25º DOMINGO DURANT EL AÑO
Queridos hermanos: celebramos hoy el domingo vigésimo quinto durante el año, y como cada domingo queremos que la Palabra y el sacramento renueven nuestras vidas y nos conviertan en verdaderos discípulos de Cristo, buscando como Él, servir a los demás, en especial a los más necesitados, ya que este servicio es hecho al mismo Cristo, y servirlo a él es servirlo a Dios. Jesús establece una nueva norma de vida: en el Reino de Dios, la primacía la tiene quien sirve más, quien sirve con mayor amor. De pie y con estas disposiciones, cantemos con alegría.
MONICIONES A LAS LECTURAS
OPCIÓN 1: MONICIÓN ÚNICA PARA TODAS LAS LECTURAS
El libro de la Sabiduría ofrece la imagen de un justo que anticipa la entrega de Jesús, sus sufrimientos y sus causas: el justo es la acusación serena y más intolerable de la injusticia del mundo. La ambición y los deseos de poder, por los que discuten los discípulos y de los que nos habla la carta de Santiago, sólo generan luchas y conflictos. En cambio, los cristianos estamos llamados a una vocación mucho más hermosa: sembrar paz que sea capaz de dar frutos de justicia. Por eso escuchemos atentos este llamado.
OPCIÓN 2: MONICIONES PARA CADA LECTURA
PRIMERA LECTURA (Sabiduría 2, 12. 17-20)
El libro de la Sabiduría habla de la suerte de los justos en medio de una sociedad que no los admite. Escuchemos.
SEGUNDA LECTURA (Santiago 3, 16—4, 3)
Escuchemos atentos las palabras de Santiago, que servirán mucho a nuestra comunidad para superar sus dificultades.
EVANGELIO (Marcos 9, 30-37)
Jesús habla de su muerte y humillación y nos da una nueva norma de vida: el primero es el que sabe ponerse en el último lugar y acoge a los pequeños. Cantando el aleluya nos preparamos para escuchar el Evangelio.
ORACIÓN DE LOS FIELES
GUÍA: A cada petición respondemos:
"PADRE, ESCÚCHANOS Y HAZNOS SERVIDORES DE LOS DEMÁS"
Para que la Iglesia sea testigo de la verdad, la unidad y la reconciliación. Oremos
Para que con el testimonio de vida de nuestros Obispos y de nuestros sacerdotes, podamos formar una comunidad verdaderamente servidora, solidaria y fraterna. Oremos
Para que en todo el mundo la paz tenga más fuerzas que las guerras, el odio sea vencido por el amor, y la verdad se imponga a las mentiras. Oremos.
Para que en nuestra patria, los pobres, los desamparados, los olvidados, encuentren la justicia tan largamente esperada. Oremos.
Para que nuestros jóvenes encuentren en Cristo al verdadero amigo, y vivan la alegría del servicio a Él y a los hermanos. Oremos.
Para que los cristianos seamos en el mundo de hoy, los mejores defensores de los más débiles e indefensos. Oremos
Para que nuestra comunidad viva la verdad, la justicia, la rectitud, el Evangelio. Oremos.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Al disponer las ofrendas del pan y del vino sobre el altar, disponemos también nuestro corazón para ser realmente servidores de nuestros hermanos, como nos lo pide el mismo Jesús. Cantemos.
COMUNIÓN
En el Evangelio de hoy hemos escuchado: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará». Acerquémonos con fe a recibir a Cristo resucitado. Cantamos.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA
Terminemos nuestra celebración con el compromiso de convertirnos en servidores de los demás, especialmente de aquellos más cercanos a nosotros. Nos despedimos cantando