4º Domingo de Pascua - 7 de Mayo - Lectio Divina

 

Bajo la doble imagen de la puerta del aprisco y del pastor del rebaño, Jesús habla en el evangelio de su relación personal con las ovejas. Él se reconoce como el Pastor, y como el Pastor Bueno. La familiaridad que mantiene con sus ovejas le permite vivir una relación íntima, un contacto que las enriquece. Hay cariño, hay seguridad, hay vida y vida en abundancia para todas las ovejas y para cada una en particular.

 

Como la puerta da acceso al rebaño, Jesús dice ser la puerta, porque permite entrar en el aprisco. Él asegura que quienes han venido antes fueron salteadores y no merecieron ser obedecidos, porque no daban vida, sino que  la entorpecían. Cristo se dice ser la puerta que conduce a la vida y ve a la comunidad como el rebaño que goza de su presencia, de su acción, de lo que Él es y hace por ella.

 

ORACIÓN DE INICIO

Buen Pastor, dame escuchar tu voz todos los días,

que tu voz resuene en mí, como música de fondo, todos mis instantes.

Dame conocerte como soy conocida.

Dame entrar en comunión contigo y con el Padre.

Dame poner mis pies sobre tus pisadas de compasión y de amor.

Dame pertenecerte enteramente.

Dame ser uno contigo, como Tú y el Padre son uno.

Dame entrar en tu humanidad rebosante de divinidad.

Dame entrar en ti y contagiarme de tu modo de pensar, sentir y amar.

Dame saber cuidar a quienes tú has puesto en mi vida.

Dame ser puerta y puente y camino para que lleguen a ti,

y para que sean felices con esa vida abundante que quieres regalar a todos.

Dame entrar en ti y por ti hacia la vida verdadera.

 

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

 

Ven Espíritu Santo,

Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.

Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad

para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.

Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros. Amén

 

LECTURA  Juan 10,1-10  yo soy la puerta de las ovejas

 

“Les aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas.  A este le abre el guardia, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por su nombre a cada una y las saca fuera.  Cuando ha sacado a todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.”

Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: “Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí, son ladrones y bandidos, pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.  El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante”.

 

LEER: entender lo que dice el texto fijándose en cómo lo dice

 

El texto que leemos hoy, se basa en la alegoría del ladrón, del mercenario y del pastor y la puerta. El vocabulario y las imágenes están tomados del mundo pastoril. Los que le escuchaban, conocían el ambiente en el que se movían los pastores. El que era propietario o asalariado, tenía su propio ganado con el que convivía durante el día; por las noches los diversos rebaños eran conducidos a un único aprisco, cuya puerta era custodiada por un guardián.

Si alguien quería robar ovejas, tenía que entrar en el redil haciendo un hueco en el muro o saltándolo. Por las mañanas, bastaba que cada oveja oyera la voz de su pastor, para que saliera del redil y se dejara guiar por él.

 

Jesús presenta al ladrón/bandido/extraño como quien sabe confundir y es capaz de entrar; en cambio, al pastor lo describe como quien es reconocido con solo hacerse presente, su voz, su porte, todo lo identifica y lo hace familiar a sus ovejas.

El contraste entre los dos personajes está claro por su modo de actuar, cuando el ladrón se acerca al redil, y cuando llega el pastor, no hay la misma reacción en las ovejas. La forma de entrar en el redil y la relación de intimidad que establece el pastor con las ovejas hace que sea seguido por ellas.

El verdadero pastor entra por la puerta, a la luz del día. Su voz es familiar a las ovejas; él las conoce por su nombre y ellas lo conocen a él. Precede a su rebaño, sin importarle dónde se dirija. El extraño, asalta el redil y desconoce a las ovejas.

Jesús explica la parábola y va más allá de una simple aclaración. Su discurso, revela quién es Él y qué vino a hacer en el mundo, como puerta  y como pastor.

Jesús es la puerta de entrada al redil y la de salida, que conduce a los pastos: es la vía de acceso y salida a la vida de Dios, que fue el por qué de su encarnación, a eso vino a este mundo, a llevarnos a Dios Padre.

Siguiendo el texto leído, ¿Cuáles son las palabras o frases o actitudes que atraen tu atención, tu interés?

 

MEDITAR: (Aplico lo que dice el texto a la vida)

 

Jesús se nos presenta como pastor del rebaño y como puerta del aprisco. Dos imágenes que definen su misión. Como el pastor guía al rebaño; no tiene otra ocupación que cuidar de sus ovejas; conoce a cada una de ellas; las acompaña de día y de noche. Ellas reconocen su voz porque les procura alimento, porque camina delante de ellas, porque busca su bienestar.

      ¿Qué actitudes nos propone Jesús, buen Pastor a nosotros que, como padres de familia, como educadores, como agentes de pastoral estamos al frente del rebaño?

El pastor da la vida por quien comparte con Él su vida, por quien acepta su liderazgo y se propone intimar con Él. Para obtener los cuidados de un pastor y la seguridad de un liderazgo, habrá que vivir en su compañía, caminar por sus caminos y someterse a sus exigencias. No basta con que Jesús nos quiera; hace falta que nosotros aceptemos ser queridos por Él.

¿Queremos que Jesús nos guíe? Podremos sentirnos seguros y obtener la serenidad que necesitamos si vamos con Él a donde Él nos lleva. Si entramos por Él y lo escuchamos y le seguimos; podremos percibir su presencia, su cercanía.

Siguiendo el mensaje del texto leído, ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión personal?

 

ORAMOS nuestra vida desde este texto

 

Padre Bueno, gracias porque has querido que tu Hijo, ‘el Buen Pastor’, nos ganara la vida que habíamos perdido por el pecado.

Haz que percibamos su presencia; que gocemos su pastoreo y lo aprovechemos. Que como Él, también nosotros sepamos pastorear a quienes nos has confiado para que nadie se pierda. Que como Cristo, nuestra presencia sea una guía, un camino a seguir. Haz, que sin palabras, seamos también la puerta que conduzca a la vida que estamos anhelando y que alcanzando la felicidad, digamos al mundo lo que significa vivir contigo, que eres nuestro Padre, con tu Hijo, que es nuestro Hermano y con el Espíritu Santo, que es quien nos conduce en tu nombre hacia la santidad, de la mano de María. ¡Así sea!

Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Hoy damos gracias porque Jesús es nuestro buen Pastor y porque nos llena de alegría. 

Añadimos nuestras intenciones de oración.

 

CONTEMPLAR: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos la Palabra de Dios?

 

Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces un versículo  del  Evangelio, para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón:

«Yo soy el buen pastor: conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí“ …yo soy la puerta de las ovejas... Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos….

Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección para que otros crean.

 

ACTUAR: ¿A qué me o nos comprometemos con Dios?

Escuchar, utilizar y cumplir más frecuentemente con la voz, la llave y el alimento de la vida, es decir conocer más del mensaje, Palabra del Señor; además de ponerla en acción

Volver a leer detenidamente las lecturas. Realizar una acción que demuestre que Jesús es nuestro buen Pastor. Algo que tenga que ver con el cuidado de los más pequeños y necesitados.

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la acción concreta que te invita a realizar?

 

 

Vivamos nuestro Domingo a lo largo de la semana

 

      Recemos en familia por las vocaciones a la vida consagrada en el Domingo del Buen Pastor. Pidamos de manera concreta que Dios envíe más vocaciones a la vida consagrada y que podamos tener familias generosas que apoyen a sus hijos en sus decisiones.

      ¿Qué acto concreto puedo hacer para ayudar a promover las vocaciones a la vida consagrada?

      Leamos en el Catecismo de la Iglesia Católica los números: 914 - 933.

 

 

Oración: Lo que quiero ser

 

Quiero ser pastor que vele por los suyos;

árbol frondoso que dé sombra al cansado;

fuente donde beba el sediento.

Quiero ser canción que inunde los silencios;

libro que descubra horizontes remotos;

poema que deshiele un corazón frío;

papel donde se pueda escribir una historia.

 

Quiero ser risa en los espacios tristes, 

y semilla que prende en el terreno yermo.

Ser carta de amor para el solitario,

y grito fuerte para el sordo…