23° DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO ‘G’ 8 de setiembre
Queridos hermanos, Estamos congregados para celebrar la Eucaristía, en el Vigésimo tercer domingo del Tiempo Ordinario. Domingo tras domingo, en la escuela de Jesús, vamos escu-chando sus consignas para nuestra vida de seguidores suyos. Son estampas concretas, sencillas, pero comprometedoras, que nos obligan a mirarnos al espejo del evangelio y a sacar conse-cuencias para nuestra vida. Hoy, la Palabra de Dios, nos invita a descubrir lo que Él quiere de nosotros. Él continúa extendiéndonos la invitación a ser sus discípulos, llevando nuestra cruz y reconociendo siempre que con el Señor y en virtud de su fuerza, podremos responder a su lla-mado, por difícil que sea. Dispuestos a seguir dejándonos instruir por Jesús, comencemos esta celebra-ción. De pie, cantemos todos
MONICIONES A LAS LECTURAS
OPCIÓN 1: MONICIÓN PARA TODAS LAS LECTURAS
En las lecturas de hoy escucharemos algunas consignas dirigidas a los seguidores de Jesús. Según la primera lectura del libro de la Sabiduría, no es fácil conocer los designios de Dios. Basta acudir al pasaje de la carta a Filemón o al texto del evangelio de hoy para darse cuenta del desconcierto que provoca en el ser humano lo que Dios quiere. Con el salmista pediremos la sabiduría de Dios. Escuchemos atentos.
OPCIÓN 2: MONICIÓN PARA CADA UNA DE LAS LECTURAS
PRIMERA LECTURA (Sabiduría 9, 13-18)
En el pasaje del libro de la Sabiduría, se pondera la sabiduría divina que rige los destinos huma-nos. Solo Dios nos concede la verdadera sabiduría.
SEGUNDA LECTURA (Filemón 9b-10. 12-17)
En esta breve carta, Pablo pide a su amigo Filemón que acoja de nuevo a su esclavo fugitivo como recibiría al mismo Pablo. En Cristo, este esclavo se ha vuelto hermano. Escuchemos.
EVANGELIO (Lucas 14, 25-33)
Jesús fue a la cruz, hasta el fin. La verdadera sabiduría y prudencia no tienen miedo de arries-garse a seguir resueltamente a Jesús. Aprendamos del mismo Jesús lo que significa seguirle. De pie nos preparamos a escuchar el mensaje de Jesús cantando el aleluya
ORACIÓN DE LOS FIELES
Guía: A cada petición respondemos: PADRE LLENO DE AMOR, ESCÚCHANOS
Por los que están en puestos de liderazgo en la Iglesia y en el mundo, para que el Espíritu de Dios les ilumine y les dé valor para cumplir sabiamente su misión, roguemos al Señor.
Por los que buscan a Dios con un corazón sincero, para que un día le encuentren, ro-guemos al Señor.
Por los que tratan de descubrir lo que Dios quiere de ellos, para que el Señor les conceda discernimiento y sabiduría, roguemos al Señor.
Por los llamados por el Señor a ministerios especiales de servicio en la comunidad, para que tengan el coraje de no poner límites a su generosidad, roguemos al Señor.
Por los que rigen los destinos de nuestros puebles, especialmente por quienes gobiernan nuestro país, para que lo hagan con sabiduría y entrega incondicional y que sus esfuerzos redunden en bien de todos, roguemos al Señor.
Por los desilusionados y desalentados por la adversidad y el sufrimiento, para que puedan encontrar cristianos convencidos que les inspiren, les ayuden y les den esperanza, roguemos al Señor.
Por todos nosotros, para que nos entreguemos totalmente a Jesús, nuestro Señor, como él se entrega a nosotros, roguemos al Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Ofrezcámonos ahora como ofrenda agradable a Dios, dispuestos a seguirle siempre, y pre-sentémosle el Pan y el Vino, para que él lo transforme en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Can-tamos….
COMUNIÓN
Seguir a Jesús nos exige cargar con nuestra cruz para poder ser sus discípulos. Esto lo com-prendemos mejor si comulgamos con Él. Acerquémonos a compartir su Cuerpo y su Sangre, cantando .
MUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Co munión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA
Hermanos: Como en otros domingos, de nuevo nos vemos confrontados hoy con Jesús y su mensaje.. Ahora vayamos a dar testimonio del amor de Dios y a ser verdaderos seguidores de Jesús. Cantamos …