Homilía del Miércoles de Cenizas

"Dentro de 100 años”

Homilía del Miércoles de Cenizas

Nosotros, que nos creemos tan importantes, dentro de cien años (con mucha generosidad)

quedaremos reducimos a un poco de cenizas. De eso nos habla la liturgia.

“Recuerda que eres polvo y en polvo te has de convertir”. Leer Mateo 6, 1-6.16-18


1. Ir a fondo   Estamos comenzando la Cuaresma, un tiempo muy particular para nosotros, que la Iglesia llama “tiempo fuerte”, justamente porque necesita de nosotros un empeño espe-cial, ya que vamos a ir a fondo, es decir, vamos a meternos en lo hondo de nuestra fe y vamos a empezar un camino que nos tiene que llevar a la vida nueva, a la Pascua, a lo del Reino de Dios. Y entonces estamos, como decíamos, ante un tiempo que necesita de parte de nosotros un empeño muy grande en el cumplimiento del espíritu mismo de la Cuaresma.


2. Cenizas   Y comienza este tiempo con una celebración que tiene signos muy claros que son (y por eso llamamos a este día Miércoles de Ceniza) … y ustedes ven, aquí tenemos esto que será bendecido (las cenizas) en minutos más y que, podríamos decir: ¿qué valor puede tener esto……? un poco de cenizas…! Nada! Esto no vale nada. Bueno, dentro de cien años…, nosotros vamos a ser así. Es más, dije cien años con mucha generosidad…! O sea, lo que a nosotros nos parece que es tan importante…, ¿qué somos nosotros? Nos pone ante nuestra realidad más profunda, la insignificancia. Por eso va a tomar una frase del Génesis que di-ce: “Recuerda que eres polvo y en polvo te has de convertir”. Somos como un soplo que hoy está y mañana no.


3. Hijos  Sin embargo Dios nos llama sus hijos y ahí es donde está esto, que nosotros mismos tenemos que averiguar, ¿cómo es esto? ¿Por qué si somos tan insignificantes Dios nos llama sus hijos? ¿Qué hay en nosotros que Dios quiere ponernos en un lugar tan especial? Eso es lo vamos a tener que averiguar en nuestra vida y nuestra vida va a ser como ese camino de la Cuaresma.


4. Desierto Una imagen que vamos a usar en la Cuaresma, que va a aparecer varias veces, va a ser el desierto. Porque como en el desierto no hay nada, nada que nos distraiga, nada que nos sea útil. O sea que aquí empezamos a descubrir quiénes somos nosotros. Ver cuáles son las cosas verdaderamente importantes y necesarias en la vida.


5. Oración Y por eso, nos va a decir la Palabra, que necesitamos de la Oración, necesitamos ponernos allí a la escucha de Dios que habla en nosotros y necesitamos también hacer un esfuerzo grande que eso va a ser el gran sacrificio de la Cuaresma, sacrificio que yo subrayo, que es la Espiritualidad. Porque a todos nos cuesta esto de la espiritualidad. Porque no tene-mos tiempo, porque vivimos en el ruido, porque tantas cosas.


6. Sacrificio

Las cosas nos tienen como esclavos y necesitamos un poco un desprendimiento de todo esto, como aquel que está en el desierto; desprenderse de todo para meternos dentro nuestro, donde Dios habita y allí, encontrar esa voz que nos habla y que nos plantea un nuevo estilo de vida.


7. Hermanos

Y una tercera cosa de la cuaresma, que también es muy importante, porque cuando nos en-contramos con Dios también nos encontramos con nuestros hermanos. Entonces descubrimos que todos los hombres son mis hermanos, en especial, aquellos que son más débiles. Cuánto más débiles, más necesitan de nuestro abrazo, de nuestra mano, de nuestra ayuda, de nuestra solidaridad. Entonces, todo esto, será el tiempo de la Cuaresma.


8. Silencio  Yo quería poner un temita más que tiene mucho que ver con esto de la oración y el clima de la Cuaresma, del desierto y de la espiritualidad. Es el tema del Silencio. Justamente porque si hay algo que va a ser en contra de todo el trabajo espiritual que tenemos que hacer en la Cuaresma es el ruido. Y estamos tan acostumbrados al ruido, que si tenemos un momentito donde no hay ruido qué hacemos? Buscamos algo que haga ruido! Prendemos la radio, la TV o lo que sea, ponemos música, no aguantamos el silencio! Así lo decía nuestro gran canta-autor argentino Atahualpa Yupanqui: “Le tengo rabia al silencio”. Rabia, eh! Es como que no lo aguantamos. Y ahí en el silencio está Dios! Ahí está el gran desafío nuestro. Hombres del ruido que necesitamos ponernos en el silencio de Dios.


9. Al pie de la montaña   Hoy ya, con esta celebración inauguramos ese tiempo. Venirnos hasta aquí ya es un esfuerzo; pero no sólo esto, necesitamos caminar hacia esa Pascua, hacia esa Tierra nueva, hacia esa tierra prometida, ese cielo, ese Reino, esa resurrección, esa vida nueva y es el comienzo de ese camino. Hoy nosotros estamos como al pie de la montaña, tenemos que subirla y para subir la montaña hay que tener un montón de características que vamos a ir necesitando. En especial, dejar todo lo que no sirve. Para subir la montaña no podemos andar con el lavarropas, la heladera, la cocina, etc, … no podemos. Con lo mínimo posible. Y tenemos que subir la montaña. Hacia allá vamos, hacia la cumbre. Hacia la Vida Nueva.


10. Conclusión  Por eso vamos a necesitar en este tiempo una gran preparación. Que este tiempo de la Cuaresma, que inauguramos hoy, con este signo de las cenizas, sea entonces para nosotros un tiempo de renovación espiritual muy fuerte, muy profundo.

p. Juan José Gravet