21º Domingo DURANTE EL AÑO A ‘G’ 23 /08
Nos encontramos reunidos como hermanos en torno al altar de Dios, para celebrar la Santa Misa correspondiente al XXI domingo del tiempo ordinario.
Hoy las lecturas se centran en los designios insondables de Dios para elegir a quienes él quiere poner al frente de su pueblo. Resalta la elección de Pedro, como piedra visible sobre la que funda su Iglesia y la entrega de las llaves del Reino de los Cielos. Damos gracias a Dios por formar parte de su Iglesia. De pie y con alegría comenzamos esta Misa cantando juntos....
MONICIONES A LAS LECTURAS
OPCIÓN 1: MONICIÓN ÚNICA PARA TODAS LAS LECTURAS
El profeta Isaías presenta la sustitución de un mayordomo real. El traspaso de poderes está simbolizado, entre otros distintivos, en la entrega de llaves, una imagen que remite al evangelio de Mateo y recuerda la nueva misión que Jesús encarga a Simón Pedro como servidor de su Iglesia. Ante esta decisión del Señor, brota del corazón creyente una oración de alabanza que bien puede ser la que expresa Pablo en la Carta a los Romanos: ”¡Qué insondables sus decisiones!”, y otra de petición que se hace eco del salmo: “No abandones la obra de tus ma-nos”. Escuchemos con atención
OPCIÓN 2: MONICIONES PARA CADA LECTURA
PRIMERA LECTURA (Isaías 22, 19-23)
El Profeta nos muestra cómo Dios designa personalmente al que va a gobernar a su pueblo, otorgándole el poder necesario para desempeñar su tarea.
SEGUNDA LECTURA (Romanos 11, 33-36)
El Apóstol nos manifiesta que el amor de Dios es para nosotros como un abismo, imposible de comprender en toda su profundidad y naturaleza.
EVANGELIO (Mateo 16, 13-20)
A la confesión cristológica de Pedro, le sigue la promesa hecha a éste por haber sido objeto de una especial iluminación. La continuidad de Jesús en su Iglesia pasa por Pedro y sus su-cesores. Nos disponemos a escuchar el Evangelio cantando el aleluya
ORACIÓN DE LOS FIELES
GUÍA: A cada petición respondemos :"POR TU HIJO JESÚS, ESCÚCHANOS SEÑOR"
Por la Iglesia y por el Papa Francisco, para que todos los hombres reconozcamos en su presencia, la de Jesús, que hoy también a él le dice: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”, oremos…
Por nuestros Obispos y nuestros sacerdotes, para que ejerciendo con alegría el minis-terio de pastores, nos guíen en responderle a tu Hijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”, oremos…
Por los pueblos y las naciones, para que vivan en paz, concordia y fraternidad, como una gran familia, oremos …
Por todos los que han consagrado su vida a tu servicio, para que ella sea testimonio de entrega, fidelidad y alegría, que convoque a los jóvenes y a las jóvenes, a seguirte con esa misma disposición, oremos…
Por los que sufren, por los más pobres, los sin techo, para que encuentren en nosotros a hermanos que están dispuestos a ayudarlos, oremos…
Por nosotros y todos los cristianos del mundo, para que busquemos la unidad, bajo la autoridad del sucesor de Pedro. Oremos, oremos…
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS De la fecundidad del campo y por el trabajo del hombre, se ha sacado el pan y el vino que hoy llevamos al altar. Con esas ofrendas presen-tamos al Señor nuestra gratitud por los frutos de la tierra. Cantemos todos.
COMUNIÓN:
En el momento de recibir a Jesús en la Eucaristía, con nuestro ‘Amén’ hagamos un acto de fe en la presencia real de Jesús, en el sacramento que recibimos, Acerquémonos con fe y devoción a recibirle, cantando .
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comu-nión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA
Si nos ha quedado claro en esta Misa, que Jesús es el Mesías, el Hijo del Dios vivo, lo menos que podemos hacer es ir a comunicarlo a los demás. Vayamos a ejercer esa tarea al mundo.
Nos despedimos cantando...