4º DOMINGO DEL TIEMPO
ORDINARIO - CICLO B 28
de enero
Hermanos
Jesús, al empezar su misión, recorría la región de Galilea anunciando la Buena
Noticia de Dios y liberando de todo mal. Jesús habla con convicción y con
fuerza, y llega al corazón de los que le escuchan. Y hoy en el milagro que nos
narra el evangelio de Marcos, libera a
un hombre del espíritu del mal. Es como un resumen de lo que hará Jesús en toda
su vida. Por eso mismo estamos nosotros aquí: para escuchar su palabra que nos
transforma, y para ser liberados del mal que hay en nosotros.
Pongámonos
de pie y recibamos al sacerdote, que hoy presidirá nuestra celebración cantando.
MONICIONES A LAS LECTURAS
El
texto del Deuteronomio contiene la promesa de un profeta para el pueblo de
Dios, un portavoz de su palabra. En el evangelio, Jesús se manifiesta como el
gran profeta prometido, que predica con autoridad. El salmo nos invita a
escuchar y acoger esa Palabra..
PRIMERA LECTURA (Deuteronomio 18, 15-20)
Poniendo
en boca de Moisés la promesa de un profeta, el autor del libro del Deuteronomio
apoya el movimiento profético en la alianza del Sinaí; el profetismo, como la
monarquía y el sacerdocio, son instituciones al servicio del pacto con Dios.
Escuchemos.
SEGUNDA LECTURA: 1 Cor 7, 32-35
Para
servir al Señor es necesario tener un corazón indiviso por amor al Reino y
escuchar la Palabra de Dios que nos transmite la Iglesia. Pongamos atención
EVANGELIO (Marcos 1, 21-28)
Escuchamos
la primera actuación de Jesús en público. Con los discípulos va a Cafarnaún,
que va a ser casi como su punto de referencia. Preparémonos para escuchar el
mensaje que nos trae hoy, cantando..
ORACIÓN DE LOS FIELES
A
cada una de las peticiones respondemos: ESCÚCHANOS, SEÑOR
Para
que el papa, los obispos y sacerdotes sigan predicando con autoridad la Palabra
que les fue encomendada por Dios. Oremos.
Para
que los que ejercen cargos en los gobiernos no se excedan en su autoridad, sobrecargando
impuestos insoportables por la población bajo su gobierno. Oremos.
Por
los que viajan a otros países en busca de un mejor futuro, para que Dios les
acompañe y proteja en su camino. Oremos.
Por
nosotros aquí reunidos, para que al haber escuchado la Palabra, la atesoremos
en nuestros corazones. Oremos.
PRESENTACION DE LAS OFRENDAS
Junto
a las ofrendas de pan y vino, también ofrezcamos al Señor nuestro corazón, para
que la Palabra escuchada produzca en él frutos abundantes.. Con nuestro canto
acompañamos la procesión de las ofrendas.
COMUNIÓN
Jesús
en la eucaristía viene en auxilio de nuestras debilidades, con alegría y fe
acerquémonos a recibir a aquel que es
nuestra fortaleza y razón de ser.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la
distribución de la comunión.
Hermanos: Todos aquellos que no
han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión
Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás
realmente presente
en el Santísimo
Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las
cosas y deseo
ardientemente recibirte
dentro de mi alma;
pero, no pudiendo
hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos
espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese
recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas
que me separe de Ti. Amén.
DESPEDIDA
Hermanos,
la palabra de Dios, alegra nuestro corazón y nos libera de nuestras
esclavitudes. Con esta alegría nos retiramos, cantando…
Queridos hermanos, celebremos juntos la Eucaristía correspondiente al IV domingo del Tiempo Ordinario. Todavía es reciente nuestra celebración de la Navidad. Aquel a quien contemplábamos como Niño se nos aparece ahora como el Mesías, el Maestro, el Profeta que habla de parte de Dios a la humanidad.
LA HUMANIDAD RESTAURADA
LECTURA: Marcos 1,21-28
“Entraron en
Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar.
Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene
autoridad y no como los escribas. Y
había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a
gritar: "¿Qué quieres de nosotros,
Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el
Santo de Dios". Pero Jesús lo
increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre". El espíritu impuro lo sacudió violentamente
y, dando un gran alarido, salió de ese hombre.
Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: "¿Qué es
esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los
espíritus impuros, y estos le obedecen!".
Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de
Galilea”.
Después
de haber transitado y celebrado el tiempo del Adviento y de Navidad, comenzamos
ahora a caminar nuevamente el tiempo litúrgico que llamamos durante el año, en
el cual estamos llamados a escuchar y contemplar a Jesús en lo cotidiano,
escuchando de modo semicontinuo, el evangelio de Marcos.
En
este día, se presenta a Jesús que llegando a la sinagoga de Cafarnaúm, se pone
a enseñar, generando admiración en aquellos que lo escuchan y respuesta a
gritos también de un hombre que tenía un espíritu impuro.
¿Viniste
a destruirnos? Sé quién eres, el santo de Dios! Les gritaba este espíritu
inmundo, como dice la Palabra. Jesús no responde, solo increpa, ordenándole que
se calle y salga de este hombre y así se cumple. Termina el relato de este día,
mostrando más admiración de parte de todos los presentes.
El
Señor no sólo genera admiración en aquellos que lo escuchan, sino que además su
Palabra tiene autoridad, tiene poder para expulsar demonios, para liberar. Su
autoridad consiste en que hace lo que dice, porque como Maestro es Quién tiene
el Espíritu Santo.
Su
Palabra, la Palabra de Jesús es una Palabra que puede renovarte, transformarte,
que puede rehacerte, una Palabra que tiene autoridad y poder para obrar en tu
vida.
La
vida de Jesús nos es enviada y regalada por el Padre, para que mirando,
escuchando y siguiendo sus huellas, podamos experimentar y conocer la
Misericordia del Padre, para experimentar el poder liberador y renovador de su
Palabra.
ORACIÓN
Te
bendecimos, Padre, porque Cristo Jesús, tu Hijo,
basó
su autoridad en el carisma y no en la fuerza del poder,
en el
servicio liberador y no en la opresión de los demás.
En él
nos mostraste que es posible ser hombres libres,
desposeídos
del pecado, señores de nuestro destino,
hermanos
de los demás y solidarios de todo el que sufre.
Ayúdanos
a continuar su misión liberadora del hombre actual,
poseído
por los demonios del tener, acaparar y consumir,
del
egoísmo y la soberbia, la insolidaridad y el desamor.
Así
el anuncio de tu reino llenará de luz nuestro mundo
y
viviremos en plenitud, libertad y esperanza segura.