32º Domingo durante el año - Lectio divina

“Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora”

 

La parábola de las diez vírgenes trata de la venida del Hijo del Hombre. Nadie sabe cuándo será ese día, “ni los ángeles, ni el hijo mismo, sino solamente el Padre”. El Hijo del Hombre vendrá de sorpresa, cuando la gente menos lo espera. Puede ser hoy, puede ser mañana. Por esto, el mensaje final de la parábola es “¡Vigilen!’ Las diez jóvenes deben estar preparadas para cualquier eventualidad.

 

 “El Reino del Cielo es como diez vírgenes que prepararon sus lámparas y salieron al encuentro del novio”. Se trata de jóvenes que debían acompañar al novio para la fiesta de la boda. Para esto, ellas debían llevar consigo las lámparas, para iluminar el camino y  también la fiesta. Cinco de ellas eran prudentes y cinco eran necias. Esta diferencia aparece con claridad en la manera en que se preparan para esperar al novio. Junto con las lámparas encendidas, las previsoras llevaron consigo también una vasija de aceite de reserva. Se prepararon para cualquier imprevisto. Las vírgenes necias se llevaron sólo las lámparas, sin pensar en llevarse un poco de aceite de reserva.

 

No había una hora determinada para que llegara el novio. En la espera, el sueño se apoderó de las muchachas; las lámparas siguieron gastando aceite y se fueron apagando poco a poco. De repente, en medio de la noche, se oye un grito: “¡Ya está aquí el novio! ¡Salgan a su encuentro!”. Todas ellas despiertan y empiezan a preparar las lámparas que ya estaban casi apagadas. Debían de poner el aceite de reserva para evitar que las lámparas se apagaran del todo.

 

Recién en ese momento, las necias se dan cuenta  que olvidaron llevar consigo el aceite de reserva. Fueron a pedirlo a las prudentes. Éstas no pudieron auxiliarlas, pues en aquel momento lo que importaba no era que las prudentes compartieran su aceite con las otras, sino que estuvieran listas para acompañar al novio hasta el lugar de la fiesta. Por esto aconsejan: ‘es mejor que vayan donde los vendedores y lo compren.'

Siguiendo el consejo de las prudentes, las necias  van a comprar aceite. Durante esta breve ausencia de la compra llega el novio y las prudentes pueden acompañarlo a la fiesta de las bodas. Y la puerta se cierra detrás de ellas. Cuando llegan las otras, llaman a la puerta y piden: “¡Señor, Señor, abre la puerta para nosotras!” Y reciben la respuesta: “En verdad les digo que no las conozco”.  La recomendación final de Jesús para todos nosotros: “Velen, porque no saben, ni el día, ni la hora”.

 

 

ORACIÓN INICIAL


Señor y Hermano Jesús:

Tú dijiste que “tu Padre nos enviaría en tu nombre

el Espíritu Santo y que Él nos recordaría

lo que nos enseñaste y nos los explicaría todo”.

Tú conoces la pobreza y la aridez de nuestro corazón.

Te pedimos que tu Espíritu nos lo refresque,

nos lo ilumine, nos haga entender tu Evangelio.

Nos lleve sobre todo a fiarnos de Ti y de tu Padre,

a seguirte en fe confiada y amorosa, y a poner

nuestro grano de arena para construir paz

y vida en nuestro entorno.

AMEN, ASI SEA.

 

Texto para reflexionar y orar Mateo 25, 1-13

 

LECTURA: ¿Qué dice el texto? Atiende todos los detalles posibles. Imagina la escena. Destaca todos los elementos que llaman la atención o te son muy significativos. Disfruta de la lectura atenta. Toma nota de todo lo que adviertas.

 

 “El reino de los cielos se parece a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco prudentes. Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: “¡Que llega el esposo, salgan a su encuentro!”. Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: “Podrían darnos un poco de aceite, porque se nos apagan las lámparas”. Pero las prudentes contestaron: “No va a alcanzar para todas.  Es mejor es que vayan a comprarlo al mercado”. Mientras tanto, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras, diciendo: “Señor, señor, ábrenos”. Pero él respondió: “Les aseguro que no las conozco”. Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora».

Siguiendo este texto, ¿Cuáles son las palabras, frases o actitudes que atraen tu atención, tu interés?

 

MEDITACIÓN: ¿Qué me dice Dios a través del texto? Atiende a tu interior.¿Algún aspecto te parece dirigido por Dios a tu persona, a tu situación, a alguna de tus dimensiones?

 

Es interesante revisar los textos anteriores de los Evangelios, porque el Señor nos viene preparando y va agregando nuevas pistas. Hoy habla de la necedad y  de la prudencia” y termina diciendo: “Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.”

En mi vida

ü  ¿Cuál es el grado de necedad y prudencia que tengo?,

ü  ¿Soy capaz de hablarle con humildad a mi necedad y controlarla o ni siquiera me interesa o no me doy cuenta?,

ü  ¿Qué hay de mi prudencia, asumo los contextos, lo que hay a mi alrededor, lo que digo y hago, les doy valor, moral y tomo las acciones necesarias y justas?.


Cuando alguien me desafía y me da consejos sobre mis necedades y mi falta de prudencia,

ü ¿Los acepto, reflexiono y agradezco porque eso me hace tomar el camino que el Señor me pide?,

ü  ¿Soy capaz de hablarle a mi hermano sobre sus necedades y falta de prudencia con humildad, con el deseo de ayudarle a estar más cerca de lo que el Señor nos pide?

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión personal?

 

ORACION: ¿Qué le dices a Dios gracias a este texto? ¿Qué te mueve a decirle? ¿Peticiones, alabanza, acción de gracias, perdón, ayuda, entusiasmo, compromiso? Habla con Dios...

 

Señor, somos humanos imperfectos, pero tenemos la capacidad de razonar, de amar y sobre todo de cambiar, no es fácil, es un camino que empieza por aceptar lo que somos, pero si dejamos que tu vayas dándole amor, quites el endureciendo a nuestro corazón, seguro que estaremos siempre más cerca de ti y sobre todo listos con alegría para cuando nos llames a tu Reino.

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu oración personal?

Cada uno expresa sus intenciones.

Amén.

 

CONTEMPLACIÓN, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?

“Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora”

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto?

 

ACCIÓN: ¿A qué te compromete el texto? ¿Qué ha movido la oración en tu interior? ¿Qué enseñanza encuentras? ¿Cómo hacer efectiva esa enseñanza?

 

Evaluemos nuestra necedad y nuestra prudencia, veamos si nos está conduciendo a lo que el Señor nos pide, primero hagamos una auto evaluación y después preguntemos acerca de esto a nuestros hermanos más cercanos y así determinaremos como estamos. 

 

Moraleja de la historia: no ser superficiales, mirar más allá del momento presente, tratar de descubrir el llamado de Dios hasta en las mínimas cosas de la vida, hasta en el aceite que falta en la lámpara.’


Siguiendo el mensaje de este texto,


*      ¿Cuál es la acción concreta que te invita a realizar?

*      ¿Se te ocurrió pensar en el aceite de reserva de tu lámpara?