4º DOMINGO DE ADVIENTO 24 de diciembre
¡HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR;
HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU PALABRA!
¡He
aquí..!. ¿Qué palabra puede ser más esencial y llena de vida? No hay palabras
que obliguen más al ser humano que este “he
aquí”: estar vigilante para no dejar ir nada que nos separe del Sí. Hágase en mí... la elección de Dios es
digna de acogida, pero requiere el silencio profundo de todo el ser: Hágase en mí.... María sabe que no es
la protagonista, sino sierva de la voluntad divina; pertenece a aquella
escuadra de siervos que Jesús llamará amigos: un siervo no sabe lo que hace su
señor, pero quien es amigo, sí.
La
sombra del Espíritu que descenderá sobre una criatura tan bella, por su
disponibilidad, oirá los secretos antiguos del Eterno. El tiempo seguirá
andando para trazar siempre nuevos recorridos de gracia. Se llenará hasta
derramarse cuando el Hijo de Dios vea la luz de un espacio infinitamente
pequeño para su poder, el espacio del límite y de la contingencia.
María,
la primera cuna de la Palabra inefable, primer abrazo de la luz que llega, no
posee otro tesoro que su humildad: cavidad que recoge la plenitud, pequeñez que
reclama lo infinito, límite amado que requiere un abrazo de infinito.
ORACIÓN INICIAL:
Espíritu de verdad,
enviado por Jesús para conducirnos a
la verdad,
abre nuestra mente a la inteligencia
de las Escrituras.
Tú, que descendiendo sobre María de
Nazarét,
la convertiste en tierra buena donde
el Verbo de Dios pudo germinar,
purifica nuestros corazones de todo lo
que pone resistencia a la Palabra.
Haz que aprendamos como Ella a escuchar
con corazón bueno y perfecto
la Palabra que Dios nos envía en la
vida y en la Escritura, para custodiarla
y producir fruto en nuestras vidas.
AMÉN. Cantar «Espíritu Santo Ven, Ven».
LECTURA: Lucas 1,26-38 ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta.
El
evangelio de Lucas es el único que nos habla de María como la auténtica mujer
profética que va perfilando, con sus gestos y palabras, lo que posteriormente
llevará a cabo su hijo, el Hijo del Altísimo con que se le presenta en la anunciación.
En el texto de hoy esto ocurre así, porque María es la figura que lleva a
plenitud el misterio y la actitud del tiempo de la espera del Mesías. Abramos
nuestros corazones a escuchar la Palabra de Dios.
El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a
una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida
con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de
la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo:
“¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas palabras,
ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero
el Ángel le dijo: “No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y
darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado
Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará
sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”. María dijo al
Ángel: “¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?”. El
Ángel le respondió: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado
Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez,
y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay
nada imposible para Dios”. María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor,
que se cumpla en mí lo que has dicho”. Y el Ángel se alejó.
·
Hacemos
un tiempo de silencio, para que la palabra de Dios pueda penetrar en nuestros corazones.
·
Terminamos
cantando: «Tu Palabra me da Vida».
Reconstruimos el texto…
ü ¿Cuáles son las primeras
palabras del ángel a María?
ü ¿Por qué ella se desconcierta
ante este saludo?
ü ¿Qué anuncia el mensajero de
Dios y qué responde María?
ü Finalmente: ¿Qué actitud
manifiesta María?
Siguiendo este texto, ¿Cuáles son las palabras
o frases o actitudes que atraen tu atención, tu interés?
MEDITACIÓN:¿Qué me dice Dios a través del texto?¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?
Revisemos
nuestras actitudes ante Dios a partir de las que nos muestra María:
ü ¿Qué podemos imitar de ella en nuestras vidas?
ü ¿Cómo vamos a acoger el
misterio del «Dios tan humano» que Jesús nos muestra?
ü ¿Cómo vivir y expresar la
ternura de Dios con las personas que me rodean?
ü ¿Creemos que «no hay nada
imposible para Dios»?
Al
igual que María
ü ¿Me siento favorecido por
Dios, por las cosas pequeñas o grandes que me da,?,
ü ¿Busco al Espíritu Santo y le
pido que descienda sobre mí, me cubra y me ayude a ser un buen servidor de
Dios?,
ü ¿Soy agradecido con Dios por
los dones, las bendiciones y el amor que me da?
Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu
meditación, tu reflexión personal?
ORACIÓN: ¿Qué le decimos a Dios después de
escuchar y meditar su Palabra? Ponemos en forma de oración todo aquello que
hemos reflexionado sobre el Evangelio y sobre nuestra vida. «Hágase tu
voluntad, Señor».
Espíritu
Santo ven a mí, lléname de todo lo bueno que Dios nos da, aparta de mí todos
los miedos, incredulidades y obstinaciones porque quiero ser un humilde
servidor, dejar que obre, actúe sobre mi y dar gracias porque Dios se fija en
mí, porque me bendice y sé que al igual que a María y José, para mí también
tiene un plan; quiero ser tu instrumento, guíame, permanece en mí y ayúdame a
estar atento a los llamados de Dios.
Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu
oración personal?
Cada uno pexpresa sus intenciones.
CONTEMPLACIÓN
“Yo
soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho”.
Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la
palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto?
ACCIÓN, ¿A que me comprometo con Dios? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?
ü Que todos seamos servidores
del Señor y cumplamos con acciones buenas lo que nos ha dicho, lo que a diario
nos pide.
ü No tener miedo y dejar que las
cosas en nuestra vida se cumplan como lo ha dispuesto el Señor
Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la
acción concreta que te invita a realizar?
ORACIÓN FINAL:
Madre, danos tu coraje para decir sí
al Señor.
Ayúdanos a olvidarnos de nosotros
mismos
para ponernos en las manos de Dios.
Enséñanos a entregar nuestra vida para
ayudar
dar a luz a Jesús en el mundo en que
vivimos.
AMÈN.
Padre Nuestro, que estás en el cielo…
… y que cada día crezca Jesús en tu corazon