Hermanos,
celebrando hoy el cuarto domingo de cuaresma: el domingo que pone de relieve la
alegría que proporciona la conversión, que nos invita a preparar, con fe viva y
sincero fervor, las próximas fiestas pascuales. La Palabra de hoy nos manifiesta hoy a Cristo, la Luz que ilumina
a todo hombre porque Él es la Luz de los pueblos, que por medio del Bautismo
nos hace participar de su luz, comunicándonos la fe; esa fe que significa mirar
los acontecimientos de la vida con sus ojos. Pidiendo a
Jesús la gracia de vivir la Pascua y resucitar con él, comencemos entonando
juntos el canto de entrada…
MONICIÓN ÚNICA PARA TODAS LAS LECTURAS
Si el
domingo pasado destacaba el símbolo bautismal del agua, ahora nos encontramos
con otros dos: el aceite y la luz. El primer libro de Samuel nos narra cómo el
profeta Samuel ungió a David como rey de Israel. El evangelio de San Juan nos
presenta a Jesús como luz del mundo que ilumina los ojos de un ciego de
nacimiento. Y San Pablo nos recuerda que siempre debemos comportarnos como
hijos de la luz.. Escuchemos atentamente.
MONICIONES PARA CADA LECTURA
PRIMERA LECTURA (Samuel 16, 1b. 6-7. 10-13a)
En este
relato que escucharemos, se nos muestra la elección que Dios hace de quienes Él
quiere atraer a sí para consagrarlos.
SEGUNDA LECTURA (Efesios 5, 8-14)
Los
cristianos que antes eran tinieblas, se han convertido en luz, por lo que deben
obrar como verdaderos hijos de la Luz.
EVANGELIO (Juan 9, 1-41)
Escuchemos
atentamente a Jesús que en el santo Evangelio se nos manifiesta como el Hijo
del hombre y Luz del mundo. Preparemos nuestro corazón
para recibir esa luz.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Elevemos al Padre nuestra oración diciendo: ILUMÍNANOS, SEÑOR.
Por
la Iglesia; para que, continuando su camino sinodal, pueda ser reflejo de la
alegría del Evangelio para quienes viven en tinieblas, marginación y confusión.
Oremos
Por
nuestros gobernantes; para que promuevan diversas iniciativas a favor del
trabajo y la dignidad humana, contando con todos los ciudadanos, para llevar
adelante nuestro país. Oremos
Por
el pueblo de Dios; para que, siguiendo las enseñanzas de Jesús, todos nos esforcemos
para llegar a ser santos. Oremos
Por
los que han perdido la alegría, a causa de la violencia y la indiferencia de sus
hermanos; para que la luz de Cristo ilumine sus corazones. Oremos
Por
los que estamos aquí reunidos; para que la alegría del Señor nos invada a todos
y podamos transmitirla en nuestro entorno. Oremos
Por nuestros hermanos difuntos, para que, por
su misericordia Dios los lleve pronto a
gozar de la gloria. Oremos
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Con las
ofrendas de Pan y Vino, llevemos al altar nuestras debilidades y preocupaciones,
para que Él repare nuestras fuerzas. Cantamos…
COMUNIÓN: Cristo, Maestro y Pastor, viene a
nosotros en la comunión, vayamos a recibirlo, con el compromiso de reflejar su
amor a los demás. Cantamos
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de
la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse
a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual
rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente
presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA
Iluminados
por la Palabra y fortalecidos por la Eucaristía, volvamos a nuestros hogares dispuestos
a comportarnos como verdaderos hijos de la luz, practicando la bondad, justicia y verdad. Nos despedimos cantando...