Familia Gianellina

MES DE MARÍA (7 de noviembre 7 de diciembre)

Así habló A. Gianelli de María[i]   (7 de noviembre 7 de diciembre)

*      Noviembre

7)    María está con ustedes, los sigue, no tengan miedo. Es una alegría grande para quien se considera pecador, es un anuncio feliz. Cualquiera sea su situación, por grandes y enormes que sean sus pecados, si María está con ustedes, obtendrán ciertamente el perdón de Dios.

8)    Como no llegó a faltar el vino en las bodas de Caná, porque allí estaba María, la Madre de Jesús, a ustedes no les faltará ni la gracia, ni la misericordia, si se confían  a María, si buscan su protección y su ayuda.

9)    Las gracias que Dios le dio a María, en su concepción, en la divina maternidad y en el cumplimiento de los otros misterios de nuestra redención, era un don para ella y para nosotros.

10) Tanta gracia se condensaba en María para que fluyera hacia nosotros, porque Dios quiere que todo lo tengamos por las manos de María.

11) María puede abrirnos la fuente de la gracia y de la misericordia, cuando quiere, a quien quiere y en la abundancia que quiere. No hay pecador que pueda perderse si María interviene para salvarlo.

12) Recurran a María que puede enriquecerlos con todas aquellas gracias de las que tienen necesidad!

13) ¿Temen que María los rechace a causa de sus pecados? María comprende y ayuda a quien está en el pecado y en la necesidad.

14) María se dirige hoy al Hijo como en Caná: Mira Jesús que esta persona no puede salvarse así.  No tiene más vino! No  tiene gracia ni fuerza suficiente. Tiene poco coraje, le falta instrucción.

15) Debemos creer que María está pronta a rogar por cada uno de nosotros y que Cristo verdaderamente la escucha!. De esto no hay duda, carísimos.

16) Todos sabemos que María supera en gracia y santidad a todos los ángeles y santos del cielo, de los cuales es Reina. Ella es reina de misericordia.

17) María es una madre que se empeña en salvarnos. Cuánto más sintamos el peso de nuestros pecados, tanto más debemos dirigirnos a María para obtener misericordia y ponernos en el camino del bien.

18) María no se rinde, como no se desanimó y no desistió en pedir, allá, en las bodas de Caná, cuando ordenó a los sirvientes de hacer cuanto Él les dijera: Todo lo que Él les diga, háganlo!

19) Rueguen a María y desde ahora comenzarán a cambiar… ¿no se lo dice el corazón? ¿No sienten una voz secreta que les dice: espera, espera en María?

20) María es tan buena que no puede ver nuestras necesidades y permanecer indiferente; Ella viene en nuestra ayuda.

21) María viene en nuestra ayuda, incluso antes que le roguemos o antes que nos demos cuenta de lo que necesitamos, a través de gracias especiales y también con verdaderos milagros.

22) María no se preocupa solamente de nuestras necesidades espirituales, sino también de las temporales, y con tanto empeño hasta obtenernos lo que el Hijo no tiene intención de concedernos.

23) Si María se empeña por obtenernos cualquier gracia, ésta nos viene seguramente donada. Ella logra cambiar, o por lo menos modificar los decretos divinos. “Todavía no ha llegado “mi hora”. Pensemos, ¿qué cosa no podrá obtenernos?

24) Tú, María, nos haces esperar que, después de haber contemplado el inmenso tesoro de gracia que Dios infundió en Ti, lo volcarás en cada uno de nosotros.

25) Hecha Madre de la Gracia, es la dispensadora. Dios no sabría negar un don, si a pedírselo fueran los santos y los ángeles juntos. ¿Cómo podría negarnos alguna cosa si a pedirla es su misma Madre?

26) María siempre será escuchada, porque es la Madre del Verbo, y por su santidad que la hace amada y querida por Dios.

27) Si María puede abrir la fuente de la gracia a quien quiere, ¿podrá haber alguien que no pueda esperar en María?

28) Grandes y pequeños, ricos y pobres, felices y afligidos, justos y pecadores, todos tienen en María, la gracia y el socorro.

29) Interroguen su corazón y díganme si cuando piensan en María y le rezan, no se sienten consolados. Díganme si invocarla con sencillez no infunde en su corazón alegría y gozo.

30) Busquemos siempre su especial protección, busquémosla hoy que la recordamos elevada a la dignidad de Madre de Dios.

 

*      Diciembre

1)    Madre Santísima, nosotros te consideramos dispensadora de toda gracia de Dios, y ahora te saludamos: llena de gracia!

2)    Ruega por nosotros que somos pecadores e hijos tuyos, confórtanos en el momento de nuestra muerte, para que gozosos y seguros de tu protección, podamos presentarnos a tu Hijo Jesús y contigo alabar y bendecir a Dios eternamente.

3)    . ‘Ave, llena de gracia’. Dios que se hace hombre, para asumir al hombre; una Virgen que se convierte en Madre de Dios… este es el gran misterio de la Anunciación, misterio que es la alegría de los que creen, misterio capaz de dar esperanza a toda la humanidad, misterio que asombra incluso a los Ángeles.

4)    . La Asunción de María en cuerpo y alma al paraíso es una prenda dulcísima de aquella esperanza que nos enseña a creer que, llegará el día en la que esta frágil y culpable humanidad, resucitará a una vida nueva e inmortal.

5)    . Ella (María) es la madre del amor hermoso, que nace del amor a Dios y del prójimo. Dejémonos encender por ese fuego, porque sin él, en vano nos llamamos hijos de María.

6)    María… Tú eres la Gloria de la Iglesia y de todo el género humano, ya que Tú sola venciste al demonio. Tú eres el júbilo del nuevo pueblo de Dios, que vence al enemigo  con el poder de tu nombre…

7)    María no necesita que le contemos detalladamente lo que nos pasa… es suficiente que susurremos Ave María… para que se dé cuenta de lo que necesitamos …y nos socorra.

 



[i] Pensamientos extraídos de escritos y homilías, publicadas en  “Prédicas sobre María y los Santos” Vol. I H. Rosa Pensieroy Hna. Rosella Zilli, Roma 2008