Familia Gianellina

NOVENA A LA BEATA MARÍA CRESCENCIA OCTAVO DÍA MIÉRCOLES 18 DE MAYO

OCTAVO DÍA

MIÉRCOLES 18 DE MAYO

“Amado Jesús, que por intercesión de María Crescencia, obtengamos la virtud del amor al trabajo,[1] imitando la sencillez asombrosa de su santidad; para evangelizar como auténticos testigos y decir como nuestra Beata ¡Ahí está el Corazón de Jesús que me habla!”.

 

ILUMINACIÓN: ORAMOS CON EL EVANGELIO Lc. 19, 11-28

“Él les dijo: «Un hombre de familia noble fue a un país lejano para recibir la investidura real y regresar en seguida. Llamó a diez de sus servidores y les entregó cien monedas de plata a cada uno, diciéndoles: “Háganlas producir hasta que yo vuelva”. Pero sus conciudadanos lo odiaban y enviaron detrás de él una embajada encargada de decir: No queremos que este sea nuestro rey.  Al regresar, investido de la dignidad real, hizo llamar a los servidores a quienes había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno.  El primero se presentó y le dijo: “Señor, tus cien monedas de plata han producido diez veces más”. Está bien, buen servidor, le respondió, ya que has sido fiel en tan poca cosa, recibe el gobierno de diez ciudades”.  Llegó el segundo y le dijo: “Señor, tus cien monedas de plata han producido cinco veces más”. A él también le dijo: Tú estarás al frente de cinco ciudades.

Llegó el otro y le dijo: “Señor, aquí tienes tus cien monedas de plata, que guardé envueltas en un pañuelo.  Porque tuve miedo de ti, que eres un hombre exigente, que quieres percibir lo que no has depositado y cosechar lo que no has sembrado”.  Él le respondió: “Yo te juzgo por tus propias palabras, mal servidor. Si sabías que soy un hombre exigente, que quiero percibir lo que no deposité y cosechar lo que no sembré,  ¿por qué no entregaste mi dinero en préstamo? A mi regreso yo lo hubiera recuperado con intereses”.  Y dijo a los que estaban allí: “Quítenle las cien monedas y dénselas al que tiene diez veces más”. ¡Pero, señor, le respondieron, ya tiene mil!”.  Les aseguro que al que tiene, se le dará; pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene.  En cuanto a mis enemigos, que no me han querido por rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia».  Después de haber dicho esto, Jesús siguió adelante, subiendo a Jerusalén”.

REFLEXIÓN

EL AMOR AL TRABAJO

“Amor al trabajo es buscar la competencia en él, cultivar una fidelidad a la propia misión es confiar en la divina providencia del Padre modo de procurarse los medios necesarios a su sostenimiento y a sus obras, es en fin medio para ayudar a los pobres”[2].

 

EL TRABAJO DE  MARÍA CRESCENCIA

            “Su amor a Dios se reflejaba en el amor al prójimo. La alegría que  proyectaba, era un modo de querer a su prójimo. El servicio a los enfermos y las diferentes funciones que cumplía en favor de ellos, eran la manera habitual de mostrar su amor heroico por el prójimo. Yo creo que puede hablarse de heroico, desde el momento que ella daba más de lo que podía; trabajaba más de los sus fuerzas le permitían, y esto lo hacía con alegría. Más que su salud, a ella le preocupaba hacer la voluntad de Dios”.[3]

 

ORACIÓN FINAL PIDIENDO LA PRONTA CANONIZACIÓN DE LA BEATA MARÍA CRESCENCIA PÉREZ

“Padre de Jesús y nuestro que por tu Divino Espíritu haces florecer la santidad en la Iglesia, te damos gracias por la Beata María Crescencia que te amó con sencillez, y te rogamos que la glorifiques, para que su ejemplo e intercesión sirvan a la extensión de tu Reino y a la multiplicación de las vocaciones a la vida consagrada. Concédenos, por su intermedio, la gracia que, con humildad, te imploramos. Por Jesucristo Nuestro Señor, Amén”.

(Formular la petición)

“CORAZÓN DE JESÚS, POR LOS SUFRIMIENTOS DE TU DIVINO

CORAZÓN, TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS



[1] Artículo 10  de los 15 Artículos de Antonio Gianelli escritos y entregados a las Hijas de María Santísima del Huerto.

 

[2] SJ. LESSI, M. y Equipo para el Estudio del Carisma. Hijas de María Santísima del Huerto. Los quince artículos de Antonio Gianelli. Nuestra fuente de vida; Buenos Aires; 2004; Pág.167 a 174.

[3] Fray Contardo Miglioranza; Amor callado; Vida de la Hermana María Crescencia Pérez; Ediciones Gianellinas; Buenos Aires; 2009.Pág. 82 y 83.