Familia Gianellina

Novena a San Antonio María Gianelli

Novena y fiesta de San Antonio  Gianelli,


el hombre que, por amor, supo ir hasta el final, hasta el fondo de las cosas.


12 - 21 de octubre 2016


La Fiesta de San Antonio María Gianelli, es una oportunidad para que toda

la Familia Gianellina, viva un clima de fiesta, agradecimiento, oración.


En este año de la misericordia podemos ganar  la INDULGENCIA que la iglesia concede. Las condiciones para ello son: Peregrinación, confesión, comunión


NOVENA de GIANELLI  2016


PARA TODOS LOS DÍAS (esquema)


En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, Amén Nos ponemos en la presencia del Señor para alabarlo, bendecirlo y agradecerle el don que ha hecho a la Iglesia, con  la vida de S. Antonio María Gianelli. 


CANTO a Gianelli…


INVOCACIONES PARA TODOS LOS DÍAS (opcional)

1. San Antonio María Gianelli, alcánzanos tu amor a la Iglesia santa y una fidelidad inquebrantable al Evangelio de la Caridad. (Avemaría y Gloria)

2. San Antonio María Gianelli, alcánzanos un amor apasionado a Jesús, y un corazón lleno de misericordia con todos. (Avemaría y Gloria)

3. San Antonio María Gianelli. Apóstol de la Virgen María: alcánzanos tu devoción a la Reina y Madre de Misericordia. (Avemaría y Gloria) 


INTENCIONES DE ORACIÓN 

Por las vocaciones en toda la Iglesia, particularmente por las de la “FAMILIA GIANELLINA”

Por el pueblo que estamos acompañando: agentes  de pastoral, enfermos, ancianos, jóvenes, niños, familias, por la paz, etc.   Cada Comunidad agrega sus propias intenciones. 


ORACIÓN DE INICIO (para todos los días, ver p. 2)


LECTURA CORRESPONDIENTE AL DÍA - MEDITACIÓN - REFLEXIÓN (pueden usarse las reflexiones que se adjuntan o cada Comunidad puede organizar sus propias reflexiones.  Sería interesante hacerlo a partir del tema: Año de la Misericordia-Misión-Obras de misericordia; rostros de  misericordia en Gianelli) 


TERMINADA LA REFELXIÓN: Rezamos juntos la oración que Cristo nos enseñó: Padre Nuestro


Finalizamos con  la 

ORACIÓN A SAN ANTONIO GIANELLI (Se elige una oración para rezarla todos los días (ver p.2), o repetimos las que todos conocemos.)


Cantamos a Gianelli …..


ORACIONES DE INICIO para todos los días (elegir)


1ª Dios todopoderoso y eterno, que al premiar a los santos con la gloria del cielo, nos ofreces la prueba de tu gran amor hacia los hombres. Te pedimos que la intercesión y el ejemplo de San Antonio Gianelli, nos sirva siempre de ayuda, para seguir mejor y más fielmente a Jesucristo. Amén 


2ª Concédenos, Señor, que el ejemplo de San Antonio Gianelli, nos estimule a una vida más santa. Y que cuantos celebremos su fiesta, sepamos también imitar sus ejemplos de caridad vigilante, su amor a los pobres  y sus gestos de misericordia. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén 


3ª Señor, tú que colocaste a san Antonio Gianelli en el número de los  santos pastores, y lo hiciste brillar por el ardor de su caridad y de aquella fe que vence al mundo, haz que también nosotros, por su intercesión, perseveremos firmes en la fe y arraigados en el amor, y merezcamos participar de su gloria. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén


4ª Te pedimos, Señor, que manifiestes tu misericordia hacia nosotros para que, así como nos alegramos  de poder celebrar la fiesta de San Antonio Gianelli, podamos también  disfrutar un día de su compañía en la felicidad de tu reino. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén


ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS   (elegir )


1.   ¡San Antonio María Gianelli! Tú que a fin de ob­tener en el mundo más abundantes frutos de fe práctica y caridad constante, congregas hoy, ante las nuevas necesidades del mundo, a LA FAMILIA GIANELLINA, haz que ésta sea siempre modelo de las virtudes cristianas y providencial ayudante de tus obras. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 


2. ¡San Antonio María Gianelli! Por el amor filial que tuviste a la Santa Iglesia y al Sumo Pontífice, a quien defendiste constantemente; alcánzanos la gracia de ser siempre dignos hijos de la Iglesia Católica, y de amar y respetar al Papa y venerar en él al Infalible Vicario de Nuestro Señor Jesucristo. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 


3. Oh San Antonio María Gianelli, lleno de con­fianza, a Vos recurro en mis necesidades y particu­larmente en la que me aflige al presente (se nombra). Haz brillar el poder de Dios, socorriéndome según mis deseos, si no son contrarios a la Divina Voluntad. 

Habla por mí a aquella Virgen Milagrosa de quien fuiste la flor más preciada que brotó en su Huerto de Chiávari, para que Ella, que es tan pode­rosa ante su divino Hijo, me alcance la Gracia que tanto anhelo, y así consolado por Vos y por Ella, pue­da servir mejor al Señor en los días que me conceda de vida, y después gozarle contigo y con la Virgen Santísima, en la eterna Bienaventuranza. Amén. 


4. San Antonio María Gianelli Tú que fuiste siempre tan compasivo hacia las humanas desven­turas, dirige una mirada hacia nosotros tan necesi­tados de tu auxilio. Haz descender sobre nosotros y sobre nuestras familias las maternales bendiciones de María Sma. del Huerto; alcánzanos todas aque­llas gracias espirituales Y temporales que necesita­mos: intercede por nosotros en vida y en muerte, a fin de que podamos cantar eternamente las divi­nas misericordias en el Paraíso Celestial. Así sea. Padrenuestro, Avemaría Y Gloria. 


5. San Antonio María Gianelli! Por el amor grande con que amaste a tu pueblo y le hiciste de Padre y Maestro, y por los heroicos sacrificios que so­brellevaste por su salvación; haz que también no­sotros amemos con un amor santo y generoso a todos los que nos son confiados por la Providen­cia y estemos dispuestos a dar la vida por ellos.  Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 

Finalizamos  con un CANTO A SAN Antonio Gianelli   (del repertorio que conocemos)



UNA ACLARACIÓN

El Papa Francisco nos ha invitado a redescubrir, en este año de la misericordia, las obras de misericordia como señal de identidad de nuestra fe en Jesús. “La predicación de Jesús –y toda su vida- nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos.”


Este es el motivo por el que, este año, el tema predominante en todas las reflexiones de “nuestra novena” es la MISERICORDIA-OBRAS DE MISERICORDIA. En S. Antonio M. Gianelli, tenemos claros testimonios de la práctica de las Obras de Misericordia y ejemplos concretos de que poseía un corazón misericordioso. 

Como siempre el material que se envía es un “SUBSIDIO-SUGERENCIA”. Cada Comunidad, recurriendo a su creatividad y a su amor por el Fundador, puede recrear el material o sugerir cosas mejores. Por eso va con anticipación para que puedan mejorar y/o cambiar las reflexiones. Gracias



NOVENA DE SAN ANTONIO MARÍA GIANELLI    (PARA LA REFLEXION DIARIA)


RASGOS-ROSTROS DE MISERICORDIA EN LA VIDA DE S.A.M. GIANELLI.


DIA 1º La FE EFECTIVA-ACTIVA guió toda la vida de S.A.M. Gianelli y lo llevó a “morir en la brecha”.  

Obra de Misericordia: ‘Soportar con paciencia los defectos de los demás’


La vida entera de S. A. Gianelli estuvo modelada por la fe. Lo llamaron “hombre de vivísima fe que, impulsado por la caridad, hizo siempre lo mejor para bien de los demás”. La fe estaba profundamente arraigada en su vida, se reflejaba en sus palabras y acciones y se traducía en actos concretos de misericordia.  No pasó ni un día de su vida, sin hacer alguna Obra de Misericordia corporal o espiritual, acogiendo al desprotegido, al enfermo, al huérfano, al abandonado al borde del camino.  Todos los dolores humanos y todas las necesidades de sus hermanos, encontraron eco en su corazón creyente. Según él, la fe que salva debe ser fecunda en buenas obras, y lo que creemos íntimamente, debe concretarse  en obras de misericordia. 

Algunas circunstancias de su vida proclaman bien alto cuán viva era su fe.  “Sufrió grandes y graves contradicciones, fue calumniado, acusado, amenazado, probado por la enfermedad; estuvo expuesto a grandes peligros, vio fracasados y desvanecidos  sus proyectos, y con todo, en lugar de desanimarse y dejarse dominar por la tristeza o por el mal humor, alentaba a los que estaban con él a confiar en Dios. 

Miremos hoy a nuestro alrededor para descubrir donde nos llama Dios a realizar un gesto desinteresado de caridad y misericordia. 


DÍA 2º  La FE mantuvo viva la “CONFIANZA EN DIOS” de S.A,Gianelli     

Obra de Misericordia: “Rezar por los vivos y los difuntos”


Frente al  dolor y la contrariedad, los cristianos estamos llama­dos a la confianza en ese Dios que “es un Padre bueno que nunca abandona a sus hijos”. Nuestra confianza no es la búsqueda de una ilusión fantasio­sa, sino la confianza del hijo que está seguro  que "su esperanza no quedará defraudada”. Esta confianza es el ancla que ya está clavada en los Cielos y a la cual nos aferramos para seguir caminando. El mismo Jesús viene a nuestro encuentro para repetimos con serenidad y fir­meza: No tengan miedo", "yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo". "Vayan y anuncien", Ir a anunciar, estar cerca de quien sufre fragilidad, siendo uno mismo frágil, es posible solamente confiando en esa promesa del Señor Resucitado.  

Con frecuencia, -dice Gianelli-, sentimos la fatiga y el cansancio. Nos tienta el espíritu de acedia y de pereza. También miramos lo que hay por hacer, y lo poco que somos, y como los  Apóstoles, decimos: “Señor: ¿qué es esto para tanta gente?” ¿Qué somos nosotros para cuidar tanta fragilidad? Y nuestra fortaleza, reside en la confianza humilde, de quien ama y se siente amado y cuidado por el Padre; en la confianza humilde de quien se sabe gratuitamente elegido y enviado. A San Antonio Gianelli,  en todas sus acciones y emprendimientos, lo guiaba una confianza inquebrantable en la divina providencia. Hablaba a menudo de esta virtud en sus conversaciones y sermones, fundando sus argumentos, sobre todo, en la misericordia de Dios.  Muy particularmente en sus fundaciones, demostró su gran confianza en Dios,  por lo cual lo llamaban el hombre de la Providencia y recomendó siempre a las Hijas de María y a los Oblatos, el amor a la pobreza, porque Dios acude con mayor gusto en socorro de las almas, que confían y esperan en Él, más que en los recursos humanos. Ni las mayores dificultades podían entibiar su confianza o detenerlo en el cumplimiento de sus deberes. Pensemos hoy si somos capaces de confiar en Dios, cuando los recursos con que contamos son insuficientes…


DIA 3º La FE hizo de Gianelli un hombre de MISERICORDIA y PERDON  

Obra de Misericordia: “Perdonar a los que nos ofenden”


"Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá com­pasión de ellos" nos enseña el Señor en el sermón de la montaña. El perdón y la misericordia, por decirlo de alguna manera, son  el pan nuestro de cada día, que debemos compartir, como “el pan nuestro de cada día”, que pedimos al Señor.  Una de las Obras de misericordia más difíciles de poner en práctica, es la de perdonar a quien nos ha ofendido, a quien nos ha  hecho daño. Jesús nos dice: “Felices los que saben perdonar, que tienen misericordia, que no juzgan todo ni a todos, que se ponen en el lugar de los otros".  Si Dios es misericordioso, los que amamos a Dios deberíamos ser también misericordiosos con nuestros hermanos, y con todos aquellos con los que compartimos la vida.

S. Antonio Gianelli dijo en una ocasión: Hacia el otro tendrías que tener sentimientos de compasión y de benevolencia, precisamente para que Dios, mirando tus sentimientos a favor de aquel que consideras enemigo, lo libre y lo atraiga a sí. El que tiene menos defectos tiene que ser más humilde y reconocido hacia Dios. La virtud del perdón, fue siempre muy estimada,  también por aquellos  que no creen en Dios. ¿Será despreciada solamente por nosotros? Dios puede decirnos: Yo continúo perdonando tu pecado, tus ofensas continuas, y tú, por amor mío, ¿no puedes perdonar al que te ha ofendido tan poco? Yo te pido que ames también a tus enemigos, que reces por ellos, que hagas el bien a aquel de quien recibiste un mal, …  A los que perdonan, aman, ruegan por el enemigo, Cristo les asegura el constante perdón del Padre: “perdonen y serán perdonados” En la oración del Padre Nuestro, Jesús incluyó: “Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Esto significa que si nos negamos a perdonar a los demás, el Padre no nos perdonará a nosotros. Dios se presenta a sí mismo como nuestro  modelo, precisamente en el perdón y en el amor que le debemos a nuestro prójimo, y dice: “Con la medida que ustedes midan, serán medidos” Ustedes ¿conservarán algún rencor, algún enojo, serán fríos, se negarán a  hacerle el bien, buscarán estar lejos del que los ofendió?  Yo haré lo mismo con ustedes: ¡Con la misma medida!. ¿Ustedes perdonan? Yo los perdono. Ustedes perdonan totalmente, abrazan a su prójimo, le hacen el bien, ruegan por él, le demuestran que lo aman?  Así hará con ustedes el Padre: ¡Con la misma medida! Según nuestro actuar, ¿con qué medida nos medirá el Señor?


DIA 4º La FE alimentó la CARIDAD  heroica de S.A.M. Gianelli

Obra de misericordia:  “Dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento”


 “Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión”.  San Antonio Gianelli, nos enseñó con su testimonio a ver el mundo con los ojos de Cristo, y nos mostró “en su vida y sin límites” que “el amor es entrega, paciencia, sonrisa, compañía, escucha, comprensión” y que ese amor tan sólo existe “encarnado en rostros concretos”, “en el servicio a cada persona con la que nos encontramos”. Nos enseñó que no hay alternativa a la caridad.

S.A.Gianelli fue  un santo que salió a “callejear” y a repartir lo que tenía entre los pobres. Nadie podía sentirse despreciado o ignorado por él. Se preocupaba por todos en sus distintas circunstancias: conso­lar a una niña, interceder por un pre­so, acompañar a un enfermo, alimen­tar a los pobres o acoger en su casa y abrigar al que no tenía ni casa ni abrigo. Lo hacía con una compasión que le brotaba de las entrañas y dispuesto a entregarse por todos los que sufrían. Su especial cariño hacia los pobres iba más allá de acercarles alguna limosna.  Como buen padre de su pueblo, vivía lo que enseña el Papa Francisco: “Salir hacia los demás para llegar a las periferias humanas, no implica correr son rumbo y sin sentido. Muchas veces, es detener el paso, dejar de lado la ansiedad para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar al que se quedó al costado del camino (EG 47)

Su gran amor hacia el prójimo se manifestaba especialmente en la solicitud con que buscaba y adoptaba todos los medios que pudiesen redundar en bien espiritual y temporal de sus diocesanos. No perdía ocasión alguna de infundir en los demás la caridad que ardía en su corazón.

Su generosidad para con los pobres era tan grande que en varias ocasiones llegó a privarse de lo necesario para proveer a las necesidades urgentes de familias enteras. Visitaba a los encarcelados, confortándolos con palabras llenas de cariño y tratando con amor aun a los más forajidos, visitaba a los enfermos entrando en los más miserables tugurios, sentándose junto a las camas más sucias y a los enfermos más repugnantes… siempre para consolarlos. Su caridad no conocía límites en los sacrificios que se imponía para el bien del prójimo.


DIA 5º La FE encendió el CELO APOSTOLICO de San A. Gianelli

Obra de misericordia: “Enseñar al que no sabe”., “Dar buen consejo al que lo necesite”  


Gianelli fue un pastor con olor a oveja, que caminó sin descanso, en busca de sus hermanos…. Iba por todas partes anunciando la Palabra. Antonio Gianelli estaba hecho para misionar. Nada de pereza o de egoísmo acomodado. Andaba por todas partes. Así reco­rrió "muchas ciudades y pueblos y cuando llegó a Bobbio,  no dejó ni una Comunidad o Parroquia sin visitar. Se sabía que "su espíritu misionero habría querido llegar a todos los países para extender la gloria de Dios y atender a la salud del prójimo. Su misionar incesante, provenía de su "infatigable celo" que "no perdona fatiga, como lo prueban sus continuas misiones. 

Caminaba para hacer el bien, caminaba por las calles de las ciudades, pero no caminaba sin rumbo, porque tenía objetivos claros: se hacía presente allí donde era necesaria para alentar, consolar, alimentar, ayudar. Caminaba y sorprendía con su llegada, y hacía mucho bien generosamente. Como dice el Papa Francisco, él sabía "primerear" y vivía "un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita misericordia del Padre. 

Pidamos al Señor, que nos enseñe a tomar la iniciativa para estar siempre allí donde hagamos falta, para sorprender a los demás con la misericordia y para entregarnos a cada ser humano que nos necesite. Pidamos audacia para que nos detengan ni nos paralicen  los miedos, las dudas o los cansancios, y que  nos enseñe a ser caminantes de la fe. ¿Hasta dónde llega nuestra audacia en nuestra misión específica?


DIA 6º La FE hizo de Antonio Gianelli un  MISIONERO infatigable y  apasionado

 Obra de Misericordia: “Consolar al trise y afligido”


Siempre tenemos la fuerte tentación de encerrarnos en nosotros mismos, en nuestros problemas y comodidades, pero, en realidad, estamos hechos para salir hacia los demás. Ser cristianos es salir hacia donde Dios nos llame y hacia los lugares que más nos necesiten. Toda la vida de Antonio Gianelli fue una "salida", porque él siempre salía de la comodidad y partía para servir, evangelizar, acompañar. Fue un santo que vivió entre la gente y que, como el Papa Francisco,  quería “una Iglesia en salida”.  Gianelli "salió" Era Dios mismo quien "lo arrebataba fuera de sí, lo transportaba", llevándolo a misionar. Toda su vida sintió ese impulso tan intenso que lo empujaba a salir siempre de nuevo hacia otros lugares necesitados, también fuera de su Diócesis. Y repetía con frecuencia: “Ay de mí si no evangelizo”

Palpitaba en él un impulso salidor, que como fuego, ardía en su interior. Y él en­cauzó esa pasión misionera, saliendo de su comodidad, para buscar el bien de los demás, para acercarse a los presos, a los men­digos, a los enfermos, a los que no contaban de­masiado en la sociedad de la apariencia. Salía hacia las periferias, esas que pueden estar a la vuelta de la esquina, allí donde hay alguien que necesita la luz de Jesús.

Era un "misionero consu­mado"; Descubrió que estar en salida era vivir siempre disponible ante cualquiera, siempre dis­puesto a lo que Dios y los demás le pidieran. 

En este momento en que la Iglesia quiere vivir una intensa renovación misionera, Antonio Gianelli, es un modelo para todos, tanto para los misioneros que dejan su patria como para los que se quedan en ella. Como nos enseña el Papa Francisco, todos sin excepción están llamados a "salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio" (EG 20).  ¿Estamos disponibles para “misionar”, dejando de lado nuestras comodidades y miedos?


DIA 7º La FE alimentó la COMPASIÓN de S.A.M. Gianelli: El  buen samaritano, el prójimo y la compasión. 

Obra de misericordia; “Vestir al desnudo, dar posada al peregrino”


La página del Evangelio de Lucas (del Buen Samaritano) nos regala la verdadera imagen de Dios, su verdadero rostro, su auténtico corazón.   “Ve, y haz tú lo mismo”, es la recomendación del Señor, al final de la parábola. Esta es la Buena Noticia para todos, sin excepción, y la verdadera religión se explicita en el ejercicio cordial de la compasión hacia el caído, signo cierto del amor inquebrantable del Dios de la Vida, para con la humanidad. S. Antonio Gianelli había incorporado en su vida, como una segunda naturaleza,  eso de “vivir para los demás”. Y quería también que sus Hijas y toda la Familia Gianellina, tuviera ese aire de familia, y que siempre  aspirasen a  ser como “en las primeras comunidades, mujeres y hombres que andan por la vida sin rodeos, cuya preocupación primera son los que sufren, los que la existencia ha dejado agobiados a la vera de la vida, llevando aceite de consuelo y vino de esperanza, previsores para el después, con monedas plenas de mañana, porque saben que cada vez es más necesario e imprescindible aprojimarse, como Aquél que se acercó de una vez y para siempre y se ha quedado entre nosotros por los siglos de los siglos. 

Gianelli, haciéndose eco de esta página del Evangelio del buen samaritano, no pasó de largo ante las necesidades y las urgencias de su Parroquia y de su Diócesis,  y esa urgencia interior  de proveer….lo tuvo siempre de pie, dando una mano…. El se involucró, sin medida y sin miedo a los riesgos, cuando se trataba del bien de la Iglesia y del pueblo que le había sido confiado. Nuestra “caridad, evangélica, vigilante” ¿sabe ser arriesgada o nos pueden los miedos?


DIA 8º La FE  impulsó a S.M.G. a “PROVEER” y sostener la misericordia en el tiempo.  CELO MISERICORDIOSO EN LAS HIJAS DE MARÍA.

Obra de misericordia: “Corregir al que está en el error” , “Visitar a los enfermos”


La misericordia no solamente viene de Dios, sino que necesita un campo donde ser instalada, una vida donde ser vivida y expresada, y una respuesta vital para ser transformada en realidad.  Esta convicción hizo que la fantasía de la caridad no conociera límites, en la historia de la Iglesia, y fue capaz de abrir innumerables sendas para llevar el evangelio a las culturas y a los más diversos ámbitos de la sociedad. 

De la heroica caridad de Gianelli y de su ardor espiritual, nació una historia de caridad, una obra que habría atravesado los siglos y los continentes. “El bien es difusivo”, solía repetir Antonio Gianelli, y así de una sola persona, Dios ha hecho germinar una Obra, una FAMILIA, que en el tiempo, a través de otras personas de buena voluntad, ha sido capaz de realizar plenamente el mandato evangélico: “Vayan por todo el mundo…” 

Y dotó a esa Familia, que nació en torno a su proyecto, con el precepto divino de la “Caridad Evangélica Vigilante”. Y dijo a las Hermanas: “vivan olvidadas del propio interés, de la propia comodidad y hasta de sí mismas; siempre atentas a las necesidades de los tiempos, gocen de hacerse todas a todos, en un servicio que no conozca otro límite que la imposibilidad o la inoportunidad”. Pero entiendan que esa CARIDAD EVANGÉLICA, no es sólo compasión humana, simpatía, compadecimiento; sino que es el amor que Cristo nos enseña en el Evangelio, la Buena Noticia de que Dios nos ama entrañablemente. Y es una CARIDAD VIGILANTE: atenta, un amor que siempre vigila, que ve las necesidades del prójimo y que, en la pobreza de medios y de recursos, vive  confiando solamente en Dios y en su amor infinito.


DIA 9º  La FE llevó a S.A.Gianelli a ‘acoger’ a  MARÍA COMO MADRE DE MISERICORDIA

Obra de misericordia: “PROVEER a todas las necesidades con caridad evangélica vigilante”


Para crecer en la ternura, en la caridad respetuosa y delicada, nosotros tenemos un modelo cristiano a quien dirigir nuestra mirada. Podemos recurrir confiados a María,  con filial confianza, seguros que nos asistirá, nos sostendrá y no nos abandonará. Es la Madre del crucificado resucitado que permanece al lado de nuestras cruces y nos acompaña en el camino hacia la resurrección y la vida plena.  El amor de María no conoció límites y traspasó las fronteras de lo comprensible. Ella proyectó su amor sobre Cristo en la Cruz, con ternura de Madre, y lo sigue proyectando sobre la Iglesia y,  por lo tanto, sobre nosotros, pecadores.

María, Madre de Misericordia, puso en el corazón de Gianelli, la certeza que todos somos amados por Dios, que todo tiene sentido cuando aceptamos, con un sí definitivo, lo que el Señor quiere hacer con nuestras vidas. Antonio Gianelli se abandonó plenamente a los planes de Dios, se dejó guiar por Él, aceptó su misericordia y la expresó en su vivir cotidiano. Su amor a la Virgen se manifestaba en gestos concretos de acogida, de acompañamiento y de servicio. 

Hablando a su pueblo S.A. M. Gianelli expresó: “María lo puede todo, y no temo ir más allá de la verdad si digo que Ella es “Omnipotente en Misericordia”: Su misericordia se extiende sobre todas las creaturas. María puede todo en el reino de la Misericordia y creemos que Ella puede abrir la fuente de la divina piedad a quien quiere, en la medida en que lo desea. Tú, hombre, en tu gran miseria, tú, enfermo en tu situación desesperada, ustedes pueblos en sus desventuras, recurran de corazón a María, Ella se empeñará por ustedes, no teman, ustedes están salvados, están al seguro. Basta ser unos miserables para tener derecho a la misericordia de María. Cuanto más desgraciado es uno, tanto más lo mira María con ternura.   En el Reino de la Misericordia el poder de María, tiene como objetivo salir al encuentro de nuestras miserias, de nuestras necesidades. ¿Por qué no recurren a María con plena confianza?” 



21 DE OCTUBRE

Damos gracias a Dios por el regalo de este sacerdote y Obispo, conocido como el “Santo de hierro”, que no teniendo grandes títulos académicos, tenía el gran DON de descubrir a Dios en medio de la  HISTORIA y de la GENTE, dentro de la relación tiempo y espacio geográfico, en que le tocó vivir. Reconoció a Cristo en los más pobres y fue un pastor dispuesto  a dar  la vida por sus ovejas, un pastor con olor a “oveja”, como dice el Papa Francisco.

Por hacerse pobre y servidor de todos en el cuidado de las almas; por ser un sacerdote excepcional: padre de los pobres, confidente y auxilio de los pecadores, por ser un hombre de oración, desbordado de amor, paciencia y humildad, alegría, bondad y sencillez,  LA IGLESIA LO PROCLAMÓ SANTO  el 21 de octubre de 1951.