17 º Domingo Ordinario

 

Nos encontramos a orillas del lago de Genesaret, lugar donde Jesús enseñó tantas veces y donde llamó a sus primeros discípulos; allí ellos descubrieron el valor del Reino.

Este texto, propuesto para la lectura de hoy, es la conclusión del capítulo 13 de Mateo, centrado sobre las parábolas. Y se distinguen fácilmente tres parábolas. La del "tesoro escondido", la del "vendedor de perlas" y la de la "Red que echan en el mar".

En las dos primeras parábolas se muestra claramente el comportamiento de los protagonistas y la última que nos habla de una selección, es de carácter escatológico, donde tendrá lugar una separación, semejante a la del trigo y la cizaña. Las parábolas nos invitan a un discernimiento y elección en favor de un bien que vale mucho más que cualquier otro. Es decir, se ilustra la actitud que es necesario asumir frente a un tesoro o una perla que se han encontrado y que es la misma actitud que hay que tener frente a la realidad del Reino. Delante del "don de Dios" para las personas, realizado en Cristo, es necesario hacer una evaluación y una elección. Pero, es bueno reflexionar que habrá una selección hecha por los ángeles como la que  hicieron los pescadores al sacar la red a la playa.

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

Dios, Padre Bueno,

concédenos sabiduría

para descubrir el significado y la importancia

del Reino que tu Hijo anunció e inauguró entre nosotros;

que lo recibamos en nuestra existencia

como el tesoro más precioso,

y que dediquemos toda nuestra vida a construirlo.

 

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles,

y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Amén

 

PALABRA DE DIOS: MATEO 13, 44 - 52.

 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo. El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra.

También se parece el Reino de los cielos a la red que los pescadores echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando se llena la red, los pescadores la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen los buenos en canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al final de los tiempos: vendrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los arrojarán al horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. ¿Han entendido todo esto?"

Ellos contestaron: "Sí". Entonces él les dijo: "Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas".

 

LECTURA: lee atentamente el texto varias veces hasta identificar su estructura: personajes, verbos, lugares, relaciones entre ellos y el mensaje central.

 

Ayúdate    con alguna de estas preguntas

 

Jesús compara el Reino de los Cielos con un tesoro escondido en un campo:

      ¿Qué consecuencias tiene en la vida de una persona que lo encuentra?

 

Jesús compara el Reino de los Cielos con la actividad de un comerciante que buscaba perlas finas:

      ¿Qué hace al encontrar una de gran valor?

 

Jesús compara el Reino de los Cielos con una red que se echa al mar:

      ¿Qué clase de peces recoge? ¿Qué pasa con los peces que no sirven?

      ¿Qué pasará también a los seres humanos al final de los tiempos?

      ¿Con quién compara Jesús un maestro de la ley que se hace discípulo del Reino de los Cielos? ¿Qué saca de sus reservas?

      ¿Qué significaría "lo nuevo" y "lo antiguo"?

 

MEDITACIÓN: saca del texto aquello que Dios nos dice a todos y te dice a ti en tu propia realidad.

 

El descubridor de tesoros y el traficante de perlas, se encontraron repentinamente con algo que no esperaban; no perdieron tiempo y tuvieron que perder sus bienes; supieron que solo vendiendo todo lo que tenían podían hacerse propietarios del bien recién descubierto. Y porque sabían que era lo que habían descubierto, reaccionaron con rapidez; y el desprendimiento de sus posesiones fue total.

Así es el Reino de Dios: una vez encontrado, se encuentra la fuerza para poner todo en venta con tal de adquirirlo; una vez descubierto, se descubre que los bienes que se tienen no valen tanto, ni siquiera todos juntos, como vale el Reino de Dios.

      ¿Hemos descubierto el Reino de Dios como lo que da sentido a nuestra vida, como el tesoro por el que merece la pena darlo todo a cambio?

      ¿Somos capaces de venderlo todo por ese tesoro?

      ¿Hemos buscado lo suficiente para encontrar "la perla fina" del Reino de Dios?

      ¿Cómo esforzarnos más?

      ¿Cómo comunicar la buena noticia del Reino de Dios como el mejor tesoro a quienes parecen no tener otro reino que sus propios proyectos, intereses y egoísmos?

 

La red echada en el mar captura de todo, cosas buenas y cosas menos buenas. Sólo al final se realiza la separación de los malos y los buenos.

      ¿Qué nos enseña para nuestra vida?

   ¿Nos sentimos capacitados para relacionar la vida y predicación de Jesús (lo nuevo) con las promesas del Antiguo Testamento (lo viejo) y viceversa?

      ¿Qué nos falta para poder hacerlo?

      ¿Cuál es el mensaje del texto para nuestra vida hoy y qué podemos hacer en concreto para que se haga realidad?

 

ORACIÓN: desde el texto y desde tu vida háblale y respóndele a Dios.

 

Dios y Padre Bueno: Te pedimos que nos asista tu Espíritu Santo para vivir en continua búsqueda de ese Reino de los Cielos que se encuentra oculto.

Gracias por este gran regalo que nos invitas a buscar; danos la fuerza para que encontrándolo, saber desprendernos de todo cuanto tenemos y entregar todo a cambio.

Hoy, ante este Reino que está oculto y que se nos ha sido descubierto, nos sentimos motivados a actuar con rapidez y vender todo lo que tenemos para alcanzarlo.

Señor, te pedimos la fuerza para adquirir este tesoro; te pedimos la claridad de inteligencia y la sabiduría para descubrir que todo cuanto poseemos, no vale tanto como vale ese tesoro; te pedimos que muevas nuestro corazón para deshacernos de todo lo que nos impide encontrarnos con este tesoro.

Y al final cuando haya esa selección, esa separación, cuéntanos entre aquellos, que dejaron, que vendieron todo, para poseerte, Porque ese tesoro eres tú Señor.

 

CONTEMPLACIÓN: haz silencio y en lo más hondo de tu corazón adora, alaba y bendice a Dios que te habla y te invita a cambiar tu vida, a descubrirlo como la Luz que ilumina tu vida y a vivirla con profundidad y sentido.

 “Y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró”.

 

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto?

 

ACCIÓN, ¿A que me comprometo con Dios?

 

Hagamos una lista de las cosas materiales a las que les damos mucho valor.

Hagamos una lista de las actitudes, sentimientos, cosas no tangibles a las que les damos mucho valor.

Reflexionemos sobre estas listas “Y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró”

 

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la acción concreta que te invita a realizar?

 

ORACIÓN FINAL:

Dios, Padre Bueno,

concédenos sabiduría

para descubrir el significado y la importancia

del Reino que tu Hijo anunció e inauguró entre nosotros;

que lo recibamos en nuestra existencia

como el tesoro más precioso,

y que dediquemos toda nuestra vida a construirlo.

 

Padre Nuestro, que estás en el cielo… AMÉN.

 

 

 

"Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque «nadie queda excluido de la alegría del Señor». Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos." Papa Francisco, EG 1.3