NOVENA EN HONOR A LA BEATA CRESCENCIA PÉREZ
2021
Preparándonos para la Festividad de nuestra Beata María Crescencia, los invitamos a rezar juntos su novena, pidiéndola a ella, la Dulce Violeta del Huerto de María, que interceda ante Dios, en este tiempo tan difícil de pandemia, que estamos atravesando a nivel mundial.
María Crescencia con su vida, nos enseña abrir nuestro corazón a la voluntad de Dios, dar un si generoso, desde la humildad y la sencillez.
En este año dedicado a San José, invitamos a rezar la novena bajo el lema: “Crescencia en el sueño de Dios”, a luz de la Carta Apostólica “Patris Cordis”
ESTRUCTURA DE LA NOVENA
• Canto.
• Oración inicial (la misma para todos los días).
• Reflexión correspondiente al día.
• Testimonios de Devoción y gracias recibidas por intercesión de María Crescencia.
• Preses.
• Oración final (la misma para todos los días).
• Canto.
ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍASOh Padre, que por tu amor a los pequeños y a los pobres, guiaste a la Beata María Crescencia, por el camino de la humildad y de la sencillez, concédenos, por su intercesión, poder servir a nuestros hermanos más necesitados, con la dulzura de la caridad y la fuerza de la bondad. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS Pidiendo la canonización de nuestra Beata María Crescencia Pérez.
Padre de Jesús y nuestro, que por tu Divino Espíritu haces florecer la santidad en la Iglesia, te damos
gracias por la Beata María Crescencia que te amó con sencillez y te rogamos que la glorifiques,
para que su ejemplo e intercesión sirvan a la extensión de tu Reino y a la multiplicación de las vocaciones a la vida consagrada.
Concédenos, por su intermedio, la gracia que con humildad te imploramos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
“Corazón de Jesús, por los sufrimientos de tu Divino Corazón, ten misericordia de nosotros”.
REFLEXIONES PARA CADA DÍA
Primer día de la Novena: martes 11 de mayo
CRESCENCIA PARTÍCIPE EN LA OBRA SALVADORA
SAN JOSÉ: PADRE TRABAJADOR
La Beata Hna. María Crescencia Pérez nació en San Martín Provincia de Buenos Aires el 17 de agosto de 1897, y murió el 20 de mayo de 1932.
A pesar de su vida tan breve, nos dejó un ejemplo y una enseñanza admirable de servicio, de obediencia y de un profundo amor a Dios, a Nuestra Señora del Huerto y al mundo que la necesitaba.
La vida de María Crescencia Pérez es un mensaje de amor. Alimentó siempre en su interior, a ejemplo del Fundador, el fuego de un gran ideal: "Hacerse toda a todos". Este ideal, la quemó por dentro y la estimuló constantemente a donar su vida por la salvación de las almas.
Sencilla, serena, toda de Dios y al mismo tiempo, toda de los hombres, fue puesta en nuestro camino para ayudarnos a descubrir, con renovada audacia, la fuerza inicial y lo que tiene de genuino y de evangélico el carisma gianellino.
En el año 2012, el 17 de noviembre, en la ciudad de Pergamino (Provincia de Buenos Aires) celebramos la beatificación de la Hna. M. Crescencia, que es el reconocimiento, por parte de la Iglesia de su vida heroica y santa. Por este motivo, celebramos su memoria en la Liturgia todos los años el día 20 de mayo, fecha de su fallecimiento.
Los padres de la Hna. Crescencia eran inmigrantes españoles que llegaron a Argentina. A pesar de su pobreza de origen, llevaban la riqueza de sus tradiciones católicas. En Córdoba, a mediados de diciembre de 1889, Agustín Pérez se casó con Ema Rodríguez, ante el altar de la Virgen del Pilar.
Debido a los momentos agitados que vivía la Argentina por esos tiempos, que hacían alternar partidos conservadores y liberales en el gobierno de las ciudades, sin apoyo alguno, la joven pareja se vio obligada a emigrar a Montevideo. Como extranjeros, sufrieron la soledad en el nuevo país.
En la capital uruguaya nace su primer hijo, que muere a los tres años. Otro hijo se apaga al nacer. Sobreviven Emilio y Antonio. Al no encontrar horizontes de progreso, en Uruguay, deciden retornar a la Argentina.
En San Martín, Buenos Aires, en agosto de 1897, nace nuestra María Angélica. Al nacer la pequeña, las condiciones de la familia mejoraron, porque el padre, ya de treinta años, logra finalmente un trabajo en la Compañía Alemana de Electricidad.
Fue una familia rica en fe y en hijos. Al enfermarse la mamá Ema, el médico recomienda buscar un clima más templado, y es así que parten hacia Pergamino, con las pocas cosas que poseen.
Al atardecer, toda la familia rezaba el Santo Rosario. Día tras día, la familia transmite, casi inconscientemente a sus hijos el concepto de la fe.
Y así crecieron estos niños, con esa madre, que enseña con el ejemplo, más que con palabras, a responder con amor al amor de Dios, a transformar alegrías y dolores en momentos de Gracia. La Hna. Crescencia aprendió el amor de Dios en su familia.
Crecieron con profundas convicciones religiosas, aunque al templo iban ocasionalmente porque estaban a tres horas de distancia. La Hna. Crescencia dijo de su familia:
"Vivíamos nuestra pobreza con alegría; cada pequeño suceso nos entusiasmaba. No conocíamos demasiado, no añorábamos la falta de tantas cosas… El ejemplo de nuestros padres simples y fuertes, ricos en fe y en amor, nos hacía crecer laboriosos. Tío José, hermano de mamá nos ayudaba, indicándonos una u otra posibilidad de trabajo, sugiriéndonos un patrón dispuesto a acogernos…"
Hermoso ejemplo para nosotros y nuestra familia para asemejarse a la familia Pérez.
Este año dedicado a San José meditaremos algunas virtudes que ella vivía y nos van a ayudar a nosotros en nuestra vida familiar y espiritual.
Por ejemplo, el amor al trabajo y la dignidad de los trabajadores.
Hermoso ejemplo de San José modelo de trabajador y protector del trabajo.
PRECES:
A cada oración decimos: “Padre Bueno, escúchanos”.
• Por el don de la vida, para que siempre sea cuidada y respetada. Oremos…
• Por cada familia de nuestras comunidades, para que reine en ellas la paz, el amor, el perdón y la unidad. Oremos…
• Por las personas que buscan trabajo, para que el Señor los fortalezca en la esperanza. Oremos…
• Por los pobres y marginados, para encuentren en Jesús un abrazo de amor, y en nosotros una mano solidaria. Oremos…
Segundo día de la Novena: miércoles 12 de mayo
EN CRESCENCIA LA TERNURA DE DIOS
SAN JOSÉ: PADRE EN LA TERNURA
La mayor parte del ciclo primario lo cursó en el Hogar de Jesús, de Pergamino. También allí se recibió de Maestra de Labores.
El amor de María Crescencia a Jesús la llevó a consagrarse a Dios de por vida. Su vocación religiosa, que había ido creciendo a lo largo de todos esos años y que estuvo en contacto con las Hermanas del Huerto, tomó un curso definitivo cuando el 31 de diciembre de 1915 ingresó en el Noviciado de las Hermanas del Huerto, en Buenos Aires. Recibió el Santo Hábito el 2 de septiembre de 1918, en circunstancias en que moría su padre, don Agustín Pérez.
No deseando otra cosa que agradar a Dios con una vida santa y ser instrumento suyo para salvar a los hombres, se entregó totalmente a su misión, como Hija de la Caridad, haciéndose "Toda para Todos", en obediencia perfecta y en Caridad ilimitada.
Según los testigos, la virtud sobresaliente de María Crescencia fue la humildad. Esta le permitió vivir las grandes exigencias de la Caridad fraterna y de la perfecta vida en común, con íntima y serena alegría. Era feliz de poder hacer la voluntad de Dios. Era confiada en Dios providente y bueno y siempre decía: “Que bueno es Dios. No abandona a sus hijos”.
Valioso ejemplo para las familias y para los niños que se están preparando en la catequesis para su Primera Comunión.
Hermoso es compartir la Santa Misa en familia.
Jesús vio la ternura de Dios en José: «Como un padre siente ternura por sus hijos, así el Señor siente ternura por quienes lo temen» (Sal 103,13).
Sigamos el ejemplo de San José en estos tiempos tan difíciles de pandemia.
También a través de la angustia de José pasa la voluntad de Dios, su historia, su proyecto. Así, José nos enseña que tener fe en Dios incluye además creer que Él puede actuar incluso a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad. Y nos enseña que, en medio de las tormentas de la vida, no debemos tener miedo de ceder a Dios el timón de nuestra barca. A veces, nosotros quisiéramos tener todo bajo control, pero Él tiene siempre una mirada más amplia.
Meditamos en la ternura de San José y nuestra propia capacidad de vivir este tiempo tan difícil.
PRECES:
A cada oración decimos: “Roguemos al Señor”.
• Por los niños y jóvenes para que nunca pierdan la alegría, fe, la esperanza y el amor. Oremos…
• Por los docentes, para que Jesús Maestro, sea siempre el modelo a seguir. Oremos…
• Por los padres de familia, para que siguiendo las huellas de San José, miren con ternura a sus hijos. Oremos…
• Por nuestros centros educativos, para que fieles al carisma Gianellino, vivamos el Evangelio. Oremos…
Tercer día de la Novena: jueves 13 de mayo
HERMANA CRESCENCIA LLAMADA Y AMADA
SAN JOSÉ: PADRE AMADO
La Hna. Crescencia aprendió a ser obediente como Cristo y era devota del Corazón de Jesús.
Los primeros años de su vida religiosa los dedicó a la niñez. Se desempeñó como maestra de Labores y Catequesis, en primer lugar, en la Escuela Taller adjunto a la Casa Provincial y después en el Colegio del Huerto de Buenos Aires, en calle Rincón.
Una segunda etapa de su vida tuvo como destinatarios a los enfermos. Comenzó esta misión en el Sanatorio Marítimo de Mar del Plata (Solarium), lugar dedicado exclusivamente a la internación y atención de niños afectados de tuberculosis ósea.
Allí permaneció tres años. Como su frágil salud comenzó a declinar rápida y seriamente sus superiores decidieron enviarla a un lugar donde el clima le ayudase a recuperarse.
Por su papel en la historia de la salvación, san José es un padre que siempre ha sido amado por el pueblo cristiano, como lo demuestra el hecho de que se le han dedicado numerosas iglesias en todo el mundo; que muchos institutos religiosos, hermandades y grupos eclesiales se inspiran en su espiritualidad y llevan su nombre; y que desde hace siglos se celebran en su honor diversas representaciones sagradas. Muchos santos y santas le tuvieron una gran devoción, entre ellos Teresa de Ávila, quien lo tomó como abogado e intercesor, encomendándose mucho a él y recibiendo todas las gracias que le pedía. Alentada por su experiencia, la santa persuadía a otros para que le fueran devotos.
Qué admirable que los devotos de los santos sientan amor y admiración por ellos.
El pueblo de Dios admira y ama a los santos. Así a San José lo llama el padre amado y a la Beata Crescencia, Sor dulzura.
Contagiemos el testimonio de la fe de los creyentes.
Beata Crescencia es instrumento de Dios y servidora de su pueblo.
PRECES:
A cada oración decimos: “Danos Señor un corazón valiente”.
• Para descubrir el sueño que Dios tiene para cada uno de nosotros. Oremos…
• Para aceptar siempre tu voluntad. Oremos…
• Para anunciar al mundo la Buena Noticia. Oremos…
• Para dar testimonio de nuestra vida cristiana. Oremos…
Cuarto día de la Novena: viernes 14 de mayo
CRESCENCIA UNA FE ENTREGADA Y CONFIADA
SAN JOSÉ: PADRE DE LA FE
Dios es AMOR. Lo leemos en la primera carta del apóstol San Juan capítulo 4 versículo 8. Nos damos cuenta del amor de Dios en la creación y en el amor que tenemos en nuestra familia. También el amor de Dios es tan grande que Jesús está presente en el sacramento de la Eucaristía y la Reconciliación.
Hoy continuamos leyendo y reflexionando sobre la oración de la Hna. Crescencia, quien suplicaba:
“Te pido Corazón Santísimo de Jesús que mandes muchas y buenas vocaciones a nuestro Instituto... Corazón de Jesús te pido una especial bendición para Chile y ya que es tu voluntad que me muera aquí, contenta te ofrezco este sacrificio por la paz y tranquilidad de esta nación”.
“Corazón de Jesús bendíceme y bendice a éstas, mis Hermanas… dales fuerzas para luchar con valor en estos tiempos calamitosos para la salvación de las almas. Bendice nuestro amado Instituto del que tanto bien he recibido y que en estos momentos me considero la criatura más feliz y dichosa que hay en este mundo. Te pido y ruego, ¡oh Corazón de Jesús!, que envíes muchas y buenas vocaciones para el querido Instituto”…
En el año 1918 se consagra a Dios con los votos religiosos de castidad, pobreza y obediencia y cambia su nombre de Angélica por MARIA CRESCENCIA.
Así era la fe de esta Beata la llevó hasta entregarse a Dios por completo en la vida consagrada.
Demostró amor a Dios y al prójimo.
También a través de la angustia de José pasa la voluntad de Dios, su historia, su proyecto. Así, José nos enseña que tener fe en Dios incluye además creer que Él puede actuar incluso a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad. Y nos enseña que, en medio de las tormentas de la vida, no debemos tener miedo de ceder a Dios el timón de nuestra barca. A veces, nosotros quisiéramos tener todo bajo control, pero Él tiene siempre una mirada más amplia.
La fe es un regalo de Dios. La fe implica entrega y confianza.
Sigamos su ejemplo en nuestras familias, la virtud de la fe y la imitación de la vida de los santos.
PRECES:
A cada oración decimos: “Jesús Buen Pastor, guíanos”.
• Para vivir con fidelidad nuestro llamado vocacional. Oremos…
• Frente a las adversidades y dificultades de nuestra vida. Oremos…
• Para buscar siempre el bien en nuestras decisiones. Oremos…
• Frente a nuestros tropiezos y caídas. Oremos…
Quinto día de la Novena: sábado 15 de mayo
EN CRESCENCIA LA ACOGIDA COMO DON DEL ESPÍRITU SANTO
SAN JOSÉ: PADRE EN LA ACOGIDA
La Hna. Crescencia fue destinada a la enseñanza de las niñas del ciclo primario y la catequesis de Primera Comunión en las comunidades de los colegios de Villa Devoto y colegio del Huerto de la calle Rincón en Buenos Aires.
Dedicó su tiempo a la educación de la fe de las alumnas dando testimonio del gran valor de ser religiosa.
La vida espiritual de José no nos muestra una vía que explica, sino una vía que acoge. Sólo a partir de esta acogida, de esta reconciliación, podemos también intuir una historia más grande, un significado más profundo. Parecen hacerse eco las ardientes palabras de Job que, ante la invitación de su esposa a rebelarse contra todo el mal que le sucedía, respondió: «Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males?» (Job 2,10).
José no es un hombre que se resigna pasivamente. Es un protagonista valiente y fuerte. La acogida es un modo por el que se manifiesta en nuestra vida el don de la fortaleza que nos viene del Espíritu Santo. Sólo el Señor puede darnos la fuerza para acoger la vida tal como es, para hacer sitio incluso a esa parte contradictoria, inesperada y decepcionante de la existencia.
Imitemos este ejemplo para vivir en este tiempo tan difícil de pandemia. Nuestra fe está siendo probada, por eso podemos imitar a los santos que se entregaron libremente a Dios en su fe y solidaridad a los más pobres.
Jesús habló claramente en el Evangelio de Juan y dijo “El que me ama, guarda mis mandamientos”. Es como decir “El amor de Dios es tan grande que El quiere que hagamos lo que le gusta”. Es necesario que comprendamos que para querer bien a Jesús debemos hacer lo que Él nos diga.
En el año 1928 la Hna. Crescencia en Pergamino, se despidió para siempre de los suyos. Poco después acompañada por la Madre Provincial viajó a Chile donde murió después de cuatro años.
A pesar de lo mucho que le costó dejar su patria, su familia y su comunidad, ella vio claramente la Voluntad de Dios en las palabras de su Superiora y con gusto aceptó lo que Él le pedía. Ella había dicho: “Por cumplir la voluntad de Dios iría al fin del mundo”.
Vallenar, de aproximadamente 6.000 habitantes en aquel momento, seis años antes había sufrido un terrible y devastador terremoto, que destruyó casi la totalidad de las casas de la población.
A partir de este hecho doloroso, Vallenar entró en un largo proceso de reconstrucción, que se prolongó durante muchos años
La gran pobreza en que vivían, el dolor de tantas familias sin techo, la soledad del lugar y las enormes distancias de otros pueblos, hicieron que se cumpliese claramente el deseo del fundador: "Lleven siempre la pobreza consigo y vayan donde por las dificultades del lugar y por la falta de medios otras Hermanas no pueden ir".
También San José vivió la pobreza y el sacrificio. La obediencia a Dios y a los progenitores es necesaria para nuestra vida espiritual.
Hacer todo lo que Jesús nos dice y obedecerlo cumpliendo los mandamientos.
PRECES:
A cada oración decimos: “Danos Señor manos solidarias.”.
• Para recibir con un corazón abierto y generoso, a las personas que se encuentran solas, excluidas y marginadas. Oremos…
• Para brindar una escucha atenta, comprensiva y misericordiosa, a quienes necesitan consuelo. Oremos…
• Para servir con alegría al prójimo, fieles a las enseñanzas de Jesús. Oremos…
• Para salir al encuentro de nuestros hermanos más necesitados, sumergidos en la pobreza y en la indigencia. Oremos…
Sexto día de la Novena: domingo 16 de mayo
EN CRESCENCIA LA PLENA VOLUNTAD DE DIOS
SAN JOSÉ: PADRE CONFIADO Y PACIENTE
A pesar de lo mucho que le costó dejar su Patria, su familia y su comunidad, María Crescencia vio claramente la voluntad de Dios en las palabras de su Superiora y con gusto aceptó lo que Él le pedía. Ella había dicho: "Por cumplir la voluntad de Dios iría al fin del mundo". Vivió en Vallenar entregada totalmente al servicio de sus hermanos enfermos, dentro de la alegría de la vida comunitaria y creciendo incesantemente en el Amor de Dios a quien había consagrado su vida, hasta llegar a decir: ¡Jesús mío quisiera amarte tanto, cuanto te amas a ti mismo!
En el Hospital Naranjo de Vallenar, trabajó hasta perder sus fuerzas. Según los testigos que vivieron con ella, trabajó más de lo que podía. Y cuando le preguntaban sobre su salud, siempre respondía: ESTOY BIEN. Se mantenía en contacto con su familia por medio de la correspondencia. Sus cartas manifiestan el gran amor que tenía a la Virgen, a sus Hermanas de Comunidad y en especial a su familia.
¿Qué hizo la Hna. Crescencia para ser Santa? No hizo obras espectaculares. Su vida fue como la de todos nosotros. Y por eso muchos nos preguntamos: ¿qué méritos tiene para llegar a los altares? Sabemos que la santidad - a la que todos los bautizados estamos llamados- se alcanza tratando de cumplir siempre y en todo la voluntad de Dios, en el puesto que a cada uno le toca ocupar en la vida. No es importante el papel o misión que uno tiene encomendado, sino el amor y la ilusión con que lo desempeña. Crescencia decía: para cumplir la Voluntad de Dios, iría hasta el fin del mundo” Y lo cumplió fielmente hasta morir.
Procuraremos respetar a nuestros padres y demás familiares.
El ejemplo de San José confiado en Dios y paciente en lo cotidiano.
Fue fiel al llamado de Dios en cada circunstancia que vivía. Y tuvo paciencia en el responder con generosidad al designio de Dios en su vida.
PRECES:
A cada oración decimos: “En Ti, confío Señor”.
• Mi familia, para que la cuides y proteja. Oremos…
• Mi comunidad, para vivamos en unidad y fraternidad. Oremos…
• Mi nación, para que los gobernantes busquen siempre el bien común. Oremos…
• Mi vida, para sea instrumento de tu amor. Oremos…
Séptimo día de la novena: lunes 17 de mayo
EN CRESCENCIA EL “SÍ”, ESCUELA DE VIDA
SAN JOSÉ: PADRE EN LA OBEDIENCIA
La Hna. Crescencia tenía mucho amor a la Virgen María y ella le enseñó a ser devota del Corazón de Jesús
Ante el progreso y gravedad de su enfermedad, fue internada durante tres meses en un hospital cercano a Vallenar, totalmente aislada para evitar el contagio. Pero las últimas semanas de su vida la pasó nuevamente en Vallenar, en su comunidad, edificando a las Hermanas con su serenidad y profunda paz interior. Dios le tenía reservadas para este momento Gracias muy especiales.
Según las crónicas recibió en visión la visita del Fundador, San Antonio María Gianelli.
Desde la imagen de su cuadro de la Virgen del Huerto, que tenía junto a su lecho, María la bendijo a ella y a las Hermanas. El niño Jesús hizo ademán de salir de los brazos de su Madre y María Crescencia extendió los suyos para recibirlo.
En cada circunstancia de su vida, José supo pronunciar su “SI” a Dios, como María en la Anunciación y Jesús en Getsemaní.
José, en su papel de cabeza de familia, enseñó a Jesús a ser sumiso a sus padres, según el mandamiento de Dios
En la vida oculta de Nazaret, bajo la guía de José, Jesús aprendió a hacer la voluntad del Padre. Dicha voluntad se transformó en su alimento diario (cf. Jn. 4,34). Incluso en el momento más difícil de su vida, que fue en Getsemaní, prefirió hacer la voluntad del Padre y no la suya propia y se hizo «obediente hasta la muerte y muerte de cruz”. Por ello, el autor de la Carta a los Hebreos concluye que Jesús «aprendió sufriendo a obedecer»
Todos estos acontecimientos muestran que José «ha sido llamado por Dios para servir directamente a la persona y a la misión de Jesús mediante el ejercicio de su paternidad; de este modo él coopera en la plenitud de los tiempos en el gran misterio de la redención y es verdaderamente “ministro de la salvación”»
Por eso decimos que san José es padre en la obediencia. Supo vivir esta virtud con empeño y solidaridad.
Qué importante vivir la vida espiritual con la mirada solidaria hacia nuestra familia y nuestro prójimo.
PRECES:
A cada oración decimos: “Padre Misericordioso, escúchanos”.
• Te pedimos por los enfermos, para que encuentren en Ti, el consuelo que necesitan. Oremos…
• Te pedimos por todo el personal de salud, que día a día entregan su vida con amor, valentía y profesionalismo. Oremos…
• Te pedimos por los científicos y todos los que trabajan por el fin de la pandemia, para que les otorgue conocimiento y sabiduría. Oremos…
• Te pedimos por las familiares de los enfermos, para que Tu mirada de ternura los fortalezca. Oremos…
Octavo día de la novena: martes 18 de mayo
EN CRESCENCIA LA VALENTÍA CREATIVA
SAN JOSÉ: PADRE EN LA OBEDIENCIA
Eligieron para ello Vallenar, en la República de Chile, donde las Hermanas del Huerto atendían en el Hospital desde 1915. En el año 1928, la Hermana María Crescencia visitó por última vez Pergamino para despedirse para siempre de los suyos. Poco después acompañada por la Madre Provincial viajó a Chile, donde transcurrió la última etapa de su vida, ya que cuatro años después de su llegada entregó su alma a Dios, en Vallenar, luego de una vida heroica en la virtud.
En el momento en que María Crescencia llegaba a Vallenar bien puede decirse que las Hermanas del Huerto estaban escribiendo una página de oro de Congregación en América.
Vemos en la vida de nuestra beata una gran fidelidad a Dios y una gran obediencia.
Inspirada en los santos, como San José, vivía la obediencia en las pequeñas cosas tanto en su familia como en la vida religiosa. Hermoso ejemplo para los integrantes de las familias y los laicos de la Iglesia católica.
Con verdadera piedad recibió el Santo Viático, rodeada de su Superiora y Hermana y mientras rezaba con los presentes las oraciones de los agonizantes, se incorporó e inclinándose profundamente delante del cuadro del Sagrado Corazón de Jesús, repitió las palabras que el mismo Jesús le enseñaba: "Corazón de Jesús, por los sufrimientos de tu divino corazón, ten misericordia de nosotros".
Por muchas cosas que Crescencia vivió se nos presenta como modelo. Era una religiosa joven, normal y equilibrada, sencilla, alegre, simpática y que amó y vivió plenamente la vida. Crescencia es un regalo de Dios para nuestra sociedad y para cada uno de nosotros, porque, como enamorada de Cristo, nos contagiará a jóvenes y adultos de su amor, que nos impulsará – como a Cristo – a obedecer incondicionalmente al Padre y a vivir para los demás; porque nos convencerá de que sólo a base de espíritu de superación y de esfuerzo maduraremos y nos realizaremos como personas; y porque, olvidándose de sí misma y sacrificándose por los demás, nos señala el camino que conduce al equilibrio humano y a la verdadera felicidad.
Si la primera etapa de toda verdadera curación interior es acoger la propia historia, es decir, hacer espacio dentro de nosotros mismos incluso para lo que no hemos elegido en nuestra vida, necesitamos añadir otra característica importante: la valentía creativa. Esta surge especialmente cuando encontramos dificultades. De hecho, cuando nos enfrentamos a un problema podemos detenernos y bajar los brazos, o podemos ingeniárnoslas de alguna manera. A veces las dificultades son precisamente las que sacan a relucir recursos en cada uno de nosotros que ni siquiera pensábamos tener.
Así fue la vida de San José. Y en este tiempo de pandemia nos podemos dejar iluminar por esta valentía creativa.
Cuántas muestras de personas con estas virtudes tenemos en estos días de enfermedad y sufrimiento.
PRECES:
A cada oración decimos: “Corazón de Jesús, ayúdanos”.
• A salir al encuentro de nuestros hermanos más necesitados. Oremos…
• A construir una Patria más justa y más fraterna. Oremos…
• A tener una mirada misericordiosa y comprensiva con nuestro prójimo. Oremos…
• A vivir con valentía, las enseñanzas del Evangelio, en nuestro mundo de hoy. Oremos…
Noveno día de la novena: miércoles 19 de mayo
HERMANA CRESCENCIA VIOLETA ESCONDIDA DE DIOS
PADRE EN LA SOMBRA
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús nació en Francia cuando el mismo Jesús se apareció a Santa Margarita María de Alacoque y le pidió que fuera la difusora del gran amor de Dios. Jesús le mostró su corazón y le dijo: “Hija este es el Corazón que ama tanto a las personas”
Los santos y los pecadores son los predilectos de Dios. Por eso también ellos son los elegidos del amor de Dios.
La Hna. Crescencia también estuvo muy unida al Corazón de Cristo durante toda su vida. Ella lo amaba mucho y esto se demostró cuando ella estaba tan enferma y antes de morir recibió el Santo Viático.
“… pidió que se le rezara algo al Sagrado Corazón de Jesús, que también estaba colgado el cuadro en frente de su cama y terminado de rezar las letanías del Corazón de Jesús ella como fuera de sí y llena de gozo nos hacía comprender que algo Celestial veía, entonces hizo una exclamación y dijo: "veo el Corazón de Jesús, que está rasgando la llaga de su Smo. Corazón y de ellas salen chispas como de fuego y va sacando fibras y las arroja hacia mí y me dice que en esa Llaga a mí me introduce". Mientras que la Comunidad rezaba con el Padre Capellán las oraciones de los agonizantes, ella también nos acompañaba en voz baja, pues ya tenía todos los síntomas de una próxima agonía, ya sus fuerzas estaban agotadas.
En el momento más delicado de la agonía de la Hna. Crescencia ella elevó una bellísima plegaria al Sagrado Corazón de Jesús
“Corazón de Jesús! te pido una bendición especial para Chile y ya que es la voluntad de Dios que yo muera aquí, gustosa te ofrezco este sacrificio por la paz y tranquilidad de esta Nación…continuó diciendo que veía la felicidad que Dios le tenía preparado en el Cielo; prosiguió diciendo en alta voz: ¡cuándo Señor... he merecido esto! ¡qué son los sacrificios de este mundo comparados con la felicidad del Cielo! ¡Dios mío! yo no soy más que una miserable criatura, la ínfima de todas, soy menos que un gusano de la tierra, ¡ah! ¡dónde a mí tanta dicha! ¡Corazón de Jesús no merezco eso! y al mismo tiempo le hacía comprender que esa merced era puramente bondad de su bondadosísimo Corazón. ¡Jesús mío quisiera amarte tanto, cuanto te amas a ti mismo!, demostrando con esto el ansia que sentía por unirse con su Dios en la feliz Mansión, repitiendo fuertemente, no me detengan más, no me detengan más. Si, que todos vayan al Corazón Smo. de Jesús, allí en esa llaga encontrarán la salvación de sus almas”
Finalmente dijo sonriendo: "Padre... en tus manos encomiendo mi espíritu. Así murió santamente, el 20 de mayo de 1932.
Para San José ser padre en la SOMBRA fue ejercer su paternidad durante toda su vida. Esto es fidelidad a Dios y a su familia.
Así también nuestra Beata fue fiel hasta la muerte y expresó la experiencia de un Dios rico en amor.
PRECES:
A cada oración decimos: “Venga tu Reino Señor”.
• Para contagiar al mundo el fuego Gianellino. Oremos…
• Para fortalecernos día a día, en este tiempo de pandemia. Oremos…
• Para vivir en la unidad como hermanos, en Cristo Jesús. Oremos…
• Para ser signos de esperanza en nuestra sociedad. Oremos…
Jueves 20 de mayo
MEMORIA LITÚRGICA DE LA BEATA MARÍA CRESCENCIA PÉREZ
¿CÓMO SABEMOS QUE EL CORÁZÓN SE JESÚS ES FUENTE DE SALVACIÓN?
Nos damos cuenta cada vez que leemos en el Evangelio la vida de Jesús. El curaba a los enfermos, daba la vista a los ciegos, hacía caminar a los paralíticos y los pecadores se convertían. Toda la gracia y el amor de Dios estaban en ese Corazón de Jesús de Nazaret.
Esta convicción del amor de Cristo es una enseñanza también de la Hna. Crescencia. Ella tenía mucha fe en Dios y en cada oración que hacía se podía entender su gran amor a Cristo. Esta semana vamos a tomar alguna parte de esta oración que se encuentra escrita en la historia de la vida de nuestra futura Beata Crescencia. Cuando ella estaba muy enferma mirando el cuadro del Corazón de Jesús exclamó:
“Corazón de Jesús bendíceme y bendice a estas mis Hermanas… dadles fuerzas para luchar con valor en estos tiempos calamitosos para la salvación de las almas. Bendiga nuestro amado Instituto que tanto bien he recibido y que en estos momentos me considero la criatura más feliz y dichosa que hay en este mundo”.
Los santos esparcen el perfume de Cristo en su vida de santidad. Así ocurrió con la Hna. Crescencia. El perfume de violetas se esparce como fruto de su vida llena de humildad y caridad.
A poco de morir en el colegio del Huerto de Quillota, distante 600 Km de Vallenar, estando las Hermanas reunidas percibieron una fragancia semejante al perfume de las violetas, que permaneció varios días dentro de los muros del colegio. Ante este hecho inexplicable, la Superiora dijo: "Ha muerto la Hermana Crescencia". Inmediatamente llegó un telegrama avisando su muerte.
Cuando la comunidad del Huerto dejó Vallenar, la población no quiso que se llevasen el cuerpo de quien llamaban "La santita". Por eso quedó allí 35 años, hasta que, el 8 de noviembre de 1966, la Congregación dispuso el traslado de sus restos a Quillota. Provista de una pequeña urna, abrieron el ataúd para reducir sus restos, pero encontraron intacto y en perfecta conservación su cuerpo y su santo hábito. Toda la ciudad de Vallenar se congregó para constatar este hecho tan singular. Se realiza nuevamente el velatorio y luego fue llevada a Quillota donde descansó 17 años en la bóveda de las Hermanas.
Este perfume de Dios debe ser esparcido a través de las obras de la vida espiritual y misionera de los laicos gianellinos. San Pablo en la Sagrada Escritura nos invita a esparcir el perfume de Cristo.
Con la ayuda de nuestra beata Crescencia Pérez y San José vivamos este año tan difícil por la pandemia y aspiremos el perfume de Cristo en nuestras obras.
En 1983 se trasladó su cuerpo al panteón de las Hermanas en Pergamino hasta el 26 de julio de 1986 en que, con motivo de la apertura del proceso diocesano de beatificación, se lo trasladó a la Capilla del Colegio del Huerto.
El 3 de octubre de 1990 la Sagrada Congregación para las causas de los Santos abrió el proceso en Roma.
Su tumba es constantemente visitada por numerosos peregrinos que de todas partes del país vienen a venerar sus restos, a pedir ayuda o a agradecer sus favores.
A través de estos hechos Dios comunica su mensaje y nos habla de secretos designios acerca de la Hermana María Crescencia.
Su muerte fue precio de vida y dio especiales frutos, en vocaciones y en Gracias, sobre todo en orden espiritual. Estas Gracias, en número cada vez mayor, siguen produciéndose hoy, a favor de quienes la invocan.
Su vida fecunda ilumina a los niños y jóvenes del mundo entero. Su amor a Dios, su entrega incondicional como San José ilumina a toda la Iglesia
Damos gracias a Dios por la vida de los santos.
Rezamos tres Avemarías por el aumento de vocaciones sacerdotales y religiosas.