3º DOMINGO DE CUARESMA Lectio 4 de marzo

3º DOMINGO DE CUARESMA          Lectio    4 de marzo

 

Jesús, en el gesto simbólico y profético de la purificación del templo, opone a una religiosidad superficial, humana e interesada, la pureza de la fe en su propia persona.  Jesús reemplaza al templo antiguo, representativo de todo el judaísmo, incluida la ley, y se presenta como el verdadero templo, el lugar del encuentro entre Dios y los seres humanos.

 

Los que adoren al Padre en espíritu y verdad, ya no necesitan templos suntuosos para hacerlo. El templo ha pasado a un segundo plano; tiene un significado funcional. El lugar privilegiado del encuentro con Dios no es ya un lugar, por muy majestuoso y cuidado que sea. A Dios se le encuentra entre piedras vivas, entre hombres y mujeres que se reúnen alrededor de Jesús, muerto y resucitado. A Dios hay que buscarlo en el Cristo glorioso, que lleva a su plenitud el misterio del templo, una plenitud ya anunciada en el Antiguo Testamento.

Dios está presente, de manera nueva y perfecta en la "tienda de carne" de la humanidad del Hijo; este es el nuevo templo.  Dios no puede estar presente en un templo material que ha dejado de ser el "lugar del encuentro" y se ha convertido en un centro de superstición y de oscuros intereses.

 

ORACIÓN INICIAL:

 

Espíritu Santo de Dios,

fuiste enviado por Jesús

para conducirnos a la verdad total;

abre nuestra mente

a la inteligencia de las Escrituras.

Haz que aprendamos a escuchar

con un corazón bueno y abierto

la Palabra que Dios nos envía

en la vida y en la Escritura,

para custodiarla y producir fruto

con nuestra perseverancia. AMÉN.

 

LECTURA: ¿Qué dice el texto?   Leer el texto: Juan 2,13-25: Hacer una lectura atenta, pausada y reflexiva. Leerlo una segunda vez.

 

Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: "Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre".

En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora.

Después intervinieron los judíos para preguntarle: "¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?" Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré". Replicaron los judíos: "Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?"  Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho. Mientras estuvo en Jerusalén para las fiestas de Pascua, muchos creyeron en él, al ver los prodigios que hacía. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que nadie le descubriera lo que es el hombre, porque él sabía lo que hay en el hombre.

 

Hacemos un tiempo de silencio, para que la palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones, y nos preguntamos:

 

¿Qué dice el texto?

*      ¿Dónde se encuentra Jesús?

*      ¿Qué significaba el Templo para los judíos?

*      ¿Cuál es la reacción de Jesús cuando ve lo que sucede allí?  ¿Por qué lo hace?

*      ¿Qué le cuestionan los judíos? ¿Qué dice Él?

*       

 “Muchos creyeron en Jesús al ver los signos que realizaba.”

*      ¿Cómo reacciona Jesús frente a esta fe inicial entusiasmada por lo extraordinario?

 

MEDITACIÓN: ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida?  Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta palabra de salvación:

 

Jesús cumple con las fiestas religiosas de su pueblo.

  • ¿También yo participo activamente en mi comunidad, especialmente celebrando los sacramentos?

Jesús se siente contrariado al ver que han hecho de la vida religiosa un comercio.

  • ¿Podría pasar en alguno de nuestros grupos algo similar?
  • ¿Cómo deberíamos obrar nosotros si nos ocurre en nuestra vida o nuestras comunidades que estamos haciendo daño y comerciando con la fe?
  •  

Los templos también son la expresión del cuidado de nuestras comunidades.

¿Personalmente y comunitariamente colaboro con el mantenimiento de nuestro templo?

  • Hay muchos lugares donde las personas no tienen en sus comunidades templos para celebrar como Iglesia los sacramentos.
  • ¿Tenemos disposición para sentirnos misioneros formando una sola comunidad que ora al Señor y ayudamos en sus construcciones?
  • ¿Entiendo que el verdadero culto agradable al Señor es la adoración de su Hijo Único Jesucristo? ¡Él es el verdadero centro de culto!
  • ¿Está mi fe puesta en el misterio pascual, o sea la muerte y resurrección de Jesús? ¿Soy testigo de Cristo Resucitado?
  • ¿Entiendo que Jesús sabe lo que hay en mi corazón? ¿Le presento mi corazón con sus cosas positivas y le pido que cure lo que está herido en él?
  • ¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?
  •  

ORACIÓN  ¿Qué le decimos a Dios después de escuchar y meditar su Palabra?

 

Gracias, Padre, por el don de tu presencia en mi persona.

Por el bautismo, me hiciste hijo tuyo.

Gracias, Jesús, porque nos has incorporado a Ti mismo,

formando el Cuerpo Místico.

Gracias, Espíritu, porque nos otorgas la vida verdadera,

la del Padre y la de Jesús.

Gracias, por la Iglesia que somos y que formamos. Amé 

CONTEMPLACIÓN  

 

      Contempla a Jesús que valientemente proclama que Él es verdadero templo donde habita la divinidad.

      Contempla a la asamblea de fieles que forma una verdadera comunidad, sobre todo, en la celebración de la Eucaristía.

      Contempla a cada uno de los hermanos, donde habita la Trinidad comunicándole su misma vida.

 

ACCIÓN ¿a  qué me comprometo después de haber leído este texto?

 

Mira con ojos de fe a cada hermano/a que te encuentres.  Es también hijo/a de Dios, templo del Espíritu.

Participa con gozo en la celebración de la Eucaristía siendo consciente que la asamblea es el lugar privilegiado donde el Señor está presente.

 

Repetiré con frecuencia: Nosotros somos templos de Dios vivo (2 Cor 6, 16). 

 

ORACIÓN FINAL:

 

Oh Padre,

Tú has constituido a tu Hijo Jesús,

templo nuevo de la nueva y definitiva alianza,

construido no por manos de seres humanos sino por el Espíritu Santo.

Haz que, acogiendo con fe su Palabra,

vivamos en Él y te adoremos en espíritu y verdad.

Abre nuestros ojos a las necesidades de nuestros hermanos

que son miembros del cuerpo de Cristo,

para que sirviéndolos a ellos

 te demos el verdadero culto que tú deseas.

 

Padre Nuestro, que estás en el cielo…

AMÉN.