GUION DE MISA - 30º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO 27/10

30º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO   27/10

Queridos hermanos, una vez más nos congregamos para celebrar la Eucaristía, como una sola familia que se une en oración. La liturgia en este Trigésimo domingo del tiempo ordinario nos envuelve en un ambiente de oración. Hoy el Señor nos enseña claramente cuál es la acti-tud que debemos tener para acercarnos a Él: la humildad, el sabernos necesitados de su ayu-da, arrepintiéndonos de nuestros pecados y pidiendo perdón. Con esta actitud humilde, recono-ciendo nuestra necesidad de Dios, comencemos la celebración de estos misterios. De pie, cantamos.

OPCIÓN 1: MONICIÓN PARA TODAS LAS LECTURAS

La oración es el tema central de las lecturas de hoy. Los textos coinciden en que el Señor no hace oídos sordos a la oración de los humildes. En el pasaje del libro del Eclesiástico, Dios atiende los gritos del pobre, del oprimido, del huérfano o de la viuda. Igual leemos en el salmo. San Pablo da gloria a Dios que siempre le ha escuchado y de quien espera su corona. Y en el evangelio, Jesús prefiere la sencilla oración del publicano antes que la palabrería orgullosa del fariseo. Con humildad y sencillez dispongámonos a escuchar esta Palabra.

OPCIÓN 2: MONICIÓN PARA CADA UNA DE LAS LECTURAS
PRIMERA LECTURA (35, 12-14. 16-18)
 La oración del humilde y hecha en humildad es la que perfora el cielo hasta llegar a Dios. Escuchemos en esta primera lectura un discurso en favor de los más débiles y humildes.

SEGUNDA LECTURA (2 Timoteo 4, 6-8. 16-18)
 Hoy escuchamos una página que es como la despedida y el testamento de Pablo, ante la inminencia de su martirio. Escuchemos.

EVANGELIO (Lucas 18, 9-14)
Mediante una parábola, Jesús nos presenta el criterio de Dios que mira al interior y lee en el corazón de quien a él se dirige en oración. Cantemos primero el aleluya para escuchar este recon-fortante mensaje.

ORACIÓN DE LOS FIELES
A Dios que mira y conoce nuestros corazones, elevemos con humildad nuestras oraciones diciendo: "SEÑOR, APIÁDATE DE NOSOTROS Y ESCUCHA NUESTRA ORACIÓN".

    Para que la Iglesia, casa de todos, haga suyas las preocupaciones, éxitos y fracasos de todos los hombres, especialmente de los más desfavorecidos en la sociedad. Oremos.
    Para que el Papa Francisco, los Obispos, Sacerdotes y Diáconos, sigan anunciando el Evangelio, con ardor y pasión, a todos los pueblos de la tierra. Oremos 
    Para que los responsables de dirigir los destinos de los pueblos superen la tentación egoísta de la corrupción y pongan todos los recursos del estado en favor del hombre. Oremos.
    Por nuestra Patria, para que todos dejemos de lado definitivamente los egoísmos que nos dividen y nos unamos de verdad en procura del bien común. Oremos
    Para que los cristianos no seamos indiferentes ante el dolor y el hambre que azota a miles de hermanos que tienen que migrar a otros países buscando un mejor futuro. Oremos.
    Para que la celebración de esta Misa dominical nos ayude a todos los aquí presentes a no discriminar a nadie y aprender a reconocer lo bueno que hay en el prójimo. Oremos.
    Para que nuestros hermanos difuntos, por los méritos de Cristo, lleguen a gozar pron-tamente de la gloria de Dios. Oremos

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Ahora llevemos con humildad nuestros dones al altar, y con ellas, las súplicas de los más desprotegidos de nuestra sociedad. Cantamos

COMUNIÓN
Cristo, que mira el interior de nuestros corazones, quiere que lo recibamos con humildad. Acerquémonos a comulgar cantando.

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
 
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
 
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA
En un mundo lleno de soberbia y prepotencia, estamos llamados a vivir en humildad. Vayamos a hacer vida lo que aquí hemos celebrado. Cantamos