LITURGIA SEMANAL 27º semana durante el año 4/10

27º   semana durante el año    4/10


Lunes 5  de octubre
Lucas 10,25-37:  “Vete y haz tú lo mismo”.   

Es interesante el diálogo que mantiene el doctor de la ley y Jesús. Este hombre está preocu-pado por lo fundamental de la "vida eterna" y por eso pregunta qué es lo más importante. Jesús responde afirmando que el núcleo de la ley, es el amor solidario. Aquí se sintetiza toda la ley y los profetas. Además, le propone la parábola del buen samaritano, en la cual se subraya que el amor es capaz de superar todas las barreras legales y religiosas que separan y clasifican a las personas, desde su proximidad a Dios y su observancia de la Ley. Jesús enfatiza que el centro de la ley es el amor concreto, vivido a la manera del samaritano anónimo que sintió compasión. Solamente la solidaridad salva al hombre. En la comunidad de Lucas, la presencia de personas de diferentes etnias y culturas podía representar un problema. Con esta parábola Lucas afirma que la capacidad de ser hermano es más importante que todas las leyes. El samaritano del relato no se siente obligado a cumplir un determinado código religioso o moral. Sencillamente, responde a la situación del herido inventando toda clase de gestos prácticos orientados a aliviar su sufrimiento y restaurar su vida y su dignidad. Jesús concluye con estas palabras. “Vete y haz tú lo mismo”.

Martes 6 de octubre
Lucas 10,38-42: “María escogió la mejor parte”

Marta y María, hermanas entre sí y ambas, amigas de Jesús, encarnan dos actitudes cristianas fundamentales: el servicio y la escucha. Una depende de la otra, pues no hay escucha sin que se trasforme en servicio, ni servicio que no sea expresión de la escucha. No son actitudes contrapuestas. Sin embargo, desde una mirada más integral del texto y de una comprensión del mensaje de Jesús, Marta y María se complementan.
Marta está catalogada como la discípula de la acción, “muy ocupada con los quehaceres de la casa”. Pero ella es una mujer de una profunda fe, por eso es la discípula del servicio. Esto es lo que aparentemente se opone a la actitud de la escucha atenta de la Palabra que tiene su hermana María, que no es pasividad. Ambas discípulas siguen al Maestro a su modo y entre ellas no hay oposiciones.
“Espíritu Santo, abre mis oídos para escuchar hoy tu voz. Perdóname, te ruego, por las veces que me dejo llevar por los quehaceres, en lugar de descansar en tu presencia. Concédeme, Se-ñor, tu gracia para hacer que lo más importante en mi vida sea escuchar tu Palabra.”

Miércoles 7 de octubre   Bienaventurada Virgen María del Rosario  (MO)
Lucas 1,26-38: “Aquí tienes a la sierva del Señor —contestó María—. Que él haga conmigo como me has dicho”

El ángel entra en la intimidad de María llevándole una buena noticia, espera su respuesta libre y se aleja después de que ella adhirió al plan de Dios. La Virgen respondió al ángel y consintió a lo que Dios quería hacer en ella; dio su palabra y toda la humanidad recibió la Palabra.
Así, para siempre quedó en los oídos de Dios su respuesta: “Yo soy la servidora del Señor”.
Este día en que celebramos la Memoria de la Virgen del Rosario, ratifiquemos nuestro propio “sí” a Dios y consintamos a lo que él quiere hacer en nosotros.
Santísima Virgen María, qué bendecidos somos, porque con tu sí abriste las puertas del cielo, para que nuestro Salvador, que nacería de ti, nos llevara al cielo  por medio de la cruz.”

Memoria: Santo Domingo de Guzmán, en 1208 tuvo una fuerte experiencia espiritual con la Madre del Señor. Desde entonces comenzó a propagar el rezo del rosario. Lo rezaron los sol-dados antes de la batalla de Muret y se le atribuyó a la Virgen la victoria, por eso se construyó la primera capilla en honor esta advocación mariana. Esta memoria fue instituida por Pío V para agradecer a la Virgen por la victoria sobre los turcos en Lepanto el 7 de octubre de 1571. León XIII publicó nueve encíclicas dedicadas al Rosario, consagró el mes de octubre al Rosario e incluyó el título de Reina del Santísimo Rosario en las letanías de la Virgen.

Jueves 8 de octubre
Lucas 11,5-13: “Pidan y se les dará”

Hoy Jesús enseña que debemos rezar con fe e insistencia, sin desfallecer y como de costum-bre, cuando tiene algo importante que enseñar, recurre a una comparación, a una parábola. Hoy a través de una curiosa historia nos presenta una clara propuesta que esboza el programa de un verdadero seguidor de Jesús mediante tres verbos sencillos: pedir, buscar, llamar. Si a estos verbos se les añade el adverbio «insistentemente», podemos decir que el programa está trazado. “Pedir” supone reconocer que no tenemos todo lo que necesitamos, tomar conciencia de nuestros límites, admitir que Alguien tiene más que nosotros. “Buscar” aquello que pedimos implica admitir que hay un tesoro por el que merece la pena arriesgarse, desafiándonos a movilizarnos y acrecentar la esperanza. “Llamar” a todas las puertas posibles, la de Dios y la de nuestros hermanos/as, con la confianza de que vamos a ser escuchados, para que nos ayuden en el camino emprendido. Por último, “insistentemente” significa todos los días, a todas horas, no sólo en ciertos momentos críticos.
En nuestro caminar cotidiano y en nuestra oración, ¿rezo con la convicción de que voy a reci-bir algo? ¿qué pido? ¿qué busco? ¿a quién llamo?

Viernes 9 de octubre
Lucas 11,15-26 : Si Expulso Los Demonios Con El Poder De Dios, Quiere Decir Que El Reino De Dios Ha Llegado A Ustedes”
El evangelio de hoy nos presenta una larga discusión en torno a la expulsión de un demonio mudo que Jesús acababa de realizar ante la gente. Nadie duda de la lucha que Jesús em-prende contra el mal. Sus contemporáneos están seguros de ello. Esto genera asombro, pero también desconcierto. Que algunos consideren a Jesús “demonio” por expulsar “demonios” es contradictorio. Pero así hacen quienes temen perder poder y buscan cualquier argumento para descalificar o incluso perseguir a quien hace el bien. Esto no pasó solo con Jesús, y aún hoy sigue pasando: utilizando como herramienta la difamación y la mentira, muchos atacan a quienes luchan por la dignidad de sus hermanos. Hoy, a la luz de este texto, todos estamos invitados a la conversión y a luchar, junto con Cristo, contra las propias tendencias al mal, también es cierto que nuestra conversión es siempre frágil, por eso necesitamos ponernos en las manos del Señor.
En nuestro caminar cotidiano ¿de qué manera nos hacemos parte de la lucha que Jesús em-prende contra el mal? ¿para los demás, somos signos claros de la presencia de Dios?

Sábado 10 de octubre
Lucas 11,27-28    Dichosos el vientre que te llevó

Una mujer anónima, llena del Espíritu Santo, sin duda, expresa un cumplido a Jesús, recono-ciendo en él, a la mujer que le dio la vida, que lo educó. El cumplido es para él y para su Ma-dre. Jesús responde con una "bienaventuranza": Felices los que escuchan la Palabra y la cumplen, subrayando así que en el Reino de Dios las relaciones sociales y familiares son su-peradas en favor de relaciones primereadas, como dice el Papa Francisco, por la realización de la voluntad de Dios. Esta bienaventuranza proclamada por Jesús es todo un programa de vida para alcanzar la felicidad: escuchar siempre la Palabra y ser consecuentes  con ella. Así como lo hizo María, la que amamantó a Jesús.

Domingo 11 de octubre  (28º  durante el año)
Mateo 22,1-14 (1-10)  “Inviten al banquete nupcial a todos los que encuentren”

El evangelio de hoy narra la parábola del banquete… Nos encontramos con una parábola de difícil interpretación en todos sus detalles: la reacción fuerte del rey ante los que no quisieron aceptar su invitación, el castigo intenso del que entró sin el traje de fiesta… Jesús pronunció esta parábola en Jerusalén. Sabía que allí sería rechazado, como lo habían sido siglos antes los profetas. A pesar de la negativa de los primeros invitados, Dios sigue llamando e invitando a las personas. Jesús invita a este banquete porque sabe que ahí está el camino de salvación para todo hombre de todos los tiempos, ahí encontrará cualquier hombre el camino de vivir con sentido, con esperanza, con alegría. El banquete se realizará; la fiesta del Reino se celebrará, porque el Padre quiere que su casa reúna a toda clase de gente, sin embargo las personas tenemos la capacidad y la libertad de aceptar el regalo de Jesús o de rechazarlo.