CUARTO DÍA
SÁBADO 14 DE MAYO
ORACIÓN INICIAL
“Amado Jesús, que por intercesión de María Crescencia, obtengamos la virtud
de la pobreza constante[1],
imitando la sencillez asombrosa de su santidad; para evangelizar como
auténticos testigos y decir como nuestra Beata ¡Ahí está el Corazón de Jesús
que me habla!”.
ILUMINACIÓN: ORAMOS CON EL EVANGELIO Mt. 4, 1-11
“Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser
tentado por el demonio. Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta
noches, sintió hambre. Y el tentador, acercándose, le dijo: «Si tú eres Hijo de
Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes». 4 Jesús le respondió:
«Está escrito: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de
Dios». Luego el demonio llevó a Jesús a
la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo, diciéndole: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate
abajo, porque está escrito: Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te
llevarán en sus manos para que tu pie no
tropiece con ninguna piedra». Jesús le respondió: «También está escrito: No
tentarás al Señor, tu Dios». El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta;
desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor, 9 y le
dijo: «Te daré todo esto, si te postras para adorarme». Jesús le respondió: «Retírate,
Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto». Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles
se acercaron para servirlo”.
REFLEXIÓN
LA PROBREZA
“La pobreza es configuración con Cristo que “siendo rico se ha hecho
pobre, para enriquecernos con su pobreza”. “Sin la pobreza, en efecto, no es
posible comprender el misterio de la donación de la divinidad al hombre [...]
realizada precisamente en Jesucristo” de esta certeza emerge la exigencia de
que los religiosos sean pobres afectivamente, efectivamente y amen la pobreza.
Este amor a la pobreza “confiesa que Dios es la única verdadera riqueza del
hombre” y postula una “vida pobre de hecho de espíritu, laboriosa y frugal,
desprendida de los bienes terrenos). La pobreza debe favorecer un camino de
libertad interior porque Jesús mismo invita a renunciar a un programa de vida
basado sobre el poseer y en el tener, para acoger un programa que pone en el
centro la persona humana en su ser y en sus capacidades de trascender.
La pobreza lleva a la opción por los pobres porque es inherente a la
dinámica misma del amor vivido según Cristo”.[2]
LA POBREZA EN MARÍA
CRESCENCIA
“La vocación religiosa reclama libertad de todo y de
todos para un mejor servicio del Señor. La pobreza como práctica, ya la conocía
Crescencia en su vida familiar. Ahora debía abrazarla como virtud y la
realizaría no poseyendo nada, no pretendiendo nada, no disponiendo de cosa
alguna sin permiso, prefiriendo las cosas pobres y humildes…El pobre trabaja
porque ama la pobreza, está dispuesto al sacrificio y se contenta con todo lo
que le dan. También es pobreza la aceptación de las muchas circunstancias de la
vida”[3].
ORACIÓN FINAL PIDIENDO LA PRONTA CANONIZACIÓN DE LA BEATA MARÍA
CRESCENCIA PÉREZ
“Padre de Jesús y nuestro que por tu Divino Espíritu haces florecer la
santidad en la Iglesia, te damos gracias por la Beata María Crescencia que te
amó con sencillez, y te rogamos que la glorifiques, para que su ejemplo e
intercesión sirvan a la extensión de tu Reino y a la multiplicación de las
vocaciones a la vida consagrada. Concédenos, por su intermedio, la gracia que,
con humildad, te imploramos. Por Jesucristo Nuestro Señor, Amén”.
(Formular la petición)
“CORAZÓN DE JESÚS, POR LOS SUFRIMIENTOS DE TU DIVINO
CORAZÓN, TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS
[1] Artículo 4 de los 15 Artículos de Antonio Gianelli
escritos y entregados a las Hijas de María Santísima del Huerto.
[2] SJ. LESSI, M. y Equipo para el Estudio del Carisma. Hijas de María
Santísima del Huerto. Los quince artículos de Antonio Gianelli. Nuestra fuente
de vida; Buenos Aires; 2004; Pág.100 a 105..
[3] Fray Contardo Miglioranza; Amor callado; Vida de la Hermana María
Crescencia Pérez; Ediciones Gianellinas; Buenos Aires; 2009.Pág. 44.