2º DOMINGO ADVIENTO- “C”
El evangelio de este domingo nos presenta el contexto histórico y político-religioso de la figura de Juan el Bautista. También lo sitúa en un lugar: la comarca del Jordán que es el desierto, con todo el significado religioso que tiene este lugar para el pueblo de Israel. Es intención del evangelista anunciar que la salvación de Dios se ha hecho presente de un modo real en la historia humana. La Buena Noticia no conoce límites geográficos ni culturales pues:
“Todos los hombres verán la salvación de Dios”.
La palabra de los profetas quiere levantar al pueblo de su desánimo anunciándole que Dios está a punto de cambiar su suerte. Juan Bautista trata de concientizar a sus oyentes para que preparen el camino al Señor retirando de él todo obstáculo e impedimento. El anuncio gozoso no es sólo para Israel, pues la salvación de Dios es para todos los hombres.
ORACIÓN INICIAL
El anuncio de tus profetas, oh Cristo, llena de gozo nuestras vidas,
anhelantes de tu paso, deseosos de tu salvación.
Cuando tú vengas,
se obrarán de verdad las grandes maravillas que cantó tu pueblo
liberado, santificado y hecho digno de alianza en tu Pascua.
Prepara Tú mismo el camino de tu paso,
destruyendo nuestra idolatría, abajando nuestro orgullo,
haciendo recto a tus ojos lo que el pecado ha desviado
en nuestras vidas.
Y que tu palabra resuene hoy, oh Verbo eterno del Padre,
como evangelio de restauración y gozo
para todo hermano que busca tu rostro.
Amén.
LECTURA ¿Qué dice el texto? Lucas 3,1-6
“En el año quince del reinado del Emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe Virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanias virrey de Abilene, bajo el pontificado de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. Comenzó entonces a recorrer la región del Jordán, predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro del profeta Isaías: “Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo áspero se iguale. Y todos verán la salvación de Dios”.
PREGUNTAS PARA LA LECTURA:
El ministerio de Juan se sitúa en la historia del mundo pagano y del pueblo de Israel.
¿Qué personajes se mencionan en la introducción?
¿A qué poderes representan cada uno de ellos?
Juan es la voz que resuena en el desierto. ¿En qué consiste su misión?
Según la profecía de Isaías, ¿cómo se debe preparar el camino al Señor?
MEDITACIÓN ¿Qué ME dice el texto?
Para nuestra vida, durante este tiempo de Adviento,
¿qué sentido tiene la exhortación a la conversión que hace Juan Bautista?,
¿de qué cosas y en qué, debo convertirme para celebrar vivencialmente la Navidad, para que sea como un nuevo nacimiento para mí y mi familia?
¿En qué consiste y de qué manera debo preparar el camino del Señor durante este tiempo de Adviento?, ¿cuál es la actitud que debo tener?
¿De qué manera debo prepararme personal, comunitaria y familiarmente para la Navidad?, ¿qué debo hacer?
Dice Gianelli comentando este evangelio: “¿Cómo puedes, por tanto, buscar la conversión de los otros? Comienza por la tuya; porque Dios te pedirá un día cuenta de tus pecados y no de los pecados ajenos. ¡Ay de ti! Si crees que no tienes necesidad de conversión”
“Preparémonos con gran diligencia; convirtámonos sinceramente a Él, que vendrá a habitar en nuestros corazones…”
PARA ORAR CON LA PALABRA
Llévame al desierto, Señor, donde suscitas a los precursores que anuncian tu llegada. Me he instalado en mi historia y no tengo horizonte alguno por delante que me impulse a dejarme transformar.
A duras penas encuentro en mi entorno alguien que te evoque a ti y tus exigencias. No sólo te echo en falta a ti, sino también a esos grandes creyentes que convenzan de que estás en camino.
Creo que nos faltan precursores que nos anuncien que llega, porque con frecuencia te perdemos de vista. Estoy tan preocupado con mis problemas, incluso con los problemas que tengo contigo, que no siempre pienso en los que tú tienes para venir conmigo y a mi historia.
Por eso te pido que me lleves al desierto, al lugar donde resuene tu Palabra en mi vida, donde están esos precursores coherentes, donde pueda reconocer la necesidad que tengo de ti.
Cumple tu Palabra suscitando en el desierto precursores que nos sigan hablando de preparación, de conversión, de la necesidad de allanar los caminos de manera que todos vean tu salvación. Y es que puedo estarte perdiendo por darte, por supuesto, en mi corazón y en mi vida.
Me falta experiencia del desierto Señor para echarte de menos y salir a tu encuentro.
Edúcame a través del desierto, como lo hiciste en otro tiempo con Israel, pactando alianza, para vivir anhelándote en vida y preparando mi encuentro definitivo contigo.
CONTEMPLACIÓN ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Quienes hoy preparen el camino del Señor que llega, verán pronto la salvación. La liberación es gratuita, pero no impreparada. Oír “la voz que grita en el desierto” implica hoy saberse en espera del Salvador y reconocer la urgencia de nuestra conversión a Dios. No hay esperanza sin conversión.
¿Qué realidad me impide esperar al Señor en mi vida? ¿De qué cosas y realidades tendría que despojarme de manera que mi espera sea más fehaciente?
Necesitamos que se nos recuerde que Dios sólo viene para quienes lo esperan y que cuantos lo esperan tienen la obligación de hacerle posible el camino hacia los otros.
¿Qué necesitamos “allanar”, “rellenar”, “rebajar”, enderezar” o “nivelar· en el plano personal y comunitario?
COMPROMISO:
Realizar durante este tiempo un buen examen de conciencia, a manera de revisión de todo lo que hemos vivido a lo largo del año
Oración final
Niño Dios, te estamos esperando…
ven a nuestra vida, ven y llénanos de tu amor…
ven y cólmanos de tu presencia…
ven y haz que en ti volvamos a vivir…
ven y ayúdanos a sentir el amor que te tuvo tu Madre…
ven y haz que sintamos necesidad de ti…
ven y ayúdanos a dejarte entrar en nuestras vidas…
ven y haz que nos dejemos moldear por tu amor…
ven y actúa en nosotros…
ven e inúndanos de alegría al tenerte a ti…
ven y cólmanos de amor…
ven y ayúdanos a vivir por ti…
ven y haz que nos unamos más a ti
ven y sé Tú todo en nosotros.
ven y ayúdanos a amarte como te amó tu Madre.