10º
DOMINGO DURANTE EL AÑO guión
Hermanos,
Después del tiempo pascual, reemprendemos hoy el camino de los domingos del tiempo
ordinario. Y cuando celebramos el domingo, celebramos aquello que está en el
centro de nuestra fe: la presencia entre nosotros de Jesús Resucitado. Y en
estos domingos centraremos nuestra atención, en la lectura del Evangelio de san
Marcos, que nos irá presentando, ordenadamente, los principales hechos de la
vida de Jesús.
Hoy el
Señor nos muestra la lucha permanente de toda la historia de salvación: lucha
en la que triunfa Cristo, por su muerte y resurrección. Y Él, expulsando los
demonios, manifiesta su poder sobre ellos. Pero esta lucha se continúa también
hoy: es nuestra lucha.
Con
la eucaristía de hoy manifestamos
nuestra adhesión a Dios y nuestro agradecimiento por la misericordia que nos
muestra en cada instante. Con nuestras intenciones particulares, iniciemos con
fe y esperanza esta santa misa. De pie, cantemos...
MONICIONES A LAS LECTURAS
OPCIÓN 1: MONICIÓN ÚNICA PARA
TODAS LAS LECTURAS
Los textos de este domingo nos recuerdan una
vez más el proyecto amoroso de Dios y la actitud de incomprensión y rechazo que
este proyecto encuentra en el corazón humano. El libro del Génesis nos explica
el origen del pecado y el mal en el mundo. El evangelio nos afirma la derrota
de Satanás y la segunda lectura recuerda a los cristianos la promesa de una
casa eterna construida por Dios en los cielos. Escuchemos.
OPCIÓN 2: MONICIONES PARA CADA
LECTURA
Primera lectura (Génesis 3, 9-15)
Con
un estilo propio, el libro del Génesis explica el origen del mal y del pecado
en el mundo. Escuchemos el relato.
Segunda lectura (2 Corintios 4, 13—5,
1)
San
Pablo nos comunica su experiencia personal: en medio de sus sufrimientos y de
sus luchas, Cristo es quien verdaderamente lo sostiene. Escuchemos sus
reflexiones.
Evangelio (Marcos 3, 20-35)
En
este pasaje que escucharemos del evangelio de San Marcos se afirma de manera contundente
la derrota de Satanás. Preparémonos cantando el aleluya.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A
cada intención respondemos: Que permanezcamos unidos a tu amor.
Para
que la Iglesia siga expandiendo el reino de amor y misericordia por todo el mundo.
Oremos
Por
el Papa y los obispos, que tienen la misión de enseñar, para que sus palabras sean
respuestas eficaces a los interrogantes de la humanidad. Oremos…
Por
los legisladores, docentes, periodistas y todos aquellos que comprometen su palabra,
para que inspiren su trabajo en las palabras del Evangelio. Oremos…
Para
que nuestros gobernantes comprendan que la civilización del amor que fundara
Jesucristo, es la única que traerá prosperidad y alegría a nuestros pueblos.
Oremos.
Por
nuestra Patria, que se enfrenta al demonio de la división, para que la Palabra
de Jesús nos ayude a superar todo conflicto y separación. Oremos…
Por
nuestra comunidad, que escucha día tras día la Palabra de Dios, para que meditándola
nos haga discípulos sabios, humildes y caritativos. Oremos…
Por
la colecta nacional que hoy desarrolla Caritas, para que se haga efectivo el
lema “la solidaridad empieza por dar”, y
todos seamos solidarios y generosos. Oremos…
(Se
pueden añadir y/o sustituir oraciones)
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Con
el pan y el vino presentemos al Señor nuestro trabajo por la construcción de su
reino. Llevemos también al altar del Señor nuestras ofrendas de amor y solidaridad
para los que menos tienen. Cantamos…
COMUNIÓN
Si
hemos escuchado su Palabra con nuestra mente y su verdad nos hace libres, ahora
dispongamos nuestro ser para recibir el Cuerpo del Señor. Nos acercamos a
comulgar cantando…
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la
distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos
que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la
Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás
realmente presente
en el Santísimo
Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las
cosas y deseo
ardientemente recibirte
dentro de mi alma;
pero, no pudiendo
hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos
espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese
recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas
que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA
Al
participar de la Eucaristía nos hemos puesto al lado del más fuerte. Vayamos a
gozar de los frutos del triunfo del Señor con todos los que nos rodean…