15 de Septiembre
Nuestra Señora de los Dolores.
15 DE SEPTIEMBRE: NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
MEMORIA
“¿Habrá dolor más
intenso que tu dolor dolorido?”
Himno[1]
“Al día siguiente de la fiesta
de la Santa Cruz, contemplamos el dolor de María en el seguimiento de su Hijo,
un dolor que culmina en la contemplación de su muerte. El dolor de María
muestra cómo la fidelidad al camino de Jesús implica compartir también la
dureza y la oscuridad de su cruz, para llegar con él a la vida”[2].
“¿DESEAS SER HIJO DE MARÍA?
IMÍTALA EN EL AMOR A SU HIJO.”[3]
En este día le pidamos a la
Virgen que vivamos nuestros dolores como fuente de redención y que de las
llagas de Jesucristo nos animen a cumplir la Palabra de Dios.
“Hoy, la contemplamos a Ella,
en su dolor: su hijo está muriendo, y está muriendo en el suplicio de los
esclavos. La contemplamos en su dolor, pero al mismo tiempo la contemplamos en
su fe. Porque ella cree que aquella muerte será fuente de vida. Y nos ayuda a
creerlo a nosotros”[4].
EL
SENTIDO CRISTIANO DEL SUFRIMIENTO HUMANO[5]
“Como
resultado de la obra salvífica de Cristo, el hombre existe sobre la
tierra con la esperanza de
la vida y de la santidad eternas”.
ORACIÓN
“Dios nuestro, que quisiste
que la Madre de tu Hijo estuviera a su lado junto a la cruz participando en sus
sufrimientos, concede a tu Iglesia que, asociada con María a la pasión de
Cristo, merezca también participar en su gloriosa resurrección. Por nuestro
Señor Jesucristo. Amén.”
[1] Liturgia de las Horas para los fieles; Laudes, Vísperas y Completas,
Versión Litúrgica oficial; Ágape;
pág.971.
[2] Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona; El santoral. Sugerencias y
materiales; Dossiers CPL, 111,
Barcelona; 2007; pág. 173.
[3] Rausch; Magrini; Meditemos con SAMG; pág.53.
[4] Centro de Pastoral Litúrgica de
Barcelona; El santoral. Sugerencias y materiales; Dossiers CPL, 111, Barcelona; 2007; pág. 173.
[5] PP. Juan Pablo II; Carta Apostólica Salvici Doloris; Roma; 1984.