LECTIO DIVINA - Domingo 3º DE Cuaresma 2023

Según el Evangelio de Juan (que leemos este domingo), los samaritanos creyeron en Jesús por el testimonio que había dado la mujer: «Me ha dicho todo lo que he hecho”.

Intentemos vivir nuestra fe desde la profundidad del corazón, para que los que nos rodean también puedan creer en Jesucristo, gracias a nuestra Fe, a nuestro testimonio de cristianos y como Él nos está cambiando la vida.

Ojalá que también nosotros podamos contagiar a nuestra gente como aquella mujer lo hizo con los de su pueblo, y también nuestros hermanos  puedan decir: ‘ya no creemos por lo que tú dices, nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que Él es de verdad el Salvador del mundo’.   

 

TEXTO BÍBLICO:  Jn. 4, 5-15.19b-26.39ª-42

 

Vino [Jesús] hacia una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la región que Jacob dio a su hijo José. Ahí estaba el pozo de Jacob. Entonces, Jesús, cansado del camino, se sentó allí sobre el pozo. Era la hora sexta. Vino una mujer de Samaria para tomar agua. Le dijo Jesús:

"Dame de beber". Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad para comprar provisiones. Entonces le dijo la mujer samaritana: "¿Cómo es que tú, siendo judío, me pidas a mí de beber, que soy mujer de Samaria? Le respondió Jesús y le dijo: "Si conocieras el don de Dios y quien es el que te dice, 'dame de beber' tú le pedirías y te daría agua viva".

Le dijo la mujer: "Señor, no tienes balde y el pozo es profundo, ¿de dónde tienes ahora agua viva?¿Acaso eres mayor que nuestro padre Jacob, el cual nos dio el pozo, del que bebió él, sus hijos y sus rebaños?

Jesús le respondió: "Todo el que bebe de esta agua tendrá sed de nuevo. El que beba del agua que yo daré no tendrá sed en eterno, mas el agua que daré se convertirá en él en una fuente de agua para la vida eterna".

Le dijo a él la mujer: "Señor, dame de esa agua, para que no tenga sed y no venga aquí a sacar agua". Le dijo: "Ve y llama a tu marido y ven aquí". Respondió la mujer y le dijo: "No tengo marido". Le dijo Jesús: "Haz dicho bien: 'no tengo marido',  pues cinco hombre tuviste y el que ahora tienes no es tu marido. Esto que has dicho es verdadero". Le dijo la mujer: "Señor, veo que eres profeta. Nuestros padres en este monte adoraron, y ustedes dicen que en Jerusalén está el lugar donde se debe adorar".

 

Le dijo Jesús: "Créeme, mujer, que viene la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén se adorará al Padre. Ustedes adoran al que no conocen, nosotros adoramos al que conocemos, porque la salvación es de los judíos. Pero llega la hora y ahora es, que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, pues el Padre a estos busca a sus adoradores. Espíritu es Dios, y los que lo adoran en espíritu y verdad deben adorar". Le dijo la mujer: "Conozco que vendrá un Mesías, el llamado Cristo, cuando venga aquel, nos anunciará todo esto". Le dijo Jesús: "Yo soy, el que te habla". [...]y muchos más creyeron a través de su palabra, y a la mujer decían: "No más creemos por lo que has dicho, pues nosotros mismos hemos escuchado y visto que este es verdaderamente el salvador del mundo".

 

 LECTURA  (Lo que dice el texto en si mismo para entenderlo mejor)

 

El diálogo entre Jesús y la Samaritana tiene tres núcleos bien definidos. * El agua viva *La adoración a Dios * La identidad del Cristo.

Enmarca la situación la relación conflictiva entre judíos y samaritanos. Después cuando Samaria, la capital del reino de Israel, cayó ante los asirios, su población fue deportada y en su lugar se trajo gente de otros lugares que se mezclaron con quienes quedaron y adoptaron la fe y la cultura de Israel. Esto no fue bien visto a los ojos de los judíos, el reino del sur.

El pozo del que toma agua la mujer está relacionado con el patriarca Jacob, lo que afianza a Samaria como heredera de la promesa al patriarca. Es un agua antigua de la cual hay que beber para mantenerse vivos – humana y espiritualmente –; pero el agua de Jesús se presenta como don de Dios por tanto mayor al don de Jacob. El agua viva se convierte en manantial dentro de la misma persona.

 

El lugar de la adoración a Dios sigue como una pregunta más profunda. La Samaritana está  convencida que está ante un profeta, y se basa en el hecho de que Jesús conoce su vida en profundidad.

Jesús le reitera la promesa de la salvación, confirmando la fidelidad de Dios a su pueblo y a Jerusalén; aunque no desaprueba explícitamente la adoración de Samaria.

Al final, Jesús confirma la intuición de la samaritana: Jesús es el Mesías que habla con ella.

 

 MEDITACION   (Reflexión personal y profundización sobre la Palabra, lo que a mí me dice ahora)

 

El Señor salió al encuentro de la Samaritana, buscó conversación con ella, para ayudarla a encontrarse a sí misma, y yo:

ü  ¿me doy cuenta de todo lo que el Señor hace para atraerme a Él, para poder transformar mi vida?,

ü  ¿soy consciente del amor que  Dios me tiene?,

ü  ¿me doy cuenta de todo lo que el Señor hace para ayudarme a encontrar vida en Él?

La Samaritana, siempre buscó evadirse, evitó encontrarse a sí misma. Y si yo miro mi actitud conmigo mismo,

ü  ¿me conozco?, ¿sé el motivo de mis males y de mis dificultades, de mis problemas y conflictos?,

ü  ¿soy consciente de lo que me sucede y de aquello que me causa dolor o pena, sufrimiento o tristeza?

ü  ¿Cuáles son esas cosas que me cuestan conversar o aceptar, reconocer o ver en mi vida?

ü  ¿Hay algo en mi o de mí,  que me haga sentir mal?,

ü  ¿cuál es el motivo? ¿Qué puede hacer el Señor al respecto?,

ü  ¿ya lo he conversado con Él y le he hecho sentir lo que estoy viviendo?,

ü  ¿le he pedido su ayuda y le he abierto mi corazón para que me sanara de lo que me hace sangrar el corazón?

La Samaritana, una vez que se encontró consigo misma, salió al encuentro de aquellas a quienes evitaba,

ü  ¿qué podría hacer para vivir mi fe y mi seguimiento del Señor con una dimensión mucho más misionera, más comprometida, más vivencial, para dar testimonio del Señor en todo momento y así demostrar con mis actitudes que busco al Señor y que Él me está cambiando la vida?

 

ORACION    (Lo que le digo, desde mi vida, al Dios que me habla en su Evangelio).

 

Señor, Tú has cambiado la vida de la Samaritana,

le has hecho ver sus equivocaciones y le has ayudado a encontrar una nueva vida;

De la misma manera, Señor, ayúdame a seguirte cada vez con más entusiasmo,

con más convicción, sabiendo que Tú, puedes cambiar mis actitudes,

que Tú puedes sanar las raíces más profundas de mis males

y así darme vida y paz, y el agua que solamente Tú me puedes dar,

el agua viva de Tu Espíritu para renacer esta próxima Pascua.

Amen

 

CONTEMPLACIÓN   (Hago silencio, me lleno de gozo, me dejo iluminar y tomo decisiones para actuar de acuerdo   a la Palabra de Dios)

 

ü  ¿Me siento mirado por Jesús en lo profundo de mi pecado, qué experimento cuando él me ofrece transformar mi corazón de roca en fuente de agua?

ü  ¿Busco conocer a Dios en un encuentro personal en vez de dejarme llevar por tradiciones de culto? ¿Cómo dejarme saciar la sed del corazón?

ü   

Me quedo escuchando a Jesús, que le responde a la Samaritana: