“LLAMÓ A SUS SERVIDORES Y LES CONFIÓ SUS BIENES”
INVOCAMOS AL ESPÍRITU SANTO
Espíritu
Santo, Amor del Padre y del Hijo,
visítanos
hoy con tu sabiduría e inteligencia espiritual,
ilumina
los ojos de nuestro corazón
para
que podamos comprender el sentido de las Escrituras,
el
mensaje que Jesús nos quiere comunicar en este día.
Haz que la Palabra que escuchamos
resuene en nuestro corazón
y pase del corazón a la vida.
Que no seamos sólo “oyentes” de la buena
Noticia,
sino que, con tu gracia, la llevemos a
la práctica. Amén.
LECTURA Evangelio según San Mateo 25, 14-30.
“El Reino de los Cielos es también como un
hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes.
A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno
según su capacidad; y después partió. En seguida, el que había recibido cinco talentos,
fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió
dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el
dinero de su señor.
Después de un largo tiempo, llegó el señor y
arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco
talentos se adelantó y le presentó otros cinco. ‘Señor, le dijo, me has
confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado’. ‘Está bien,
servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo
poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor’.
Llegó luego el que había recibido dos
talentos y le dijo: ‘Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros
dos que he ganado’. ‘Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste
fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de
tu señor’.
Llegó luego el que había recibido un solo
talento. ‘Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has
sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar
tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!’. Pero el señor le respondió: ‘Servidor malo
y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he
esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi
regreso, lo hubiera recuperado con intereses. Quítenle el talento para dárselo
al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al
que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a
este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes’.
LECTURA ¿Qué dice el texto? Atiende todos los
detalles posibles. Imagina la escena.
Destaca
todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de
todo lo que adviertas.
Siguiendo este texto, ¿Cuáles son las palabras o frases o
actitudes que atraen tu atención, tu interés?
San
Mateo nos presenta la parábola de los talentos. Es importante observar los
personajes que aparecen y el papel que a cada uno le asigna Jesús.
El
primero que entra en escena es el que se ausenta dejando un encargo a sus empleados:
representa a Cristo mismo. Él les deja unos dones, unos talentos. Estos son las
cualidades naturales que poseen aquellos hombres, pero al ser Cristo quien se
les entrega, simbolizan también aquellos dones que el mismo Señor Jesús nos ha
dejado para hacerlos fructificar: su Palabra, la oración, los sacramentos… En
una palabra: el reino de Dios, que es Él mismo, presente y vivo en medio de
nosotros.
Desde
esta perspectiva podemos valorar bien la reacción del Señor cuando regresa a pasar
cuentas con ellos, en especial con el que no fue capaz de aportar nada nuevo.
El
siervo, es decir cada uno de nosotros, no debemos poner límite a su servicio,
porque el amor no tiene límites. Ni debemos temer correr riesgos, porque el
amor no sabe de temores. Hemos de sacar el máximo provecho a los talentos
recibidos de Dios.
No
importa si hemos recibido muchos o pocos talentos, lo importante es que no
permanezcamos ociosos, sino que nos pongamos enteramente al servicio de Dios,
de la Iglesia y de nuestros hermanos. Nadie
es tan pobre que no tenga algo que dar a los demás. En este sentido, rico no es
el que más tiene sino el que más da, el que ofrece lo que tiene como don para
los demás. Lo que Cristo nos ha dado se multiplica dándolo.
Por
eso, el cristiano no puede acobardarse ante el mundo y ante la vida, porque su
ejercicio es el amor; él es hijo de la luz y vive en el amor y el amor es
donación, el amor es valentía, el amor es entrega sincera de sí sin límites.
MEDITACIÓN ¿Qué me dice Dios a través
del texto?¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu
situación, a alguna de tus dimensiones?
En la vida, como en la parábola, lo
importante no es lo que tenemos sino lo que hacemos con lo que tenemos. Si
tienes muchos o pocos talentos es indiferente. Lo importante es que los pongas
a trabajar y saques de ellos todo lo que tus posibilidades te permitan.
ü
¿Agradeces
al Señor tus dones y cualidades?
ü
¿Los
tienes al servicio de tus hermanos los hombres?
ü
¿Actúas,
alguna vez, como el siervo que enterró su talento y no dio el fruto que el señor
esperaba?
ü
¿En
algunas circunstancias te haces el desentendido, haces la vista gorda… y así dejas
de producir los frutos que el Señor espera de ti?
ü
¿Qué
dones recibes diariamente de Dios?
ü
¿Y
de tus hermanos? ¿Cuáles aprecias?
ü
¿Por
qué? ¿Los agradeces en tu relación diaria con Dios?
ü
¿Qué
actitud tienes en tu comunidad parroquial, en tu grupo o en tu familia?,
ü
¿eres
de los que estás pendiente de las necesidades de los demás para brindarles todo
tu apoyo o eres de los que tienes tantas cosas que hacer que te olvidas de
mirar a tu alrededor, ignorando y descuidando a los que te necesitan?
Siguiendo
el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión personal?
ORACIÓN ¿Qué le dices a Dios gracias
a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de
gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios...
Señor
Jesús, reconozco que no soy perfecto, ni lo tengo todo, tú me has dado talento,
dones según tus planes y la capacidad que me has dado, té pido que me ayudes a
descubrir los talentos que me has dado, en los cuales tengo amplia capacidad
para con ellos “responderte fielmente”, ser activo y reproducirlos, y en aquellos
de los cuales carezco, que el miedo no me impida buscar ayuda para poder
“responder fielmente”, ten misericordia de mí porque deseo que me invites a
gozar de ti y tu Reino.
Ayúdame
a actuar con generosidad, con gratuidad, a amar desinteresadamente, dándome
como lo hiciste Tú.
Siguiendo el mensaje de este
texto, ¿Cuál es tu oración personal?
Cada
uno pone sus intenciones.
Amén.
CONTEMPLACIÓN, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de
Dios?
El
Señor a cada uno de nosotros nos regala sus dones y talentos, para que podamos
sentir su presencia entre nosotros y manifestar a los que nos rodean su gracia
y su bondad.
Jesús
hoy viene a mostrarte que el amor que te tiene no solo repercute en tu vida,
sino que también afecta a los que te rodean y hace de ti su instrumento para
que otros le conozcan y experimenten su amor.
Jesús
nos muestra que no hay diferencia entre los que tienen o reciben más talentos y
los que tienen menos. Todos tenemos nuestros talentos según nuestra capacidad.
Lo que importa es que estos talentos sean puestos al servicio del Reino y
crezcan: el amor, la fraternidad, el servicio, el compartir, la entrega, la
disponibilidad…
Gracias,
Señor, por todos los dones que me has dado para trabajar en tu Reino, gracias
por la confianza que pusiste en mi debilidad. Señor, quiero responderte lo
mejor posible. Sé que todo lo bueno me viene de ti. Quiero que tus dones
fructifiquen. Señor, que tu gracia me acompañe y tu fuerza me sostenga.
Siguiendo el mensaje de este
texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar
este texto?
ACCIÓN ¿A qué te compromete el
texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras?
¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?
Ante
el Señor toma conciencia de los talentos que Dios te ha dado y ponlos en
práctica durante la semana, empezando por el que menos valoras.
En
tu grupo, en tu comunidad o familia ayuda a reconocer con sencillez los
talentos que los demás poseen.
Siguiendo
el mensaje de este texto, ¿Cuál es la acción concreta que te invita a realizar?
ORACIÓN
FINAL
Señor,
gracias por los talentos que me has dado.
No permitas que la
apatía o el desánimo
me lleven a enterrarlos
o a utilizarlos solo
para mí.
Hoy quiero acercarme a
Ti
con confianza
y con un corazón sincero.
Despréndeme de mi
voluntad
y haz que actúe sólo
como Tú quieres.