Bajo
la doble imagen de la puerta del aprisco y del pastor del rebaño, Jesús habla
en el evangelio de su relación personal con las ovejas. Él se reconoce como el
Pastor, y como el Pastor Bueno. La familiaridad que mantiene con sus ovejas le
permite vivir una relación íntima, un contacto que las enriquece. Hay cariño,
hay seguridad, hay vida y vida en abundancia para todas las ovejas y para cada
una en particular.
Como
la puerta da acceso al rebaño, Jesús dice ser la puerta, porque permite entrar
en el aprisco. Él asegura que quienes han venido antes fueron salteadores y no
merecieron ser obedecidos, porque no daban vida, sino que la entorpecían. Cristo se dice ser la puerta
que conduce a la vida y ve a la comunidad como el rebaño que goza de su presencia,
de su acción, de lo que Él es y hace por ella.
ORACIÓN DE INICIO
Buen Pastor, dame escuchar tu voz
todos los días,
que tu voz resuene en mí, como música
de fondo, todos mis instantes.
Dame conocerte como soy conocida.
Dame entrar en comunión contigo y con
el Padre.
Dame poner mis pies sobre tus pisadas de
compasión y de amor.
Dame pertenecerte enteramente.
Dame ser uno contigo, como Tú y el
Padre son uno.
Dame entrar en tu humanidad rebosante
de divinidad.
Dame entrar en ti y contagiarme de tu
modo de pensar, sentir y amar.
Dame saber cuidar a quienes tú has
puesto en mi vida.
Dame ser puerta y puente y camino para
que lleguen a ti,
y para que sean felices con esa vida
abundante que quieres regalar a todos.
Dame entrar en ti y por ti hacia la
vida verdadera.
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:
Ven
Espíritu Santo,
Ven
a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve
nuestra inteligencia y nuestra voluntad
para
entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que
tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros. Amén
LECTURA
Juan 10,1-10 yo soy la puerta de
las ovejas
“Les aseguro que el que no entra por la
puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es
ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guardia, y las ovejas
atienden a su voz, y él va llamando por su nombre a cada una y las saca
fuera. Cuando ha sacado a todas las
suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz;
a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de
los extraños.”
Jesús les puso esta comparación, pero
ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: “Les aseguro que
yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí, son
ladrones y bandidos, pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien
entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y
hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante”.
LEER: entender lo que dice el texto
fijándose en cómo lo dice
El
texto que leemos hoy, se basa en la alegoría del ladrón, del mercenario y del
pastor y la puerta. El vocabulario y las imágenes están tomados del mundo
pastoril. Los que le escuchaban, conocían el ambiente en el que se movían los
pastores. El que era propietario o asalariado, tenía su propio ganado con el que
convivía durante el día; por las noches los diversos rebaños eran conducidos a
un único aprisco, cuya puerta era custodiada por un guardián.
Si
alguien quería robar ovejas, tenía que entrar en el redil haciendo un hueco en
el muro o saltándolo. Por las mañanas, bastaba que cada oveja oyera la voz de
su pastor, para que saliera del redil y se dejara guiar por él.
Jesús
presenta al ladrón/bandido/extraño como quien sabe confundir y es capaz de
entrar; en cambio, al pastor lo describe como quien es reconocido con solo
hacerse presente, su voz, su porte, todo lo identifica y lo hace familiar a sus
ovejas.
El
contraste entre los dos personajes está claro por su modo de actuar, cuando el
ladrón se acerca al redil, y cuando llega el pastor, no hay la misma reacción
en las ovejas. La forma de entrar en el redil y la relación de intimidad que
establece el pastor con las ovejas hace que sea seguido por ellas.
El
verdadero pastor entra por la puerta, a la luz del día. Su voz es familiar a
las ovejas; él las conoce por su nombre y ellas lo conocen a él. Precede a su
rebaño, sin importarle dónde se dirija. El extraño, asalta el redil y desconoce
a las ovejas.
Jesús
explica la parábola y va más allá de una simple aclaración. Su discurso, revela
quién es Él y qué vino a hacer en el mundo, como puerta y como pastor.
Jesús
es la puerta de entrada al redil y la de salida, que conduce a los pastos: es
la vía de acceso y salida a la vida de Dios, que fue el por qué de su encarnación,
a eso vino a este mundo, a llevarnos a Dios Padre.
Siguiendo el texto leído, ¿Cuáles son las palabras o frases o
actitudes que atraen tu atención, tu interés?
MEDITAR: (Aplico lo que dice el texto a la
vida)
Jesús
se nos presenta como pastor del rebaño y como puerta del aprisco. Dos imágenes
que definen su misión. Como el pastor guía al rebaño; no tiene otra ocupación
que cuidar de sus ovejas; conoce a cada una de ellas; las acompaña de día y de
noche. Ellas reconocen su voz porque les procura alimento, porque camina
delante de ellas, porque busca su bienestar.
¿Qué actitudes nos propone Jesús, buen Pastor a nosotros que, como
padres de familia, como educadores, como agentes de pastoral estamos al frente
del rebaño?
El
pastor da la vida por quien comparte con Él su vida, por quien acepta su
liderazgo y se propone intimar con Él. Para obtener los cuidados de un pastor y
la seguridad de un liderazgo, habrá que vivir en su compañía, caminar por sus
caminos y someterse a sus exigencias. No basta con que Jesús nos quiera; hace
falta que nosotros aceptemos ser queridos por Él.
¿Queremos
que Jesús nos guíe? Podremos sentirnos seguros y obtener la serenidad que
necesitamos si vamos con Él a donde Él nos lleva. Si entramos por Él y lo escuchamos
y le seguimos; podremos percibir su presencia, su cercanía.
Siguiendo el mensaje del texto leído, ¿Cuál es tu meditación, tu
reflexión personal?
ORAMOS nuestra vida desde este texto
Padre
Bueno, gracias porque has querido que tu Hijo, ‘el Buen Pastor’, nos ganara la
vida que habíamos perdido por el pecado.
Haz que percibamos su
presencia; que gocemos su pastoreo y lo aprovechemos. Que como Él, también
nosotros sepamos pastorear a quienes nos has confiado para que nadie se pierda.
Que como Cristo, nuestra presencia sea una guía, un camino a seguir. Haz, que
sin palabras, seamos también la puerta que conduzca a la vida que estamos
anhelando y que alcanzando la felicidad, digamos al mundo lo que significa
vivir contigo, que eres nuestro Padre, con tu Hijo, que es nuestro Hermano y
con el Espíritu Santo, que es quien nos conduce en tu nombre hacia la santidad,
de la mano de María. ¡Así sea!
Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor.
Hoy damos gracias porque Jesús es nuestro buen Pastor y porque nos llena de
alegría.
Añadimos nuestras intenciones de oración.
CONTEMPLAR: ¿Cómo interiorizo o interiorizamos
la Palabra de Dios?
Para el momento de la
contemplación podemos repetir varias veces un versículo del
Evangelio, para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón:
«Yo soy el buen pastor: conozco a mis
ovejas y ellas me conocen a mí“ …yo soy la puerta de las ovejas... Yo soy la
puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos….
Y así, vamos pidiéndole al Señor ser testigos de la resurrección
para que otros crean.
ACTUAR: ¿A qué me o nos comprometemos con
Dios?
Escuchar, utilizar y
cumplir más frecuentemente con la voz, la llave y el alimento de la vida, es
decir conocer más del mensaje, Palabra del Señor; además de ponerla en acción
Volver a leer detenidamente
las lecturas. Realizar una acción que demuestre que Jesús es nuestro buen
Pastor. Algo que tenga que ver con el cuidado de los más pequeños y necesitados.
Siguiendo el mensaje de este
texto, ¿Cuál es la acción concreta que te invita a realizar?
Vivamos nuestro Domingo a lo
largo de la semana
Recemos
en familia por las vocaciones a la vida consagrada en el Domingo del Buen
Pastor. Pidamos de manera concreta que Dios envíe más vocaciones a la vida consagrada
y que podamos tener familias generosas que apoyen a sus hijos en sus decisiones.
¿Qué
acto concreto puedo hacer para ayudar a promover las vocaciones a la vida
consagrada?
Leamos
en el Catecismo de la Iglesia Católica los números: 914 - 933.
Oración: Lo que quiero ser
Quiero
ser pastor que vele por los suyos;
árbol
frondoso que dé sombra al cansado;
fuente
donde beba el sediento.
Quiero
ser canción que inunde los silencios;
libro
que descubra horizontes remotos;
poema
que deshiele un corazón frío;
papel
donde se pueda escribir una historia.
Quiero ser risa en los espacios tristes,
y semilla que prende en el terreno yermo.
Ser carta de amor para el solitario,
y grito fuerte para el sordo…