La
Eucaristía, cuya institución recordamos, es el sacramento de la vida de Jesús,
hecha de entrega generosa y preocupación por el bien de los demás.
Desde
tiempos antiguos se ha puesto el lavatorio de los pies en estrecha conexión con
la Eucaristía, así nos lo manifiesta Juan hoy en su Evangelio. Con semejante
gesto, realizado en momento tan transcendente, se quiere expresar que la
Eucaristía significa unión de Cristo con los suyos en el misterio pascual y, a
la vez, entrega y servicio en grado sumo.
En el lavatorio Jesús concentra toda su vida,
como lo hace también en la institución de la Eucaristía. Es una llamada tanto a
la contemplación como a la acción. Toda la existencia de Jesús fue en realidad
una vida desgastada por los demás. Para los cristianos de verdad el camino del
amor pasa siempre por el servicio, realizado con la misma naturalidad con que
Jesús lavó los pies a sus discípulos.
Toda
la vida de Jesús es un camino hacia Dios, pero sin desprenderse del mundo. Por
ello a nosotros como comunidad cristiana se nos pide que desde el mundo
lleguemos a Dios. Y Jesús añade que al mundo se va “desnudándose” (Jesús se
quitó el manto: se despojó de su rango), se ciñó la toalla y como un siervo,
lavó los pies…
Este
Jueves Santo, llegamos nosotros cubiertos de polvo… y Jesús se inclina a
lavarnos los pies… ¿Qué sentimos?… Dejemos que nos hable el corazón… Luego nos
sentamos con El en la mesa sencilla a la que todos estamos invitados, pero no
podemos prepararla de cualquier manera. Preguntémosle al Señor en este Jueves
Santo:
Señor;
¿Cómo se prepara esta mesa?…
ORACION INICIAL
Señor
Jesús, abre nuestros ojos y oídos a tu Palabra.
Envía
tu Espíritu Santo y despierta nuestra inteligencia,
para
que tu Palabra penetre en nuestros corazones
y
podamos saborearla y comprenderla.
Danos
una gran fe en ti, para que tus palabras sean
para
nosotros la luz que nos guíe por los caminos
de
la justicia y de la verdad.
Habla,
Señor, te escuchamos
y
deseamos poner en práctica tu Palabra,
porque
tus palabras son vida, gozo, justicia, y paz.
AMÉN.
LECTURA: TEXTO BÍBLICO Jn.13.1-15
LEEMOS atentamente intentando abarcar el
mensaje que San Juan nos transmite en su Evangelio. "Los amó hasta el extremo”. No siempre estamos dispuestos a aceptar los
servicios más humildes e infravalorados. Jesús nos enseña una nueva actitud:
lava los pies de los discípulos. Ese gesto, lo hacía el dueño de la casa en
señal de acogida. Jesús acepta el servicio del esclavo. Los discípulos tienen
dificultad para aceptar ese gesto. La condición para seguir a Jesús es aceptar
lavar los pies, servir al otro como compromiso de construir una sociedad en la
que todos son iguales. Abramos nuestros corazones a escuchar la Palabra de
Dios.
“Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su
hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en
el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando; ya el diablo había
suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la intención de
entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que
venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando
una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los
pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Llegó a
Simón Pedro y este le dice: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?». Jesús le
replicó: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.
Pedro le dice: No me lavarás los pies jamás.
Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo». Simón Pedro le
dice: «Señor, no solo los pies, sino también las manos y la cabeza. Jesús le dice: «Uno que se ha bañado no
necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros
estáis limpios, aunque no todos. Porque
sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios». Cuando
acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: ¿Comprendéis
lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y
decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los
pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo
para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis”.
¿Qué dice el texto?
ü
¿Cómo
reaccionan los discípulos ante este gesto de Jesús? ¿Por qué?
ü
¿Cómo
reacciona Jesús ante la negativa de Pedro? ¿Qué le dice? ¿Por qué?
ü
¿Qué
sentido da Jesús a este gesto? ¿Qué quiere mostrar con él?
ü
Cómo
se van a sentir y estar los discípulos cuando ponen en práctica el ejemplo de
Jesús?
El
mandamiento que Jesús nos da es el del amor. La iniciativa parte de Jesús. Él
nos amó primero.
¿Te
sientes amado por Él?
El
amor verdadero siempre es gratuito y siempre está disponible: se da pronta y
totalmente.
¿Te
sientes llamado, a servir y amar a los hermanos?
¿En
quiénes se concreta esa llamada?
Preséntale
hoy a Jesús tu entrega, tu servicio y amor a Él y a los demás.
MEDITACIÓN ¿Qué nos dice el texto hoy a nuestra vida?
La
acción de Jesús debió dejar desconcertados a los discípulos. El gesto no tenía
precedentes. Pedro protesta enérgicamente, pero acaba cediendo aunque no acaba
de entender lo que se propone Jesús. En esta acción práctica, Jesús da una
lección muy importante a los discípulos y a nosotros: tenemos que servirnos los
unos a los otros, tal como él nos sirve. La humildad y el espíritu de servicio
son la marca de la verdadera condición de discípulo.
Los
gestos y palabras de Jesús contienen una gran carga de: amor, entrega,
servicio, fraternidad. Jesús todo lo hace llevado de su amor. La pasión y la
muerte son consecuencia de la actitud de Jesús, que nos amó hasta el extremo.
Interioriza como Jesús te dice: “Os he dado ejemplo para que lo que
yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis”. Qué respondes?
Este
es el ejemplo del Señor: Él, siendo el Maestro lava los pies, para que nosotros
siguiendo su ejemplo, también estemos al servicio de los otros.
Él
hoy te dice: «yo estoy a tu servicio», ¿quieres verdaderamente servir y ayudar
a tus hermanos? Admirémonos contemplando la humildad del Señor Jesús, y
comprometámonos a vivir imitando la conducta que observó el Hijo de Dios y
María.
ORACIÓN: ¿Qué le decimos a Dios después de
escuchar y meditar su Palabra?
Jesús
de Nazaret: en esta tarde del Jueves santo nos has convocado…, para celebrar y
hacer memoria de aquella misma Cena…, en la que, antes de entregarte a la
muerte, confiaste a la Iglesia a tus seguidores el banquete de tu Amor, la
Eucaristía”. Con este Sacramento nos alimentas para vivir como Tú la entrega
que nos enseñas con el lavatorio de los pies y nos dices: “Lo que yo he hecho
con vosotros hacerlo vosotros también”
Ayúdanos
a reunirnos contigo alrededor de la mesa como aquel Jueves Santo. Te damos
gracias por habernos invitado y por considerarnos tus amigos.
A
nosotros como a Pedro y a sus compañeros, nos ocurre que no siempre te entendemos;
o quizá te entendemos muy bien pero nos falta la valentía de vivir tus
propuestas.
Ayúdanos
a ser pan partido y repartido como tú y a que aprendamos a perder el miedo de
entregarnos y ser generosos a fin de convertirnos en signo de tu presencia en
el mundo. Amén
CONTEMPLACIÓN
Contemplemos
a Jesús celebrando su última Cena pascual con aquellos de sus amigos que lo
siguieron fielmente desde que los llamó a lo largo de los años que se prolongó
su Ministerio público.
Contemplemos
a Jesús lavando los pies de sus discípulos, y contemplémonos nosotros, con las
dificultades que tenemos, para servir, desinteresadamente, a nuestros prójimos,
los hombres.
Contemplemos
como Jesús Instituye la Eucaristía, nueva y eterna Pascua, pan y vino en sus manos.
Sin la Eucaristía no seríamos capaces de amar. Por la gracia de la entrega de
Jesús, ya estamos capacitados para amarnos mutuamente.
Contemplemos
a Jesús que se entrega a la muerte por nuestro
amor
Repitamos
con frecuencia y vivamos hoy la Palabra: “Os he dado ejemplo para que lo que yo he
hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis”
ACCIÓN ¿Qué
hemos hecho, y qué seguiremos haciendo, -o empezaremos a hacer-, para corresponder
al amor de Jesús?
ORACIÓN FINAL:
Jesús,
Señor nuestro que nos iluminas con tu Espíritu
y nos
llamas a no caer en desvíos de avaricia y comodidad,
ayúdanos
a ser solidarios con nuestros hermanos y hermanas
y a poder compartir hasta lo que necesitamos para dar vida a la gente.
Padre
Nuestro, que estás en el cielo… AMÉN