LITURGIA SEMANAL 31ª semana durante el año

31ª semana durante el año


“…la Virgen María, es “la mujer excepcional”, en quien se descubre, en este tiempo de pan-demia,  cómo Dios siempre llama al ser humano para entregar vida y ponerse al servicio de los demás”.(+C.O.)

Lunes 2 de Noviembre – Conmemoración de todos los fieles difuntos”
Lucas 24,1-8

La Conmemoración de  los fieles difuntos es una oportunidad para renovar nuestra fe en la resurrección de los muertos; en la eternidad dichosa que nos espera en el Cielo; en la comunión de los santos que debemos ejercitar cada día, pidiendo la intercesión de los santos del cielo e intercediendo ante Dios, con nuestras oraciones, limosnas y obras de caridad por los santos que aún están el Purgatorio.
Con nuestros hermanos difuntos, que "también han sido partícipes de la fragilidad propia de todos ser humano, sentimos el deber - y la necesidad - de ofrecerles la ayuda de nues-tra oración, a fin de que cualquier residuo de debilidad humana, que todavía pudiera re-trasar su encuentro feliz con Dios, sea definitivamente borrado".(P. Francisco)
Las almas del Purgatorio ya son bienaventuradas, en cuanto que ya están salvadas y – tarde o temprano - entrarán al Cielo, al encuentro con Dios. Por eso la llamamos "Benditas Almas del Purgatorio". Pero ellas necesitan de nuestra ayuda, que es tan valiosa, que puede acortar e incluso poner fin a este tiempo de purificación.
Que el Señor reciba la oración que le presentamos por manos de María,: "Concédeles, Se-ñor, el descanso eterno, y brille para ellos la luz que no tiene fin. Descansen en paz”.

Martes 3 de noviembre
Lucas 14, 1ª .15-24  “Feliz el que se siente a la mesa en el Reino de Dios”.

El evangelio de hoy sigue la reflexión alrededor de asuntos relacionados con el Reino de Dios, con la comida y las invitaciones al banquete del rey.
La comida de la fiesta está lista, pero los invitados no quieren concurrir a ella y rechazan la invitación. Los invitados, que podemos suponer son gente de cierta posición económica por las excusas que dan, cometen una falta de cortesía al no asistir. Sus excusas, y mu-chas de las nuestras, no son suficientes para justificarnos. Las posesiones materiales, el trabajo o la familia no deberían impedirnos asistir al banquete del Reino.  Pero el Señor quiere tener su casa llena de gente e igualmente hará su fiesta. Las puertas del Reino de Dios están abiertas y la invitación para participar de su fiesta ya la tenemos.
No nos quedemos afuera… dejemos las excusas! Esta es la gran invitación que nos hace hoy el evangelio. La parábola que Jesús relató y que leemos hoy, nos invita a reflexionar acerca de nuestras actitudes y d nuestras excusas para aceptar la invitación.
En nuestro día a día ¿Cuáles son las excusas que le presentamos a la invitación que nos hace El Señor?

Miércoles 4 de noviembre   San Carlos Borromeo (MO)
Lucas 14,25-33: “El que no renuncia a todo lo que posee no puede ser mi discípulo”
 
Después de una pausa en la casa del fariseo, Jesús retoma el camino hacia Jerusalén, seguido de una multitud. El entusiasmo de los que lo siguen es grande y él siente la ne-cesidad de aclarar qué significa ser su discípulo. Ya habló de esto al comienzo de su viaje cuando dijo: el que quiera seguirme que renuncie  a sí mismo… esto nos indica la importancia que Jesús atribuye a la decisión de seguirlo. Él pide un vínculo exclusivo con él, más fuerte que el que se tiene con la propia familia.  La decisión de seguir a Jesús, está antes de todo afecto y de toda actividad. Es obvio que esto implica cortes, que comienzan desde el corazón de cada uno. El amor exclusivo a Jesús es el fundamento de la vida del discípulo. Si no está presente este amor es como construir una torre sin cimientos o ir a la batalla sin un ejército El amor a Jesús es la sustancia del evangelio y es también lo que los discípulos deben testimoniar al mundo.

Jueves 5 de noviembre       Primer Jueves   Oración especial por las vocaciones
Lucas 15,1-10  habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.

Las parábolas de la oveja y la moneda perdida, Jesús las emplea para explicar el por qué se junta con pecadores. El pastor y la mujer representan la actitud misericordiosa de Dios que busca afanosamente al que se ha perdido, pues no lo considera ajeno, excluido, sino como un valioso bien que se ha extraviado, que se debe buscar y que al encontrarlo pro-duce gran alegría.
Son los últimos, los pecadores, “los que no cuentan”, el gran tesoro de Dios; es a ellos a los que Jesús se dirige y anuncia la Buena Nueva, escandalizando a las autoridades religiosas y llenando de esperanza a los que sufren cualquier tipo de exclusión.
Los proscritos por la sociedad teocrática, atraídos por los planteamientos radicales de Jesús, reaccionan en masa y aceptan sus condiciones. Jesús habla un lenguaje distinto y, sobre todo, muestra hacia ellos una actitud abierta, compartiendo su situación.
Como comunidad creyente en Jesús estamos llamados a servir con misericordia, dirigién-donos necesariamente a los predilectos del Padre: los excluidos.
Viernes 6 de noviembre   Primer viernes
Lucas 16,1-8: “El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz”.

El evangelio de hoy es un poco extraño porque Jesús, para darnos una enseñanza, usa como ejemplo a una persona deshonesta, con malas actitudes. Por eso uno queda des-concertado ¿cómo Jesús puede poner de ejemplo a un administrador que recurre a su astucia para arreglarse de tal modo que la gente la reciba cuando lo despidan, porque no quiere volver a trabajar? Sin duda que Jesús no está apoyando y alabando este hecho de injusticia; ese trato con el dinero y con las personas son contrarios a la propuesta del Re-ino. Lo que Jesús nos dice es que miremos la astucia de este hombre, que en este caso la pone al servicio del mal.
Jesús nos alienta a que usemos nuestra astucia para hacer el bien, poner todo de nosotros para hacer el bien. Poner nuestras capacidades para instaurar con el Señor el Reino de Dios entre nosotros.
No nos acomodemos nunca al mundo, a la chatura del “todos lo hacen” “siempre fue así” “total quien se va a enterar”. Usemos todos nuestros recursos interiores y exteriores para hacer el bien, poniendo siempre como centro a los demás y no a nosotros mismos.

Sábado 7 de noviembre     María Mediadora de las gracias (MO) Primer sábado
Juan 2,1.11   Celebramos en este día la memoria de María Mediadora de todas las gracias y el encuentro con la Palabra nos lleva a gustar de la presencia de la Virgen en las Bodas de Caná.

Se celebraban unas bodas y María estaba entre los invitados de esta celebración.  La Virgen como experta y preocupada ama de casa, inmediatamente se da cuenta que falta el vino, e interviene para ayudar a los esposos en su dificultad y para que no decaiga la alegría de todos. Dirigiéndose a Jesús, le expresa su preocupación por esa situación, esperando una intervención que la resuelva.
Después de la respuesta un tanto enigmática, Jesús accedió a la petición de la madre, y convirtió en vino copioso y de calidad, el agua contenida en las seis tinajas, puestas allí para las abluciones rituales que los judíos realizaban antes de sentarse a la mesa. De esta forma Jesús dio comienzo a sus prodigios y fue aquél, el signo que suscitó la fe incipiente de los discípulos en Él, como Mesías. El relato de las bodas, esboza ya con bastante claridad, la nueva dimensión, el nuevo sentido de la maternidad de María.
María se pone entre su Hijo y los hombres, desde sus pobrezas, indigencias y sufrimientos. Se pone «en medio», hace de mediadora no como una persona extraña, sino en su papel de madre; consciente  que como tal, puede, ‘tiene el derecho’ de hacer presente al Hijo las necesidades de los hombres.

Domingo 8 de noviembre   (32º durante el año) Comienza el mes de María
Mateo 25,1-13    “Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora”

El reino de los cielos se nos presenta hoy  como un banquete nupcial, donde el Señor es el novio y la esposa la iglesia. Y se nos invita a todos a estar atentos para poder participar de la fiesta. Las  vírgenes prudentes representan a los que están siempre preparados y prontos para cuando llegue el esposo,  de manera que su  llegada, nunca podrá tomarlos de sorpresa.  Las vírgenes necias son los que viven como si su vida fuera eterna en la tierra, como si nunca fuera a terminar, y entonces dejan siempre para después su conver-sión.   El tiempo que Dios nos da es un tiempo de vigilancia, para tener encendidas las lámparas de la fe, de la esperanza, del amor. La entrada en el reino no se da por sí sola; se gana con la sabiduría, se pierde con la necedad descuidada.
El aceite que mantiene la lámpara encendida es aquello que siempre hay que cuidar y que nunca puede faltar en la vida cristiana: el amor.  Jesús hoy  termina diciéndonos “Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora”.



El Papa Francisco, propone que durante el “Mes de María”, recuperemos la oración del Rosario en familia, como un instrumento privilegiado para vivir  con hondura estos difíciles momentos que está atravesando la humanidad.

 “Se aproxima el mes de noviembre, en el que, el pueblo de Dios manifiesta con particular intensidad su amor y devoción a la Virgen María. En este mes, es tradición rezar el Rosario en casa, con la familia. Las restricciones de la pandemia nos han “obligado” a valorizar esta dimensión doméstica, también desde un punto de vista espiritual”.