señor, de la mano perversa, que busca hacerme caer» (Sal 140,5).
«Bienaventurados los que lloran» (Mt 5,4).
« Cuando alguna cosa no saliere bien, antes, por el contrario, diere un mal resultado, no se turbarán, ni la considerarán un verdadero mal, sino que se humillarán delante de Dios y confiarán que él sabrá sacar de ella algún bien» (Art. 1,2).

Oración:
Oh Jesús, tú ves nuestra fragilidad. Levántanos de las caídas, líbranos de la frialdad en tu servicio. Haz que comprendiendo la alegría de pertenecerte, encontremos enseguida la fuerza para levantarnos.
Cuando triste contemplaba, y dolorosa miraba del Hijo amado la pena... y Te adoramos, oh Cristo...

•    4º Estación: Jesús encuentra a María, su Madre

«Simeón dice a María: una espada te atravesará el alma» (Lc 2,35). «Dichosa Aquella que fue tu Madre!» (Lc 11,27). «En el Señor y en la Virgen poned toda vuestra confianza. Andad siempre, en cada una de vuestras necesidades a ellos... Id a Jesús nuestra verdadera felicidad, nuestro Padre, nuestro todo. Id a María, nuestra querida esperanza, nuestra dilecta Madre, nuestra única alegría, y siempre tornaréis consoladas» (M.C. 18-4-1884).

Oración:
Oh María, haznos atentas a la palabra de Dios, guía nuestros pasos hacia quien sufre; abre nuestro corazón a la comprensión, a la acogida, a la participación. Haz que el Señor, en la hora de la cruz, nos encuentre, como a tí, en nuestro puesto.
Y cual hombre no llorara, si a la Madre contemplara, de Cristo en tanto dolor? y Te adoramos, oh Cristo…

•    5º Estación: El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz

«Mientras lo conducían, echaron mano de un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevase detrás de Jesús» (Lc 23,26).
«Bienaventurados los que luchan por la paz (Mt 5,9)
«Soportarse en las miserias y en los defectos, ayudarse recíprocamente de buena gana. Así reinará ridad, y la paz de Cristo estará entre nosotras ( M.C. 20-11-1880).

Oración:
Dilata los espacios de nuestro corazón, Señor que podamos ser una presencia de amor entre hermanos más débiles y que sufren. Tu Fon nos ayude a intuir las necesidades de sacrificar nuestras comodidades, nuestro tiempo nuestros proyectos a las exigencias de la caridad.
Y quien no se entristeciera, Madre piadosa! si os viera, sujeta a tanto rigor? y Te adoramos, oh Cristo…

•    6º Estación: La Verónica enjuga el rostro de Jesús
«Yo no me resistí ni me tapé el rostro ante los ultrajes y los salivazos» (Is 50,6).
«Bienaventurados los misericordiosos» (Mt 5,7).
«Contentas con hacer lo que crean bueno delante de Dios, darán poco valor al juicio del mundo» (Art. III,5).
«Intrepidez contra los respetos humanos. Se muestra demasiado indigno de Dios el que se avergüenza de servirlo» (Sermón sobre la Santidad).

Oración:
Haznos capaces, oh Dios, de dar el primer pasó hacia los hermanos, de sentirnos responsables de su dolor, de enjugar su llanto con el don de nuestra bondad y de nuestro servicio.
Por los pecados del mundo vió a Jesús en tan profundo, tormento la dulce Madre. y Te adoramos, oh Cristo....

•    7º Estación: Jesús cae por segunda vez
«El soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado» (Is 53,4).
«Bienaventurados los mansos» (Mt 5,5).
«No podéis hacer largas y rigurosas penitencias... llevad con paz las tribulaciones, las enfermedades, las cruces que Dios os manda y que a él agradan más>> (Sermón sobre la Santidad).

Oración:
Sostennos, Señor Jesús, con tu fuerza, para que seamos capaces de soportar serenamente las contradicciones; hablar con dulzura a quien es importuno, arrogante. Haznos mansas y dóciles, disponibles a la colaboración, profundamente buenas también ante las provocaciones y las ingratitudes.
Vio morir al Hijo amado, que rindió desamparado, el espíritu a su padre. Y Te adoramos, oh Cristo...

•    8º Estación: Jesús encuentra a las mujeres.
«Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: No Lloréis por mí, llorad mejor por vosotras y por vuestros hi 23,28).
«Bienaventurados los que escuchan la palabra y la viven». (Lc 11,28).
«Procuremos estar siempre muy unidas al Divino redentor, estudiando sus ejemplos y siguiendo su simas máximas, como nos enseña nuestra Reg) bendecirá nuestras fatigas y suplirá nuestras miserias, ignorancia» (M.C. 20-11-1880)

Oración:
 Concédenos, Señor, que la fuerza de tu Espíritu: penetre y nos sacuda, para que nuestra vida a la de tu palabra, sea un cotidiano camino en tu a que nos transforme en apóstoles y profetas de tu Reino.
Oh Madre, fuente de amor, hazme sentir tu dolor, para que llore contigo y Te adoramos, oh Cristo...

•    9º Estación: Jesús cae por tercera vez

«Arráncame del fango, para que no me hunda» (Sal 69,14). «Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia» (Mt 5,6).
«Aprende que el alma no puede tener reposo fuera de Dios. Levanta, pues, de una vez esta alma y este corazón del mundo y arrójate en Dios, piensa en Dios, busca a Dios, ama a Dios». (Sermón sobre la santidad).

Oración:
Señor, mantén vivo en nosotras el hambre y la sed de tí para que sintamos la urgencia de convertinos, de reconciliarnos contigo y con todos, de adherir con toda el alma a las exigencias de tu Evangelio.
Y que por mi Cristo amado, mi corazón abrazado, más viva en El que conmigo. Y Te adoramos, oh Cristo...

•    10° Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras
«... se repartieron su ropa, echándola a suerte para ver lo que se llevaba cada uno». (Mc 15, 24). «Bienaventurados los limpios de corazón» (Mt 5,8).
«En cuanto a la humillación... preparaos a recibirla, así tendréis mérito aún si no llegase. Y tened presente que una cosa es hablar de muerte y otra morir». (Carta 19-3-1841).

Oración:
Despójanos, Señor, de todo lo que entorpece nuestro corazón y nuestra voluntad y no nos deja servirte con libertad de espíritu.
Y porque a amarte me anime, en mi corazón imprime, las llagas que tuvo en sí. Y Te adoramos, oh Cristo...

•    11° Estación: Jesús es clavado en la cruz
Cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera crucificaron allí, a él y a los malhechores, un recha y otro a su izquierda». (Lc 23,33).
«Bienaventurado el que no se escandalice de mí 7,23).
«El gran remedio es la obediencia pronta, ciega necesario tragar el cáliz hasta la última gota sabéis... Es precisamente esto lo más amargo del cáliz, es la hez verdadera: pero es justo esto lo que que tragar: resignarse de no ser resignados». (C 25-10-1841).

Oración:

Señor Jesús, ayúdanos a comprender que nuestra obediencia se insiere en el misterio de la tuya; enséñanos a amarla porque sólo así nos uniremos contigo. A la voluntad salvífica del Padre.
Y de tu Hijo, Señora, divide conmigo ahora, las penas que padeció por mí. Y Te adoramos, oh Cristo...

•    12° Estación: Jesús muere en la cruz

«Y, reclinando la cabeza, entregó su espíritu» (In 19,30). «Bienaventurada tu que has creído» (Lc 1,45).
«Aferrarse a la cruz, a los pies de Jesucristo y estar allí... y tener viva fe que a Dios agradará tanto esta le viva» (Cart. 25-10-1841).

Oración:
María sostén nuestra fe cuando el Señor nos pide sacrificarle cuanto tenemos de más querido, cuando todo se desploma en nosotras y a nuestro alrededor y haz que, como tú, esperemos contra toda esperanza.
Hazme contigo llorar, y de veras lastimar, de sus penas mientras vivo. Y Te adoramos, oh Cristo...

•    13º Estación: Jesús es bajado de la cruz
«Después de esto, José de Arimatea, pidió a Pilato que le dejara quitar el cuerpo de Jesús» (In 19,38).
«Bienaventurados aquellos siervos que el Señor encuentra vigilantes» (Lc 12,38).
«Oh Madre, entre los brazos acoges a tu Hijo y una vez más lo muestras y lo presentas al Padre ofreciéndolo por nosotros. Por nosotros lo sigues hasta el sepulcro, por nosotros lo besas por última vez, por nosotros lo abandonas...» (Sermón sobre los dolores de María).
Oración:
Señor Jesús, que a cada bautizado confías una misión profética, haznos a nosotras, consagradas a tú, fieles y vigilantes, para que podamos anunciar con la vida, como María, tu presencia en el mundo.
Porque acompañar deseo, en la cruz donde le veo, tu corazón compasivo. Y Te adoramos, oh Cristo...

•    14º Estación: Jesús es sepultado
«José de Arimatea, tomó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia y lo puso en su sepulcro nuevo» (Mt 27,59).
«Bienaventurados los pobres de espíritu» (Mt 5.3)
«La Virgen os obsequió como de costumbre, pero el tiempo de la Pasión termina pasado mañana. Respirad, también vos del Aleluja, y en la vivísima esperanza de tener parte en la resurrección del Señor, alejad toda melancolía» (Cart. 9-4-1846).

Oración:
Señor de la vida, nuestro todo, haz que nada ni nadie nos separe de tí. En la hora de la prueba, nuestro corazón no dude y no disminuya nuestra fidelidad y la confianza en tu amor.
 Porque cuando quede en calma el cuerpo, vaya mi alma, a su eterna gloria. Amén. Y Te adoramos, oh Cristo...

•    15º Estación: Resucitó como lo dijo
«Porqué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado» (Lc 24,5-6).
«Bienaventurados aquellos, que crean sin haber visto» (In 20,29).
«Andad... con coraje y confiad en Dios tanto más cuanto os encontráis más mezquina, que él hace ver que ayuda y, ayudando él, también los débiles llegan a ser fuertes». (Cart. 21-2-1842).

Oración:
Oh Dios, nuestro Padre, que nos has dado como modelo a Jesucristo nuestro Salvador, hecho hombre y humillado hasta la muerte de cruz, concédenos tener siempre presente esta suprema prueba de obediencia y de amor, para participar en la gloria de la resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Para ganar las indulgencias y por las intenciones del Papa: Padre Nuestro, Ave María, Gloria.