Esta religiosa impartió sus conocimientos de Geografía, de Historia de la Educacion y de Catequesis a varias generaciones que pasaron por el colegio del Huerto. Nació en Posta de San Martín, en Arroyo Seco, Provincia de Santa Fe, el 28 de abril de 1932. A los 84 años permanece en el colegio, prodigando su generosidad e intentando cumplir sus sueños benefactores entre los más necesitados del norte.
¿Cómo se hizo religiosa?
Fue gracias a las Hermanas Adoratrices que me formaron e inculcaron el amor a Jesús Eucaristía y a la Virgen María. Me consagré en el año 1956. Así que estoy cumpliendo 60 años de vida consagrada con mucho orgullo y cariño.
¿Cuándo llegó al Huerto de Orán?
Entré al Noviciado de Córdoba el 7 de Abril de 1953, en épocas en que había más vocaciones religiosas. Pasaron varios años y al Huerto de Orán llegué en marzo de 1981 y estuve hasta 1994, cuando me dieron otro destino. Luego regresé el 7 de abril de 2011. La primera etapa en este Huerto de Orán fue maravillosa, enseñaba Geografía en el Secundario e Historia de la Educación en el Magisterio.
¿A qué se dedica ahora?
Hago manualidades en tejido como agarraderas, carpetas; hago rosarios, denarios; junto botellas, tapitas y cartones, y lo que logro recaudar es todo para un barrio muy pobre llamado "200 Años", que está bajo la protección de la Virgen del Huerto. Estamos construyendo una capilla y con la ayuda de todas las almas generosas ya se compró la imagen de la Virgen. Pero falta muchísimo por hacer no sólo para levantar la capilla sino para resolver las necesidades de los vecinos.
¿Qué sueño tiene por cumplir?
Uno que he convertido en el afán de mi vida: ayudar a los pobres, a esto dedico todas mis horas y lo que me quede de vida. Tender la mano es un gozo y un privilegio humano.
¿Cómo se puede colaborar?
No me gusta pedir. Cuando vendo las manualidades, siempre me dan más de lo que pido. Toda la ayuda es bienvenida, se pueden contactar conmigo en el colegio para colaborar.
En estos tiempos, ¿por qué alguien elegiría ser religiosa?
Son tiempos de escaséz de vocaciones. El Señor, a las pocas que estamos, nos pide mucho más, pero Él nunca falla. Yo soy muy feliz como religiosa.